LA UNIÓ de Llauradors señala que el Comité Valenciano de Organismos Modificados Genéticamente rechaza la plantación de arroz transgénico en Vinaròs
La Conselleria de Agricultura no da autorización a la empresa italiana Transactiva
La fuerte presión social de esta organización y de otras, clave para el rechazo
LA UNIÓ de Llauradors señala que el Comité Valenciano de Organismos Modificados Genéticamente, dependiente de la Conselleria de Agricultura, ha rechazado finalmente que se cultive arroz transgénico en el término municipal de Vinaròs.
LA UNIÓ se congratula de la decisión e indica que es un éxito logrado gracias a la presión social ejercida por ella y otras organizaciones. En este sentido se enmarca el escrito que remitió tanto a la Generalitat como al Gobierno central para que prohibieran el cultivo de arroz transgénico en Vinaròs.
En el último pleno del Ayuntamiento de Vinaròs se aprobó así mismo una moción en la que se declaraba a Vinaròs ciudad libre de transgénicos, pero LA UNIÓ va más allá e insta a que les Corts declaren la Comunitat Valenciana como zona libre de transgénicos.
La Comisión Nacional de Bioseguridad, organismo del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, había dado recientemente su visto bueno a la plantación, pero era la Secretaría Autonómica de la Conselleria de Agricultura quien debía dar su aprobación definitiva a través del comité. Los motivos oficiales que han trascendido para el rechazo son que la empresa italiana Transactiva no ha ampliado la información requerida desde Conselleria y por tanto al no responder ha expirado el plazo de autorización.
La empresa quería cultivar allí de forma experimental y al aire libre arroz para la producción industrial de la enzima recombinante ácido glucosidasa en la sustitución enzimática de la terapia de la enfermedad de Gaucher. Sin embargo, LA UNIÓ indica que el tratamiento para esa enfermedad y las enzimas humanas necesarias se obtienen en espacios confinados como son los laboratorios.
LA UNIÓ considera que existen ya varios casos de cultivos experimentales de transgénicos que han terminado contaminando la cadena alimentaria, especialmente el arroz. Estos casos han supuesto la ruina para el sector arrocero afectado -como ha sido el caso de Estados Unidos- y gravísimas consecuencias comerciales.
LA UNIÓ también afirma que el tiempo le ha dado la razón cuando argumentó que la experimentación era “puramente comercial” porque en Italia -país de origen de Transactiva SRL- existe una moratoria general para la realización de ensayos experimentales en campo con Organismos Modificados Genéticamente, lo que explicaría el interés de llevarlo a cabo en la provincia de Castellón. La fuerte presión social parece que les ha hecho dar marcha atrás.