Compitiendo 15 minutos es difícil ganar

El Villarreal viajaba a Soria con el deseo de reencontrarse con la victoria fuera de casa, algo necesario para seguir en unos puestos de cabeza cada vez más solicitados. De nuevo y por desgracia, volvió a demostrar una triste imagen ante un rival de la parte baja de la tabla que fue superior. Al entrenador no le gusta que se diga que el Villarreal es el Real Madrid de la categoría, pero los jugadores, algunos al menos, parece que piensen que acelerando y poniendo ganas unos minutos al final del partido se puede ganar. Y aunque hubiera sido injusto casi se consigue con un gol de Trigueros que acababa de entrar en el terreno de juego en una gran jugada de un Hernán Pérez que fue junto al anterior, revulsivo y participador activo de los mejores minutos del Villarreal. Durante diez minutos al final del encuentro el partido se volvió loco y el Villarreal efectuó un acoso y derribo al área rival que pudo aumentar la ventaja con ocasiones claras incluyendo un balón al larguero que botaría casi en la línea de gol.

Y esos diez minutos sumados a cinco más de arranque de la segunda parte, fue lo único salvable de un conjunto amarillo que tiró el resto a la basura, con una primera parte donde pasaban los minutos carente de fútbol. El rival como casi todos hasta ahora, ya te conoce y te presiona muy arriba, dificultando la salida del balón y haciendo que el equipo, carente de ideas se atasque y pierda balones fáciles constantemente. Aunque aparte de ideas, faltan sobretodo ganas e intensidad. Y es que no se entiende el ver a gran parte del equipo caminando sobre el césped, sin ambición, sin mordiente con un rival que siempre llega antes y mejor a cada balón y que le sirve con estar ordenado y bien colocado para superarte.

Julio Velázquez repetiría el mismo once que le dio resultados la semana anterior, salvo la entrada de Truyols por el lesionado Mellberg, el cual a la fin sería de lo más destacable, salvando balones providenciales que hubieran dejado en varias ocasiones un delantero rival cara a cara con un Mariño que salvaría también unas cuantas durante la primera parte que fue cuando el Numancia dispondría de más ocasiones. Se echó en falta la faceta desequilibradora de Moi Gómez y la velocidad de Uche, que al contrario de lo visto ante el Mirandés en vez de irse en carrera de los defensas se frenaría siempre tanto él como por consiguiente la jugada de peligro que había en proceso. Pocos a destacar como digo salvo los dos anteriormente citados y como siempre Bruno, aunque no tendría su mejor partido y es que aunque intenta ser omnipresente, no es omnipotente. A la fin lo anteriormente mencionados revulsivos serían decisivos para el cambio de cara del equipo y lograr el gol aunque sería un rato de espejismo. Y como ya es costumbre de un tiempo para acá, la alegría nos duraría poco. Y es que si decía que no se echó en exceso de menos a Mellberg, en alguna de las cosas que más se ha mejorado es en defender por alto y en lanzamientos de balón parado y así vino llegando ya al minuto final del encuentro, el gol de los locales.

Y es que, siguiendo con el simil "médico" de la semana pasada, el paciente sigue sin dar señales de mejoría, estancado en unos síntomas contra los que parecen no encontrar la cura ni dar con el diagnóstico específico y solo hay pequeños paliativos temporales. Cuando tienes un resfriado, te dicen que este tiene sus días de proceso y solo puedes hacerlo más llevadero con analgésicos. El problema es que nuestro proceso catarral ya está durando demasiado e igual precisa de medidas más drásticas que confiar en que al final, por lógica, por calidad individual o por otros factores, se va a logran el objetivo. Dejar algunos elementos en manos de la lógica o el destino fue lo que nos condujo a segunda. Por suerte, sigue siendo pronto. Eso si, la semana que viene tenemos ya una de las primeras no se si finales pero si pruebas importantes de la temporada. Nos visita un rival directo y en casa solo sirve la victoria. Si esta no se lograra, se palpa que podrían haber decisiones y cambios, pero ojalá se venza y sea el inicio de una mejoría que llevamos tanto esperando más allá de espejismos puntuales.

No quería concluir el artículo sin aplaudir al casi centener de aficionados que hicieron 12 horas de viaje entre ida y vuelta, se dejaron la garganta en la grada y a los que los jugadores no tuvieron como por desgracia es costumbre, el gesto ni de ir a saludarles tras el encuentro. Otra de las cosas a mejorar desde hace mucho.

En su intervención ante los medios, Julio Velázquez comentó que no le había parecido superior el rival pese a llegar más veces al área. Reconoce que en la primera parte no estuvimos bien pero cree que en la segunda se mejoró mucho y merecimos ganar. Que ha visto al equipo más juntos y ha permitido que tuviéramos ocasiones más claras.

Sabe que hay que ser más constantes los 90 minutos pero reitera que con lo que hemos hecho en la 2ª parte hemos sido merecedores de más. Cuestionado sobre la actitud de la plantilla responde que se ha salido con una actitud correcta los 90 minutos y que el rival juega y en su feudo el Alcorcón es el único equipo que había ganado aunque reconoce que en la primera parte no han estado cómodos. Para terminar y aunque como el mismo dice suene a tópico, solo resta intentar hacer el punto bueno ganando en casa el domingo.