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Un submarino que vuelve a hacer aguas en el Villamarín

Un submarino que vuelve a hacer aguas en el Villamarín
  • Lo bueno es que seguimos a 4 puntos del descenso. Lo malo, todo lo demás

Tras el único punto sumado la semana pasada en casa ante el Espanyol, la duda se apoderaba de la afición pero viendo las porras de resultados y los comentarios, había mucho optimismo para este partido, sobretodo por el posible planteamiento del entrenador que ya funcionó ante el Rayo.

Como viene siendo frecuente esta temporada, cuando la gente respira un poco, sale del pozo del pesimismo y que parece que se ha mejorado y se ha dado algunos pequeños pasos hacia delante, nos golpea la realidad de que solo son momentos de espejismo y lo hace cruelmente demostrando la peor cara del equipo, que da un paso de gigante hacia atrás y que hace volver todos los miedos a la parroquia amarilla.

Se repite de nuevo el "efecto del nuevo entrenador" que ha durado los mismos partidos que duró con Molina, con la diferencia para lo bueno y para lo malo, que cada vez quedan menos jornadas, el término de "jugamos una final" cada vez coge más importancia y que evidentemente no se va a volver a cambiar de entrenador.

Si algo nos llevaba a coger algo de confianza y optimismo, es que Lotina hace incapié en el trabajo defensivo y que partidos como el del Espanyol con los anteriores entrenadores seguramente los hubiéramos perdido. Así mismo, parecía que su trabajo en esta faceta tenía sus frutos y el equipo no estaba encajando a penas goles desde que llegó. Ayer nos golpeó de nuevo la dura realidad.

Y es que ya puedes poner 20 defensas, que si no corren, no luchan, no meten el pie y no están atentos, te van a meter goles igual. También es cierto que como viene siendo habitual esta temporada, si tenemos 2 errores en todo el partido, nos meten 3 goles, siendo excesivamente castigados y no teniendo ni un poco de ese factor de suerte tan importante en este deporte.

No voy a hacer un repaso a cada jugador como más o menos hice la semana pasada. Si mencionaré por ejemplo de nuevo que Oriol vuelve a demostrar que defensivamente le queda mucha madurez y que Gonzalo, que nadie sabe por qué y ya en los últimos partidos de Molina, ha sido relegado de la titularidad, ayer nos hizo echar de menos (quién nos lo iba a decir) a Zapata.

Los dos citados titulares en la defensa de ayer, fueron los protagonistas en los goles, sobretodo en los dos primeros que nos dejaron tocados y hundidos.

Hasta cierto punto sorprendió el 4-2-3-1 propuesto por el mister, con de nuevo Ángel en el trivote (cosa que no podrá repetir el jueves a no ser que se recurra su expulsión que fue cuanto menos muy rigurosa) y solo un punta arriba, porque si algo demostró el partido ante el Rayo y ante el Espanyol, es que necesita alguien al lado rápido que le abra huecos y da pena verlo arriba al pobre dejándose la vida y luchándo cada pelota solo en su isla.

Que practicamente la única ocasión nuestra (que no fue ni chute a puerta que tuvimos uno o ninguno) fuera un balón que se le escapa al portero y casi se mete solo dentro de la red, ya lo dice todo.

La idea de poblar el medio del campo y cortar la progresión del rival, no era del todo mala. De hecho, en la primera media hora hasta tuvimos el balón mucho más que ellos y llevábamos más sensación de peligro que ellos. Pero duró 34 minutos cuando como ya he comentado y sabrá cualquiera que viera el partido, cometimos el primer error grave atrás y cuando tres minutos después tuvimos el segundo error del cual vendría el segundo gol y tiraría todo ese planteamiento a la basura. No hubo reacción y aunque acabamos con cuatro hombres ofensivos en el campo, no chutamos a puerta.

En el descuento, Ruben haría de penalti lo que se conoce como "el gol de la honra" lo cual sería una simple anécdota. Vuelven los viejos fantasmas, los viejos errores, que no son tan viejos realmente porque nunca se acabaron de ir.

 Pero no hay tiempo de compadecerse y aunque sería entendible y seguro que la mayoría lo hicimos anoche, no es lo mejor maldecir ni cargar contra nadie. En menos de siete días tenemos dos partidos clave en casa que vuelven a ser finales, término que parece ya repetitivo pero que cada vez coge más relevancia.

Siempre se puede destacar algo bueno y es que con la derrota del Zaragoza nos sigue dejando a cuatro puntos de la zona de descenso por lo que todo sigue igual y queda ya una jornada menos.

No queda otra que como digo pensar en el jueves y no hacer otra cosa que sea estar con los nuestros a muerte si el año que viene queremos disfrutar fútbol de primera división.


3 Real Betis: Fabricio; Nelson, Paulao, Chechu Dorado, Nacho; Jefferson Montero (Juanma, 61’), Beñat (Salva Sevilla, 76’), Cañas, Jonathan Pereira (Matilla, 53’); Rubén Castro y Roque Santa Cruz.

1 Villarreal: Diego López; Mario (Martinuccio, 64’), Gonzalo, Musacchio, Joan Oriol; Ángel, Marcos Senna (Nilmar, 46’), Bruno, Cani (Camuñas, 64’), Borja Valero; y Marco Ruben.

Goles: 1-0, min. 34: Santa Cruz. 2-0, min. 37: Rubén Castro. 3-0, min. 58: Beñat. 3-1, min. 93: Marco Ruben, de penalti.

Árbitro: Velasco Carballo (Comité Madrileño). Amonestó a Joan Oriol (38’) por parte del Villarreal y a Paulao (20’), Jonathan Pereira (41’), Jefferson Montero (58’) en el caso del Betis. Expulsó a Ángel por doble amarilla en el minuto 65.

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