Tarde dulce de fútbol en El Madrigal

Un satisfecho Marcelino en las declaraciones post-partido, definía lo vivido como una “tarde dulce de fútbol” y la verdad que la cosa no pudo haber ido mejor. La mini crisis del submarino ya es historia y ha sabido reponerse a bajas y al mal momento, ha ido creciendo poco a poco con cada partido, cada victoria y vive su mejor momento tras realizar el que sea seguramente, el mejor encuentro de la temporada. Cuarta victoria consecutiva y sexto partido sin conocer la derrota (sumando todas las competiciones) y si hace poco el técnico decía que estaba harto de jugar bien y perder, si estas últimas semanas se realizó un juego poco vistoso pero efectivo, hoy el Submarino hizo disfrutar a un Madrigal casi lleno, pese al frío y pese al puente festivo.

El encuentro comenzó similar a los anteriores, de menos a más, encontrándose poco a poco cómodos en el césped, con un centro del campo de la Real muy plagado, al que costaría superar al inicio. Pero los locales fueron haciéndose con el balón, con el control, se fueron gustando y empezarían a llegar las ocasiones, con una recta final de la primera parte y una segunda en la que seguiría yendo a más y en la que acabaría siendo un rodillo pasando por encima del equipo donostiarra. Esta vez ni se fue el equipo atrás ni se fue a menos y, en unos minutos en los que como algún jugador reconocía, parecía que la cosa se había atascado mínimamente y que pese a los merecimientos, el gol no quería entrar, llegó el gol de Bruno (dado al portero en propia puerta por rebotar en su espalda) de falta directa, que quizá no debió ser sancionada pero sería injusto e incierto darle al árbitro algún mérito del devenir del encuentro. Porque antes perdonaría a la Real el quedarse con diez, porque no tuvieron ni una sola ocasión clara en todo el partido, porque hasta el propio Moyes dijo que “pudo ser peor y ganó el mejor” y porque la lata costó abrirla pero luego, y con justicia, fueron cayendo uno tras otro, con incluso Moi Gómez, haciendo un doblete al poco de entrar. Al final, goleada y una grada entregada haciendo la ola, disfrutando de un equipo que sigue teniendo bajas importantes pero aún así supo superar una mala racha y mejora en sensaciones a cada partido, con unos jugadores que aportan trabajo, garra, lucha, entrega, ritmo, intensidad y solidaridad entre muchas otras cosas.

La única pequeña espina que deja el día, es que Vietto no consiguiera su gol y no sería por no merecerlo, por no intentarlo y por en general, un grandísimo partido de un joven argentino que apunta a crack. Y qué decir de la muralla defensiva con Gabriel a la cabeza, de super Mario sorprendiendo cada encuentro, de Bruno, de Jonathan dándolo todo de principio a fin aún jugando fuera de la posición que mejor se le da, de Cheryshev que sigue marcando y que es el máximo asistente del equipo y del “top” de la liga, de un Uche voluntarioso que aunque esté irregular, aunque no marque, siempre está en las jugadas importantes y en general, de un Villarreal que vuelve a ilusionar, si es que algún día dejó de hacerlo.

4 Villarreal CF: Asenjo; Mario, Víctor Ruiz, Gabriel, Jaume Costa;  Jonathan dos Santos, Bruno (Pina, 83’), Trigueros, Cheryshev (Gerard Moreno, 81’); Uche (Moi Gómez, 75’) y Vietto.

1 Real Sociedad de San Sebastián: Zubikarai; Carlos Martínez, Iñigo, Ansotegi, De la Bella; Rubén Pardo (Chori Castro, 68’), Granero, Zurutuza (Finnbogason, 77’), Xabi Prieto, Canales (Hervías, 88’); y Vela.

Goles: 1-0, min. 63: Bruno. 2-0, min. 72: Cheryshev. 3-0, min. 79: Moi Gómez. 4-0, min. 85: Moi Gómez.

Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Amonestó a Vietto (40’), Jaume Costa (48’) por parte del Villarreal y a De la Bella (35’) e Iñigo Martínez (67’) en el caso de la Real Sociedad.