Un Villarreal de ascenso directo
El conjunto amarillo lleva 11 goles en 2 partidos
La afición acabaría coreando a los suyos y haciendo la ola
Tras una goleada a domicilio, el Villarreal debía lograr una victoria en su casa, para certificar su buen momento y hacerse fuerte en su feudo tras un inesperado empate hace dos semanas y para seguir en el centro de la lucha por el ascenso directo. Pese a algunos momentos de indecisión, pasó por encima de un Numancia muy luchador, que jamás se rindió pero que le tocó enfrente un rival intratable y muy efectivo de cara a puerta.
En los primeros diez minutos, el submarino amarillo volvió a dejar la iniciativa al rival como ya pasara en el último partido en el Madrigal, aunque pronto sería olvidada esta salida a la espera con los dos goles que lograría en solo dos minutos y antes del primer cuarto de hora. Un gran pase de Bruno al hueco para Cani y dejando este el balón para que Perbet empujara a la red resultó en el primer gol y una jugada colectiva iniciada y terminada por Canteros fue el segundo. El Villarreal repetía once salvo el cambio de Costa por el lesionado Mellberg y de nuevo le salió bien. Bruno y Canteros formaron un doble pivote casi intratable, acabándose ya los calificativos para el trabajo del de Artana y el argentino haciendo increíble que estuviera sin jugar hasta hace una semana, dando grandes muestras de calidad. De hecho, se hubiera tildado de loco al que hace unos meses hubiera dicho que Farinós iba a ser de lo mejor de los nuestros y que no sufriríamos con su lesión porque el Tito lo haría genial. A destacar también la dupla atacante, con dos hombres que zanjaron ya en su primer encuentro las dudas de si al ser tan similares se solaparían y estorbarían y haciendo con su gran trabajo y acierto de cara a puerta muy difícil el quitarles la plaza de titular. Perbet es sin duda una de las sensaciones de 2ª división, haciendo bien todo lo que hace, bajando y aguantando la posesión del balón como pocos, con un gran juego fuera y dentro del área y una fortaleza y potencia física a admirar. En el primer gol fuimos muchos los asustados por el gran golpe que se ha dado con el palo, pero él ajeno a nuestra preocupación se levantó para celebrar el gol eufórico. Moreno, que además cumplía años, se desfondó en el césped, hizo un gran gol y participó en muchas de las jugadas de peligro. Fue clave también en el encuentro la presión de ambos a los defensas rivales y una buena noticia en esta área del campo el que cuando se encontraban cansados y fueron cambiados, tanto Pereira como Uche participaron en ampliar el marcador, el primero con un pase de gol y el segundo realizándolo.
El Numancia nos puso en más problemas de lo que indica el marcador, aún reiterando la superioridad del Villarreal, siendo un equipo muy bien plantado, que nunca se dio por vencido y ejerciendo una gran presión. Con dos goles en su casillero, el Villarreal volvió a demostrar no saber jugar con el marcador de cara. Incomprensiblemente en vez de confianza, su superioridad le creó nervios, jugadas de indecisiones y pases fáciles fallados. De un fallo defensivo y en el único chute al área del Numancia, vendría el gol visitante, que recortaría distancias y haría que el submarino acabara la primera parte casi pidiendo la hora y deseando ir al vestuario a serenarse. Lo bueno es que nada más arrancar la segunda parte, volvió a dar muestras de su efectividad y volvería a ampliar distancias, no sentenciando el encuentro pero casi. Pese a que no tuvo muchas ocasiones realmente claras, el Numancia dispuso coincidiendo con las entrada de Senna y Uche y una bajada de intensidad, de varias ocasiones, estando más cómodos al equipo local entregarles el control de la pelota y echarse atrás y logro muchas e incisivas internadas por banda. Con un conjunto numantino volcado, los de Marcelino fueron letales a la contra y acabaron redondeando un marcador de escándalo con hasta Mario de nuevo hacer una de sus típicas internadas que como en el encuentro anterior acabaría con autogol.
