A 6 puntos del ascenso directo
El Villarreal tuvo ocasiones claras para ganar que no materializó
Cuestionable actuación arbitral que no excusa lo demás
Ayer fue un enésimo intento de enlazar una racha de dos victorias que permitiera acercarse al objetivo del ascenso tras ganar en casa por goleada en un partido que como ya comenté no se podía tomar como referencia al tener las mismas sensaciones que otros partidos que nos acabaron empatando y estar claramente marcado por la expulsión de un hombre rival. Por primera vez en mucho tiempo la gente estaba contenta con la alineación presentada, radicalmente diferente al más que conservador planteamiento en Elche y con la única ausencia de Senna por acumulación de tarjetas.
El primer tiempo fue equilibrado, con intercambio de dominio entre ambos, como si de un pacto de respeto e igualdad se tratara, encerrando uno en su campo 10 minutos al otro y luego intercambiar papeles. Aunque en la posesión de balón fue algo superior el Girona, en el intercambio de golpes, claramente ganaba el Villarreal con más ocasiones y sobretodo más claras. Se echaría de menos una marcha más de velocidad, de intensidad, de entrar a robarle el balón al rival en vez de acompañarla con la mirada y esperar que lo pierda. Esto cambiaría a mejor en el segundo tiempo y se vería nada más arrancar, yendo el Villarreal a por la victoria desde el inicio. Si bien es cierto que tendría más llegadas a área que realmente remates, la sensación de que el gol podía llegar en cualquier momento era patente. Pero no llegó y lo que es peor, el rival en un córner aislado en el que nuestra defensa y portero no lo pudieron hacer peor, fue quien marcó.
Aunque algo a la desesperada valoro personalmente como positiva la actitud de ir a por el gol con más ahínco si cabe y que se encerrara al rival en su área pero si el gol no llega de nada vale. Y es que las tuvimos de simplemente empujarlas a la red, vaselinas que se iban altas por centímetros, chutes imparables que tropezaban en propios compañeros. De esos días que la pelota no quiere entrar. Con el paso de los minutos la intensidad como es normal baja, el cansancio pesa en las piernas y el técnico no debió creer que tenía algo en el banquillo que lo mejorara dado que el único hombre de refresco que entraría sería Pandiani y porque Uche se retiró con molestias a falta tan solo de 7 minutos para el pitido final. Aparte de que flojearan las fuerzas y con ello el número de ocasiones, al jugar tan volcado corrías el riesgo de que en una contra te cogieran y así sucedió. La primera llegada del rival en muchos minutos se tradujo en un penalti de Mellberg por manos que además nos costaría quedarnos con diez. Ahi moriría el encuentro y el rival aún podría aumentar la derrota haciéndola si cabe más injusta y dolorosa.
Si analizamos el encuentro de forma individual, merecimos ganar y hoy si que se puede calificar de injusticia y no como el día del Elche que no pasamos apenas de medio campo. De todos modos, las ocasiones aparte de generarlas hay que materializarlas porque si no, no sirven de nada. Capítulo aparte el tema arbitral, que fue casero cuanto poco. El rasero a la hora de sacar tarjetas fue completamente desigual y el Villarreal reclamó posible falta en el primer gol del Girona y un penalti en cada parte. Julio Velázquez en sus declaraciones post-partido acarreaba todos los males sucedidos a la actuación del colegiado, mostrándose orgulloso y contento por el trabajo de los suyos. Hasta ahora siempre decía que los arbitrajes eran factores externos que se escapaban a nuestro control, que a veces te dan y otras te quitan y que el equipo lo que tiene que hacer es manejar los aspectos controlables. Ayer cambió el discurso y más allá de que tenga razón, sonó a que quería dejar claro que estando su puesto pendiente de un hilo, ayer al menos no fue culpa suya, siendo quizá el árbitro salvador a la vez que verdugo.
Pero muchos ven más allá de las nubes que tapan el paisaje y aunque les indigna como le pitan de fácil en contra a su equipo, también ven que hoy ha sido el árbitro, ayer fue un gol injusto en el descuento y anteayer fue el entorno que presionaba. La realidad es que a día de hoy, el equipo por unas cosas o por otras va a 12 puntos del líder y a 6 del ascenso directo y que la situación de dar un paso adelante y tres atrás, aparte de traer dejavùs de viejos errores, no parece tener una mejoría o cambio cuando ya estamos al borde del parón navideño. El mejor panorama sería una victoria y una carambola de resultados rivales que podría dejarnos a 3 puntos del objetivo y así tener unas navidades más tranquilas. Al menos, para ver si esto sucede o no, esta vez tendremos que esperar menos, lo que ayudará seguramente a que el ambiente no se vuelva a cargar hasta volver a resultar irrespirable.
2 Girona FC: Dani Mallo; Jose, Chus Herrero, Migue, David García; Tebar, Luso, Juanlu (Pere Pons, 65’), Jandro (Jofre, 86’), Felipe Sanchón y Benja (Acuña, 70’).
0 Villarreal CF: Mariño; Javi Venta, Mellberg, Musacchio, Joan Oriol; Bruno, Manu Trigueros, Cani, Hernán Pérez; Uche (Pandiani83’), y Cavenaghi.
Goles: 1-0: Benja (50’). 2-0: Jandro de penalti (81’).
Árbitro: Eduardo Prieto Iglesias. Amonestó a Juanlu (19’), Bruno (34’), Tebar (54’), Pandiani (55’), Cani (61’) y Mariño (82’). Expulsó a Mellberg por doble cartulina amarilla (73’).
Incidencias: Partido correspondiente a la 18º jornada de Segunda División disputado en el Campo Municipal de Montilivi ante unos 4.763 espectadores.