Empate en Almería que significa el adiós a Velázquez
El Villarreal fue incapaz de ganar aún estando con superioridad numérica
Lo mejor del encuentro, los 200 valientes aficionados que se desplazaron
El Villarreal no arranca, eso es un hecho que ayer volvió a quedar demostrado. Para quien no haya visto el partido, el empatar en el campo de un rival directo y estar a tan "solo" 6 puntos del ascenso directo, puede que no sean malas noticias. Para el que si lo haya hecho, se fue tras su finalización seguramente y de nuevo con la sensación de que su equipo no juega a nada y que salvo un cambio radical, el ascenso se antoja complicado.
Los primeros minutos fueron igualados, de ida y vuelta aunque sin llegar a la locura vista ante el Barcelona B. Pronto el Almería se haría con el control del balón lo cual como siempre muestra nuestras mayores carencias. El Villarreal es un equipo poseedor, no sabe que hacer si no tiene la pelota y lo que es peor, no presiona para recuperarlo sino que espera que el rival lo pierda por si mismo o finalice la jugada cruzando los dedos para que lo haga tirando fuera. Como es ya costumbre, el conjunto amarillo dejaba tocar al rival sin ofrecer oposición incluso dentro del área donde todos los rebotes favorecen siempre al contrario que aunque esté con menos efectivos en esa zona del campo, siempre está más atento y más rápido que tú. A la falta de contundencia se sumaban los nervios en todas las líneas pero sobretodo en la defensiva, con hasta los hombres más confiables en este área como Costa o Mellberg muy dubitativos en todo momento.
Lo peor de todo es que en los momentos que teníamos la pelota no sabíamos qué hacer con ella, teniendo nula profundidad y estando carente de ideas. Pocos jugadores a destacar en el partido de ayer salvo Juan Carlos que volvió a ser vital para no encajar más goles y el voluntarioso Jonathan Pereira que fue el único que aportó peligro en un partido donde es difícil hablar de ocasiones claras del submarino, teniendo pocos acercamientos más allá de algún chute que se iría alto o incontables córners que desperdiciaríamos uno tras otro.
Pese al rival estar mejor y gracias a las incursiones de Pereira, el conjunto andaluz se quedó con un hombre menos cuando quedaba casi toda la segunda parte por delante. En el saque de la propia falta que lo provocó, el Villarreal empataría, tendiéndole el fútbol y su grandeza una oportunidad inmejorable e irrechazable de reencontrarse con la victoria fuera de casa. Pero fue incapaz de crear ocasiones claras y daba la sensación de que el rival aún con inferioridad podría acabar ganándote. Sensación de tristeza y pena ver que los tuyos no sabían que hacer teniéndolo todo de cara. Los cambios, que como casi siempre llegaron tarde, dieron sensación de frescura y de aportar un poco más, pero fue un estéril espejismo.
Difícil hacer un análisis que no suene catastrofista aunque a estas alturas y siendo algo que se ha repetido tantas veces durante la temporada, ya es más bien realista. El Villarreal acaba la primera vuelta de la competición sin saber aún a que juega, yendo siempre a despensas del ritmo y juego que impone el rival y lo más preocupante, sin dar sensación de que vaya a haber un cambio milagroso. El objetivo se antoja complicado, aunque como decía, intentando ser positivos, el ascenso directo está a "solo" 6 puntos, queda toda la segunda vuelta y hay tiempo aún para cambiar. Eso si, el cambio no va a venir solo y hay que tomar decisiones para ello y además acertar con ellas. No es fácil pero eso ya no está en nuestra mano sino en la de la cúpula directiva.
Una de ellas ya ha sido tomada mientras acababa estas líneas y es que Julio Velázquez ha sido destituido, una decisión que pedían muchos desde el partido ante el Lugo y que ya se ha producido. Para algunos llega tarde y no hay tiempo de reacción pero como decía, tiempo material queda. Dice adiós un técnico seguramente de futuro pero que le ha venido muy grande un equipo con un objetivo claro como es el ascenso a primera división y no ha dado en ningún momento sensación de poder comandar el submarino. Ahora a esperar la noticia de quien será el nuevo técnico, seguro que alguien esta vez si con experiencia. Los nombres que más suenan son Gregorio Manzano y Unai Emery.