El submarino amarillo gana, golea y convence
Gran partido del conjunto amarillo que arroyó a un maltrecho Racing
El Villarreal viajaba a Santander tras un gran partido en casa que quedó empañado por no saber cerrar el encuentro y que el rival te empatara de nuevo en los minutos finales. Estos miedos del pasado sumados a la falta de gol, dejaban una sensación agridulce aunque se viera a un Villarreal distinto, con un estilo de juego vistoso y rápido que recordaba a sus mejores tiempos. Ayer tenía una importante prueba para demostrar si aquello fue de nuevo un espejismo o se ha dado con la tecla de este equipo y se tiene ya una línea marcada clara a seguir. Aunque cada partido es un mundo, que esto será muy largo y que sobretodo hay que seguir certificándolo ganando en casa la próxima semana, parece que si, que el Villarreal retoma su estilo de juego, uno que siempre supo hacer, pero que parecía tener olvidado.
Cómo sería el partido se vio desde el inicio aparte de que ya lo comentaron durante toda la semana periodistas y aficionados de Santander. El Racing basa su juego basicamente en poner dos líneas muy juntas defendiendo y en intentar buscar alguna ocasión cuando el rival tenga un error. El Villarreal tocaba la pelota una y otra vez con paciencia y bien colocado en el campo, llegando a acumular un 78% de posesión a su favor en la primera parte. Faltaba crear peligro y como consecuencia hacer gol, el cual llegaría pasando la primera media hora de partido con un chute imparable de Manu Trigueros tras una jugada que él mismo se fabricaría. Aunque ayer todos rindieron a un grandísimo nivel y parece injusto destacar a unos sobre otros, es innegable que el que más brilló fue el joven de Talavera, criticado injustamente jornadas atrás por algún sector y que hizo su mejor partido en lo que llevamos de temporada, sacando esa calidad que parece estar destinada a unos pocos elegidos y que esperemos salga a relucir muchas veces más. De sus propias botas salió un gran pase largo a Uche, que controlaría perfectamente y tras un taconazo a Jaume Costa que este le devolvería, haría el 0-2 en el marcador. Esto vino en parte propiciado porque el rival, tras el primer gol abrió un poco sus líneas y dio más espacios a un Villarreal que lo aprovechó y a la vez no permitió que le crearan peligro en toda la primera parte salvo una jugada puntual.
En la segunda parte siguió la buena predisposición de un conjunto amarillo que volvió a demostrar que jugando con intensidad, con ganas, presionando cada balón y siendo todos solidarios con el compañero, es difícil que no gane. No se habría llegado aún a los 10 minutos de la reanudación cuando Uche de nuevo mandaría al fondo de la portería un balón proveniente de las botas de Cani que se sacaría un centro para enmarcar, aparte de que se le vería todo el partido muy agusto, realizando el mejor encuentro que se le recuerda en tiempo.
Apartir del minuto 70 si se empezaría a notar el cansancio en los hombres de Julio Velázquez que se lo pensaría de nuevo demasiado a la hora de hacer cambios para refrescar a sus jugadores, aparte de darle confianza y la oportunidad de reengancharse a la competición a gente como Cavenaghi, que va a ser vital cuando hombres como Uche o Hernán se ausenten por compromisos internacionales. Acabaría disputando 10 minutos junto a Pandiani, teniendo este segundo antes del final una ocasión clarísima de gol que enviaría fuera cuando parecía que entraba. Aunque para jugadores de refresco con ocasiones Hernán Pérez, que tuvo dos mano a mano con el portero, de los que hoy casi no nos acordamos por el abultado resultado final, que pudo ser mucho mayor en unos minutos de locura y de ida y vuelta donde el Racing también buscó la suya aunque fuera por orgullo o por una grada muy caldeada pero que llevaría poco peligro más allá de un balón al palo.
Balance muy positivo en un gran partido del Villarreal en el que fue en todo momento superior al rival y en el que aparte de jugar realmente bien, saldó sus cuentas pendientes con el gol, contra un rival que no era nada fácil situando hasta 8 hombres defendiendo y buscando diferentes recursos para ello, los cuales tendrían éxito. Ahora toca seguir en esta línea y certificar el buen momento de juego ganando en casa ante el Lugo.
Habrá que ver si el entrenador mantiene este sistema o cambia, dado que lo ha propiciado la baja de Mellberg, haciendo retrasar a Bruno a la defensa y formando este centro del campo de creación con el triángulo formado por Cani, Trigueros y Moi (sin menospreciar a Senna por detrás de ellos tal y como jugaba en la Selección) planteando esto en muchos la duda de si el citado jugador maño no rendía por no estar en su posición natural.
Tras el partido y entre varios protagonistas, habló Julio Velázquez que confirmó ante la primera pregunta que le hicieron que fue nuestro mejor día y sobretodo a tenor del resultado. Habló de un equipo muy superior, que estuvo muy bien en un contexto muy complicado por todo lo que rodeaba al encuentro. Que estos partidos no son sencillos y por eso se mostró muy orgulloso de los jugadores que desde el minuto 1 no se pusieron nerviosos, no tuvieron ansiedad, supieron gestionar la pelota y estar cómodos además de defender el resultado no echándose atrás sino ir a por más goles.
Habló de haber sido fieles a lo que somos, a nuestro modelo y lo que estamos construyendo. Que se ha buscado la portería rival desde el inicio, tras hacer el primero se ha ido a por el segundo. Además comenta el hecho de que venimos de un partido bueno del Madrigal aunque fue una pena que no se ganara y que ayer se dio golpe sobre la mesa. Añadió que el otro día tuvo una propuesta muy similar, con juego vistoso y que juegue uno o juegue otro, esta es la línea de juego a seguir. Se alegra sobretodo por el presidente y por la afición y espera que esto sirva para que haya esa comunión necesaria e ir todos de la mano.