Ibi vive bajo el poder dels Enfarinats
Durante unas horas els Enfarinats imponen la “Justicia Nova” y asumen el poder de la localidad alicantina
Enfarinats y Oposició se enzarzan en una batalla de harina, huevos y cohetes
Si para muchos el 28 de diciembre, festividad de los Santos Inocentes, equivale a bromas e inocentadas, en la Comunidad Valenciana se puede presumir de contar con una de las fiestas más originales y estrambóticas que se celebran en el territorio nacional.
En la localidad alicantina de Ibi, el Día de los Inocentes es sinónimo de harina, huevos y petardos. Su peculiar Festa dels Enfarinats, que se celebra dentro de les Festes d’Hivern, es una representación simbólica de traspaso de poder, del real al burlesco, en el que un grupo de 14 hombres casados (este último es un requisito indispensable) se hacen con el poder civil de la población y durante unas horas cambian drásticamente el ritmo de la villa juguetera.
A las nueve de la mañana y frente al Ayuntamiento se elegía al que por unas horas había de ejercer de alcalde dels Enfarinats. Para la elección no hacen falta urnas ni listas, una simple carrera decidirá el nombre de la persona que regirá el destino de los ibenses. El vencedor, Vicente Candela, asumía el poder entre los vítores de sus seguidores.
Para el alcalde real, Rafael Serralta, “hoy es un día en el que se me arrebata el poder muy a mi pesar y no tendré más remedio que ceder la vara de mando al nuevo alcalde”. La nueva autoridad local estará acompañada en su tarea por un secretario, un alguacil, un juez y un fiscal.
Con un atuendo extravagante y los rostros pintados aunque reconocibles, el nuevo equipo de gobierno impondrá la “Justicia Nova”, un conjunto de leyes y normas que todos los ibenses deben cumplir si no quieren acabar rebozados en harina, pagar la respectiva multa o en ocasiones, terminar en la “presó”. Y las medidas no son fáciles de cumplir. Nada más tomar el control de la población, Vicente Candela daba a conocer las nuevas leyes “no se puede andar ni por el sol ni por la sombra, ni por la calle ni por los tejados…”. En definitiva, una serie de reglas imposibles que provocan que todo aquel que se acerque a sus dominios tenga que acabar pagando la multa.
Como en la política real, els Enfarinats no están solos, el grupo de l’Oposició intentará arrebatarles el poder y no lo hará mediante el diálogo. Según José López, uno de los miembros de l’Oposició, su labor es “ir en contra del gobierno por sistema y para hacerlo recurriremos al ingenio y a los artefactos explosivos”.
Los dos grupos se enzarzan en una verdadera batalla campal en la que se lanzan cohetes y petardos, tres mil docenas de huevos y kilos y kilos de harina. La contienda sólo se detiene cuando llega la hora de realizar la inspección a los comercios de la localidad. La comitiva, encabezada por el alcalde dels Enfarinats, lleva un metro que “mide lo menos tres”, una balanza irregular y una letra de cambio inmensa. Como es natural, con estos puntos de referencia nadie se ajusta a lo establecido y los comerciantes deben pagar las consabidas multas. Eso sí, todo lo recaudado se destina a obras benéficas de la población.
Las bromas, el buen humor y el ingenio son hoy protagonistas en Ibi aunque como en cualquier representación la “Justicia Nova” no dura eternamente y a las cinco de la tarde, la localidad recupera el gobierno real y su ritmo habitual.
Una tradición centenaria
Aunque se desconoce el origen de esta fiesta, se sabe que al menos tiene 200 años de historia. En los años cincuenta del pasado siglo dejó de celebrarse y tras un paréntesis de más de treinta años, un grupo de amigos la recuperó en 1981.
Una fiesta con repercusión internacional
Desde su recuperación ha aumentado de forma progresiva el número de visitantes que, como espectadores, disfrutan de esta peculiar fiesta. Los medios de comunicación han jugado un papel fundamental en la divulgación de la Festa dels Enfarinats y así, cada 28 de diciembre, las calles de la villa se llenan de cámaras de televisión y periodistas que cubren la información para medios nacionales y extranjeros. Para el alcalde, Rafael Serrralta “es una fiesta que llama mucho la atención y la que más repercusión mediática tiene de todas las que se celebran en la localidad”
Els Enfarinats y su representación burlesca consiguen que un día al año el nombre de Ibi traspase fronteras.