El Ayuntamiento de Xàbia trabaja en las dos zonas más críticas de la Plana para mejorar la recuperación forestal
Los técnicos planifican para el futuro un bosque “más resistente al fuego"con olivos silvestres, encinas o roble valenciano
El alcalde de Xàbia, José Chulvi, y la concejal de Medio Ambiente, Doris Courcelles, han estado hoy en la Plana supervisando los trabajos forestales que ha emprendido el Ayuntamiento para recuperar la zona tras el incendio forestal del pasado 11 de septiembre. Acompañados por los dos biólogos responsables del plan forestal, los ediles han comprobado el avance de los trabajos en las dos zonas que necesitaban una actuación más urgente, las inmediaciones del camí de la Cova Tallada y la zona más cercana al faro, ambas con el lastre de haber sido ya arrasadas por incendios en la década de los 90, y en los que la intervención se ha hecho contrarreloj para evitar interferencias en los procesos de rebrote y germinación de las plantas.
Chulvi ha explicado que los trabajos están a cargo de las brigadas forestales del plan de empleo social del Ayuntamiento, de otra brigada de un plan de empleo provincial y de una empresa especializada en labores forestales que se ha contratado con los 116.000 euros con los que se dotó los trabajos declarados de emergencia. El responsable municipal ha incidido en que todo se está llevando a cabo “con rigor, siguiendo las directrices de técnicos expertos que cuentan con experiencia en gestión post incendios y con la pertinente autorización del parque natural”.
“Queda demostrado el compromiso e interés del Ayuntamiento de Xàbia en que la Plana recupere tan pronto sea posible la normalidad” ha señalado el alcalde, quien ha lamentado que la Generalitat siga sin concretar cuál va a ser su actuación en la zona y tampoco se haya convocado una Junta Rectora del Parque Natural para así coordinar a las distintas administraciones implicadas.
Tal y como ha explicado el biólogo municipal, Ignasi Astor, por el momento se han retirado a mano los pinos quemados junto al camí de la Cova Tallada y del Cuartel como precaución contra las plagas y se está consolidando el terreno más dañado y fácilmente erosionable con la lluvia. Para ello se está triturando los troncos y ramas resultantes de las talas y clareos para convertirlos en biomasa con la que se protege el suelo y se crea una capa de materia orgánica para alimentar la regeneración natural. A partir del miércoles, también se trabajará para recuperar las estructuras de abancalamientos y muros.
Mientras, la cuadrilla que se encarga de intervenir en la zona entre el mirador del Cap de Sant Antoni y el faro (donde mayor impacto paisajístico ha producido el incendio y donde se concentran muchas especies de interés y endemismos) está también retirando a mano los pinos quemados, pero en este caso el tipo de suelo (lapiaz) no precisa que se cubra con biomasa triturada, ya que es mucho más resistente a la erosión y las especies vegetales son en su mayoría bulbosas. También se están arrancando las plantas invasoras como aloes o yucas.
El biólogo responsable del plan de regeneración, Jaume Soler, ha considerado que ahora es el momento de “pensar y planificar qué bosque queremos para el futuro”, un bosque que se asemeje más al existente siglos atrás, con olivos silvestres, encinas, roble valenciano y arbustos como el lentisco, lavanda o durillo. Soler ha explicado que este bosque típico mediterráneo, que es mucho más resistente al fuego, desapareció al abandonarse la agricultura y ganadería de montaña y simultanearse las regeneraciones con pinos, que han impedido germinar a las otras especies.
Para ello se necesita una gestión a largo plazo, evitando la proliferación de pinos resultantes de las semillas diseminadas por la explosión de piñas.
Ambos biólogos han coincidido en en términos generales que hay que dejar pasar al menos dos años antes de emprender cualquier acción de reforestación, ya que la plana es un lugar donde la regeneración espontánea permitirá recuperar el 80% de la cobertura vegetal en dos o tres años. No obstante, en puntos concretos, como antiguos bancales, sí se pueden introducir determinadas especies adecuadas al tipo de suelo como como ullastres, coscoja, aladerno o lentisco.