Éxtasis "groguet"
Victoria vital del Villarreal que lo coloca de nuevo como máximo candidato al ascenso directo
Como decía el gran Andrés Montes: “la vida puede ser maravillosa” y el fútbol más aún. Es parte de su magia cómo todo puede cambiar en poco espacio de tiempo, cómo del cielo puedes pasar al infierno (algo que por desgracia sabemos) y como algo que puede verse casi imposible tras un partido se ve más que factible tras otro. Y es que la derrota ante del Elche dejaba el objetivo del ascenso directo cuanto menos complicado y más difícil se antojaba la carambola de una derrota del Girona en casa ante un equipo ya descendido y la victoria del Villarreal ante un rival que pocos puntos ha dejado escapar de su casa este año. Pero a veces las estrellas, los planetas, el karma, la justicia divina o como quiera llamarle cada uno, se alinea y te deja días inolvidables y ya desde su misma consecución, históricos.
El Villarreal y unos 300 valientes viajaban a Alcorcón sabiendo que ayer el Girona perdió y que volvíamos a depender de nosotros mismos. Estos últimos años podemos quejarnos de que toda la mala suerte posible y más, ha recaído sobre nosotros en todos los sentidos, pero de lo que no podemos quejarnos esta temporada es de falta de oportunidades por pinchazos de los rivales y hoy se nos volvía a poner en bandeja. El partido se puso pronto de cara y es que en la primera parte el conjunto amarillo aparte de salir enchufadísimo, jugar bien, ser superior al rival y ponerle casta, lucha y coraje, se iba al descanso con dos goles a favor en su marcador gracias a dos saques de corner, uno rematado por Uche al hueco donde el portero no pudo llegar y otra rematada de cabeza de forma magistral por Bruno. Aprovechábamos una faceta tan poco usada desde hace tiempo como el balón parado, siendo esta además una de las más temidas hoy del rival. La segunda parte empezó algo distinta. Bajó el ritmo de la primera que había sido como el azul de nuestra camiseta hoy: eléctrico. El encuentro se mostró ausente de ocasiones aunque poco a poco el Alcorcón fue encerrando al Villarreal en su área, con su ya conocida casi única arma como es colgar incesantes balones, los cuales dadas las reducidas dimensiones del terreno de juego podían venir incluso del portero desde su área. Digo casi su única arma, porque si en Múrcia tuvimos clases teatrales aceleradas, aquí nos han enseñado que el fútbol puede ser una disciplina multideportiva que se mezcla con artes como el kung fu, el karate o el rugby. Se entienden ahora quejas de muchos rivales que han pasado por el Santo Domingo, extrañeza al ver como tantas veces acabaron jugando con uno más y remontando in extremis. La segunda división a veces parece la guerra y en días como hoy la sensación es mayor. Codazos, patadas, puñetazos, pisotones, manos incesantes...todo vale y más si el árbitro perdona hasta tres posibles rojas directas, un sinfín de amarillas (que en más de un caso debieron significar la segunda para algún jugador) y encima asistías a cómo ellos reclamaban cada acción gritando al árbitro ante la permisividad total de este, cuando deberían estar gracias por perdonarles la vida y para rematar ver como a ti te penalizan con las mismas o más tarjetas por cosas como desplazar la pelota unos metros o hacer una mano de rebote e involuntaria.
Volviendo a lo meramente deportivo, el Alcorcón como comentaba iba a encerrando al Villarreal y a falta de unos 20 minutos acortaron distancias dando pie a una recta final de sufrimiento interminable en el que el tiempo no corría. Pero aguantamos sus embistes y en el descuento llegó el éxtasis, la explosión de alegría, el dejar allí por tierras madrileñas parte de esa mochila cargada de viejos fantasmas, miedos y penas. Canteros en una jugada individual para enmarcar hacía el 1-3 y sentenciaba una victoria vital y desde hoy mismo histórica e inolvidable. Dio además imágenes para el recuerdo, de esas que no nos cansaremos de ver una y otra vez como Juan Carlos abrazando a los aficionados que viajaron con lágrimas en los ojos, Marcelino haciendo “el avión” o el banquillo y trabajadores del club abrazándose en bloque. Hablando de jugadores, muchos se pueden destacar hoy, pero intentaré quedarme con algunos nombres. Uche hizo el gol y además esta vez si se le vio la deseada (y obligada como profesional que es) entrega igual que al resto de sus compañeros, Cani volvió a darlo todo hasta que le duró la gasolina, Bruno que al final pudo estar por retirársele la tarjeta aparte del gol hizo un partido soberbio y Pablo Iñiguez pujó muy fuerte por su titularidad para lo que queda de liga haciendo un grandísimo partido siendo este muy complicado. Pero quiero hacer mención especial a Tito Canteros, un hombre que llegó con una lesión que se alargó más de lo esperado, que Velázquez dejó injustamente una y otra vez fuera de las convocatorias y que pese a no contar casi para nada dijo que se quedaba, que él no quería irse así sin demostrar lo que valía y desde hoy ya forma parte de la historia del submarino.
La euforia desatada es deseable y merecida pero eso no quita que aunque si bien es cierto que el equipo tras el gol local no dio la sensación de estar muerto como ante el Elche, si se vino bastante abajo, no pasaba de medio campo, los cambios volvieron a no producir el efecto deseado y sobretodo se sufrió mucho, viéndose el gol del empate muy cerca en muchos momentos. Como Marcelino ha repetido hasta la saciedad, el resultado viene marcado en muchas ocasiones por pequeños detalles que decantan la moneda y el cielo o el infierno pueden distanciarse por muy poco. Hoy ya rozamos el cielo, pero aún quedan partidos, empezando con el del Girona, que muchos deseamos que llegue ya. De momento, toca disfrutar de esta victoria y de las fiestas de San Pascual.
1 AD Alcorcón:Manu Fernández; Camille, Abraham, Babin, Rubén Sanz, Oriol Riera, Kike López (Dani Nieto, 55’), Miguélez (Sergi Enrich, 46’), Fernando Sales (Prendes, 73’), Ángel Sánchez y Nagore.
3 Villarreal CF: Juan Carlos; Mario, Mellberg, Pablo Íñiguez, Jaume Costa; Aquino, Bruno, Tito Canteros, Cani (Manu Trigueros, 75’); Uche (Marcos Senna, 86’) y Perbet (Jonathan Pereira, 71’).
Goles: 0-1, min. 7: Uche. 0-2, min. 36: Bruno. 1-2, min. 74: Sergi Enrich. 1-3, min. 94: Tito Canteros.
Árbitro: Daniel Ocón Arraiz (Comité Riojano). Amonestó a Kike López (49’), Rubén Sanz (58’), Camille (69’) Ángel (77’), Lamas (80’), Oriol Riera (92’) y Prendes (94’) por parte del Alcorcón y a Cani (33’), Mellberg (51’), Aquino (65’) y Juan Carlos (89’) en el caso del Villarreal (32’). Expulsó a Nagore en el minuto 93 por doble amarilla.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 38 de la Liga Adelante disputado en el Estadio de Santo Domingo de Alcorcón. Más de 300 espectadores apoyaron al Submarino en las gradas del feudo alfarero.