Vuelve el Rototom más intergeneracional con 80 conciertos y una decena de áreas culturales
Del 16 al 22 de agosto llevará a Benicàssim 72 horas de música en sus seis escenarios
A los adjetivos internacional, multicultural y ecléctico, Violeta Palazón suma otro para definir al Rototom Sunsplash: intergeneracional. Esta fotógrafa natural de Castellar del Vallés (Barcelona) y asidua al festival internacional reggae desde su aterrizaje en Benicàssim, en agosto de 2010, asegura que su experiencia personal corrobora que la idiosincrasia de la macrocita cultural es la que la convierte en disfrutable para cualquier tipo de público, sin importar edad. Ha vivido ediciones en solitario, con su pareja, con sus hijas Álex y Zoe (que ahora tienen 14 y 15 años, y con las que vuelve este año) y con sus padres y sus suegros.
Una experiencia intergeneracional que Violeta narra a escasas horas de que el Rototom Sunsplash vuelva a rugir: del 16 al 22 de agosto, en el recinto de conciertos de Benicàssim, un espacio accesible, seguro, pensado también para el público menudo y con áreas que evitan las aglomeraciones. Lo hará con 73 horas de música y más de 80 conciertos y sesiones en sus seis escenarios; con una oferta de actividades, charlas y talleres distribuidas por una decena de áreas culturales y de ocio; y 40 propuestas gastronómicas planetarias capaces de llevar al paladar el viaje por el mundo que es en sí mismo Rototom Sunsplash.
Violeta (44 años) aún recuerda cómo se enteró de la celebración de la primera edición del festival en España: “Lo vi por internet y le dije a mi pareja: hay un festival reggae en Benicàssim. Mis hijas tenían entonces 2 y 4 años. Nos miramos y fue como: ¡vamos!”. Y así hasta hoy. El segundo año se inscribió en un taller de fotografía impartido durante toda la semana que le llevó, en 2012, a formar parte del equipo oficial de reporteros y reporteras del festival.
“Mi primer Rototom me pareció increíble: de repente era como estar en un espacio donde puedes estar en un concierto pero bajo ese formato de pequeña ciudad; un lugar donde se generan pequeñas comunidades, donde conoces a gente, en el recinto o en la acampada, que viene por mil motivos distintos: por el cartel, por las actividades, por tener un puesto en el mercadillo, por voluntariado… Y conectas”, dice. Algo parecido les pasó a Álex y Zoe, sus hijas. “Les gustaba encontrarse con gente a la que ya conocíamos de Barcelona. Han hecho muchas amistades aquí. Y esas rutinas de sentarte con ellas a tomar un gofre o una horchata, de quedar a cenar y luego ir a los conciertos… es bonito”, señala.
De niñas, y acompañadas también durante varias ediciones por sus abuelos, Mercè y Pere, y Salvador y Susa (entre los 65 y los 70 años), los escenarios más frecuentados por las dos pequeñas fueron los destinados en el recinto al público familiar: de Magicomundo al Mercado Artesano o Jamkunda (el nuevo espacio que reformula la conocida como African Village). Espacios que despliegan cada tarde y hasta la puesta de sol que marca el inicio de los conciertos, una amplia carta de alternativas de ocio, diversión y aprendizaje. “Mis padres han vivido el festival sobre todo por las tardes, aunque también han visto algún concierto; siempre decían que lo que más les gustaba es que era como una pequeña ciudad, ver gente de tantas edades, los espectáculos de circo… y tomar batidos de frutas”, sonríe.
Las hijas de Violeta, Álex y Zoe, ya en la adolescencia, regresan este verano al festival, que dedica precisamente una de sus áreas, la Teen Yard, al público más joven. Con zona de skate, este espacio ofertará cada tarde clases de radio, de edición musical y beat box, sesiones de twerk feminista o talleres de iniciación a la fotografía, que impartirá precisamente Violeta Palazón. Un taller con el que completa círculo y con el que regresa a aquella sesión de 2011 que le unió, entonces como alumna, más aún al Rototom.
“Tras dos años de parón, me apetece reencontrarme con la gente y vivir el Rototom. El festival es la gente. Son esas dinámicas. El ritmo que se genera. Ver cómo en cuestión de minutos la explanada frente al Main Stage se llena de vida”, dice. “¡Y quiero ver a Burning Spear! Hace mucho que no actúa y es uno de mis referentes desde que tenía 20 años”, incide. “Pero seguro que hay muchos más artistas que descubriré, porque eso es lo bueno de Rototom: que te da la oportunidad de descubrir”.
Los seis escenarios abren esa puerta al aprendizaje, y la experiencia, de la que habla Violeta. El festival sonará en este 27º aniversario a reggae, roots, dancehall y afrobeats, pero también a ska, hip hop, balkan o cumbia. Este horizonte sonoro tendrá como cabeza de cartel a Burning Spear -22 de agosto- junto a otros referentes del roots como Luciano, Black Uhuru, The Abyssinians, Max Romeo, Clinton Fearon o Sly Dunbar & The Revolutionaries; y el reggae más actual a cargo de los Marley (Damian ‘Jr. Gong’ y Julian), Morgan Heritage o Alborosie. La apertura del Rototom Sunsplash al afrobeats aterrizará con Davido. No faltarán el ska (The Skatalites), el dub (O.B.F), el dancehall (Sean Paul), el hip hop (Mala Rodríguez) o la cumbia, con La Dame Blanche.
ENTRADAS PARA MAYORES DE 65 AÑOS EN BENICÀSSIM
El Rototom abrirá este sábado, 13 de agosto, de manera especial sus oficinas en Benicàssim (situadas en la calle Mossen Elías, número 14). Se trata de facilitar a las personas mayores de 65 años y a aquellas personas con diversidad funcional superior al 65% la recogida de entradas para la edición de 2022. Podrán retirar sus acreditaciones en horario de 12.00 a 18.00 horas sin necesidad de desplazarse a las taquillas del recinto.