Paloma del Río en Vila-real: “El deporte salva vidas. Fue la vía para ayudar a las deportistas afganas a huir del país y seguir vivas”
Ambas narran en el campo del Villarreal CF la cadena de solidaridad desplegada desde el ámbito deportivo que ha permitido a 32 deportistas y familiares escapar del poder talibán
“El deporte salva vidas. En este caso concreto así fue”, asevera la periodista Paloma del Río, la voz de las Olimpiadas y de las competiciones de gimnasia para TVE y Premio Reina Sofía del Deporte. Comparte visión la exjugadora de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas Latifa Sakhizadeh, que ha relatado junto a ella su huida de Afganistán, tras el regreso de los talibanes al poder, en la sesión ‘Los valores del deporte salvan vidas’, que ha acogido esta tarde el Estadio de la Cerámica de Vila-real.
“Sí, en mi caso el deporte salvó mi vida. Gracias a él he viajado, he conocido a mucha gente y por eso disponía de una red de contactos a la que pude pedir ayuda para salir de Afganistán y venir a España. Si no hubiera sido deportista habría sido muy complicado huir”, ratifica Sakhizadeh.
Esta sesión del ciclo ‘Diálogos sin fronteras’, impulsado por el festival Rototom Sunsplash y su Asociación Cultural Exodus, es la primera de las acciones conjuntas del convenio de colaboración firmado entre el Villarreal CF y el festival internacional reggae para impulsar la cultura en la provincia de Castelló.
Durante el debate, ambas han narrado el periplo de dos años y medio transcurridos desde aquella primera llamada de auxilio desde Kabul, en agosto de 2021, por parte de la capitana de la selección nacional de baloncesto, Nilofar Bayat, al corresponsal de guerra Antonio Pampliega; y la llamada a la solidaridad activada por éste y del Río para hacer posible la salida de Afganistán de Bayat, Sakhizadeh y otra treintena de personas, entre deportistas y familiares.
“El mensaje de Bayat a Pampliega fue claro: ayúdame a salir, me van a matar. Ese mensaje a Antonio también me llegó a mí, y ahí empezó la cadena solidaria -y de burocracia- con la implicación de decenas de deportistas a nivel particular, fundaciones y empresas que prefieren mantenerse en el anonimato y que permitieron recabar el dinero para los billetes”, explica la periodista.
“El deporte salva vidas no sólo en el plano emocional: en este caso fue la vía para huir del país y seguir vivas”. Hablamos de “mujeres, deportistas, con estudios y con discapacidad, muchas de ellas por amputaciones por minas de los talibanes a principios de los 2000”, detalla del Río en un intento de situar el peligro, por partida cuádruple, al que se enfrentaban estas ciudadanas afganas.
“Paloma y Antonio cambiaron por completo mi vida. Les contacté y me respondieron enseguida. Llegaron a tiempo”, agradece Latifa, la primera del equipo en llegar a España, en marzo de 2022.
“Mi vida antes de los talibanes era buena, estaba feliz. Podía jugar a baloncesto y trabajar. Salir sola a la calle. Era libre. Pero cuando los talibanes tomaron el poder mi vida cambió por completo, corría peligro. Todas las vidas de los afganos cambiaron, especialmente las de las mujeres: ahora ninguna tiene derechos”, relata Latifa Sakhizadeh, que llegó a España junto a su hermano.
Tras una primera estancia en un centro de acogida de refugiados y seis meses de espera para obtener el pasaporte, la joven exdeportista, de 28 años, ha podido mudarse a un piso. Reside en un pueblo de Madrid y desde hace dos meses trabaja en una ortopedia para personas con discapacidad, al igual que lo hacía en Kabul.
“Mi vida es el deporte, realmente”, recuerda con nostalgia. Está reconectando con esta faceta, pero poco a poco. “Entreno con el equipo de Leganés, pero no tengo ficha así que no puedo jugar partidos oficiales”, detalla.
“Sé que, en el futuro, mi vida será mejor. Quiero trabajar y jugar a baloncesto, como hacía en Afganistán. Extraño a mi familia -que aguarda en Irán- y me gustaría que pudieran venir, y vivir juntos de nuevo; entonces mi vida estará completa”, sostiene.
La periodista Paloma del Río concluye: “la solidaridad del mundo del deporte se tiene que transmitir”. La ejercida “de forma discreta, callada”, en el caso de las 32 deportistas afganas, incluida Latifa Sakhizadeh, y sus familiares, ha sumado “el apoyo de muchos deportistas que tienen el compromiso de aportar a la sociedad”. Una solidaridad, desde el deporte, que ha salvado 32 vidas.