El Villarreal logrará seguro y pronto alcanzar la segunda plaza, aunque esta semana no podrá ser porque el Almería ganó su encuentro con de nuevo encontrarse desde bien pronto e injustamente, con superioridad numérica en el terreno de juego, algo que también le pasaría al Girona al que le pitaron además dos penaltis. La afición del Villarreal hoy protestaba de forma graciosa y original por los arbitrajes sufridos con el lema “igual los que no vemos somos nosotros”, luciendo unas llamativas gafas amarillas. Pese a ello, el colegiado perdonó muchas tarjetas al rival y sobretodo una clara expulsión. Sí señaló un penalti que fue claro aunque su asistente tuvo que avisarlo con insistencia. Es más que lícito y merecido celebrar el resultado logrado hoy, pero el camino aún es largo, no será fácil y no hay que confiarse, principalmente el técnico y jugadores, que deben corregir algunos aspectos culpa de los cuales, si no llegamos a estar tan acertados de cara a portería, podrían habernos llevado a un resultado menos alegre y el reencuentro con una película vista ya otras veces en el Madrigal. Ahora toca ya pensar en el choque ante el Murcia, partido en el que se espera una invasión amarilla gracias a los bajos precios (12 euros peñitas, 15 euros no peñistas) que ofrecen el Villarreal y su Agrupación de Peñas.
Ya tras el encuentro, Pablo Machín, entrenador del Numancia comentó que la derrota duele, le ha puesto en su sitio real, una cura de humildad y pocas excusas se pueden poner cuando se pierde por este resultado. El Villarreal tira con balas y ellos con perdigones. Lo único que se podría hacer es maquillar el marcador. Equipo dolido, encima jugadores con molestias pero cree que levantarán la cabeza. Del Villarreal se lleva la sensación de que va con velocidad de crucero a la segunda plaza pero no descubre nada y era su objetivo desde inicio y con los refuerzos que han hecho y el guardarse en el banquillo gente como Uche, Pereira o Senna demuestra que hoy por hoy es un equipo de otra competición y no han podido faltarle cara, no por falta de actitud sino por buen hacer del Villarreal pareciendo que jugaban hombres contra niños.
Marcelino por su parte se mostró muy cauto, diciendo entre otras cosas que hicimos partidos al nivel de hoy e incluso mejores, solo que a veces aciertas y otras no y hoy se ha tenido un porcentaje de aciertos importante. Habla de un inicio de partido extraordinario, luego nos hemos parado un poco y el tercer gol nada más arrancar la segunda parte ha dado más seguridad para afrontarlo, pero que no nos acostumbremos porque son dos momentos de felicidad en un camino tortuoso gracias a un trabajo de un equipo unido, un gran grupo humano con capacidad y no fruto del azar. Siguiendo con ese discurso de cautela y hablando de los rivales directos, aunque reconoció que la derrota de ayer del Alcorcón ha sido una motivación, hace poco el Almería goleó dos semanas consecutivas y muchos lo daban ya por equipo de primera. Que no nos debe confundir el hecho de haber ganado así en dos partidos porque el próximo domingo tenemos otra final contra un equipo que se juega el no descender. Disfrutamos de lo que estamos logrando, pero cree que este equipo sufrió mucho y ahora vemos el tramo final de competición con mucho optimismo siempre y cuando no modifiquemos las buenas actitudes que estamos demostrando
6 Villarreal CF: Juan Carlos; Mario, Musacchio, Dorado, Jaume Costa; Aquino, Bruno, Tito Canteros (Marcos Senna, 57’), Cani; Perbet (Jonathan Pereira, 79’) y Gerard Moreno (Uche, 63’).
1 CD Numancia: Herrerín; Malón, Regalón, Juanma, Ripa; Nagore, Sunny (Bedoya, 46’), Julio Álvarez, Natalio, Cedrick (Lago Junior, 77’); y Pedro Martín (Del Pino, 72’).
Goles: 1-0, min. 10: Perbet. 2-0, min. 12: Tito Canteros. 2-1, min. 39: Pedro Martín. 3-1, min. 46: Gerard Moreno. 4-1, min. 79: Perbet. 5-1, min. min. 85: Uche. 6-1, min. 90: Regalón, en propia puerta.
Árbitro: Francisco Manuel Arias López (Comité Cántabro). Amonestó a Bruno (16’), Dorado (49’), Perbet (53’) y Gerard (53’) por parte del Villarreal y a Sunny (28’), Juanma (45’), Julio Álvarez (58’) y Regalón (79’) en el caso del Numancia.