Siguen las malas sensaciones tras la visita a Granada de donde nos venimos sin un punto

Como reza uno de los titulares, la mayoría esperábamos y deseábamos un cambio en el juego del equipo y hoy no llegó. De hecho sigue igual, el tiempo pasa y los puntos se quedan por el camino por lo que los nervios y las malas sensaciones van aumentando.

La temporada pasada acabamos con muy malas sensaciones pero se culpó a la evidente carga de partidos y a lo que nos castigaron las lesiones y por lo tanto lo cansados que estaban los que casi siempre jugaban (sea porque no había otros o porque en los otros que había no se confiaba).

Pero esas excusas ahora no sirven cuando estamos empezando la temporada y que salvo Ángel que aún está lesionado tenemos el equipo que debe luchar en las tres competiciones. Por tanto, ¿qué nos pasa? Pues es la pregunta del millón más que saber el que, el por qué. Y es que estamos lentos, predecibles, jugamos sin chispa, sin alma. Calificativos que traen un desagradable dejavù a la época de Valverde.

Y es que el entrenador que nos salvó de aquello parece que esté viviendo esos mismos momentos de los que esperemos que nos vuelva a rescatar pero la cosa pinta realmente mal. De todos modos servidor y una parte de la afición (aunque cada vez menos) confía en que saldremos del pozo y el entrenador que nos sacó hace dos temporadas de allí y nos metió la temporada pasada en Champions volverá a lograr la gesta. Igual luego no es así pero me parece injusto no darle un voto de confianza tras lo logrado, más allá de todos aquellos que lo creen culpable hasta del 11S, que critican hasta si inspira por la boca en vez de por la nariz o que lo hayan cruzado porque no les metiera a su sobrino en el benjamín o simplemente por lo seco que es.

Pero bueno, no es el día hoy para cruzadas defensivas del equipo ni del entrenador porque nos han vuelto a ofrecer una triste imagen. Se puede perder ante un Bayern, ante un Barça y hasta ante un recién ascendido Granada pero duele ver que este Villarreal no es el nuestro y la triste forma en la que cae.

Una de las decisiones que no entendemos ni los más comprensivos es el empecinamiento en poner a Marchena en medio campo, que ayuda a la labor defensiva pero te evita ese juego de creación marca de la casa y más aún cuando tenemos a un jugador que es una apuesta y peticion del mister que ha costado 8 millones y que claramente no se ha acoplado a sus compañeros y necesita hacerlo para Champions donde juega si o si por la baja de Valero por sanción.

Pero también sería injusto cargarlo todo sobre un jugador o sobre un sistema. Visto lo visto el equipo no está bien a ningún nivel ni practicamente en ninguna posición. 

Pasando a lo futbolístico de lo visto hoy, hemos tenido posesión pero no hemos sabido que hacer con la pelota. Hemos tocado y tocado pero sin inercia, sin profundidad ninguna. Ellos nos han esperado atrás y a la contra nos mataban. Nosotros sin ocasiones y ellos en dos toques rápidos nos hacían sufrir.  La defensa dentro de la tristeza de lo visto no ha estado mal pero la conexión entre el medio campo y la delantera que se les ve muy lejos unos de otros, ha sido inexistente.

En uno de esos pases sin ganas y sin idea, de esos que casi se dan sin mirar por el hecho de soltar la pelota, Cani la pierde, a la contra el lateral se va de Zapata y Uche, ese jugador que hemos comprado para cederles a ellos ha rematado de cabeza sin oposición de los defensas nuestros que simplamente lo miran como la mete a la red. Anécdota irónica de un jugador nuestro al que no le ponemos "claúsula del miedo" porque el Granada paga su ficha.

Tras el gol que llegaría en el minuto 56, Garrido empezaría a hacer cambios y aún siendo raro para él, en el minuto 67 ya los había agotado todos. Tampoco aportarían una gran revolución en un encuentro que nuestro primer chute a puerta y de los pocos que habría llegaría en el minuto 51.

Lo que no lograríamos nosotros con el juego nos lo regalaría el árbitro en el minuto 78 con un penalti sobre Nilmar inexistente y que no se si es peor que Rossi lo tirara al palo o que luego De Guzmán a puerta vacía en el rebote lo tirara fuera.

Como digo las sensaciones no son nada buenas y la afición empieza a impacientarse y con razón. Esperemos que esto remonte pronto porque habiéndose jugado solo 3 jornadas estamos en el descenso y a 8 puntos de supuestos rivales directos, si es que queremos estar ahi arriba.

El martes ya es toda una final contra el Mallorca. Todo lo que no sea ganar ya no es que será preocupante, es que teñirá el panorama de negro.