Abonados a sufrir hasta el final
De nuevo volvimos a fallar ocasiones claras y lo acabamos pagando
La liga se acaba y ayer en las puertas del Madrigal volvía a aparcar el tren de la tranquilidad al que por enésima vez dejamos marchar de la estación sin subirnos a él. Estamos inmersos en una mala dinámica que parece que nos lleva de cabeza al descenso por más que pongamos todos de nuestra parte para evitarlo.
Durante la semana volvimos todos a concienciarnos de lo importante del choque, intentando como nos animaba Roig a dejar las facturas pendientes en casa y llenar el campo para animar hasta el pitido final. Para este fin se volvieron a poner a la venta entradas a precios más que asequibles de las que se vendieron al final 1500 de las 2000 disponibles y los aproximadamente 5500 euros de recaudación fueron a Cáritas, aparte de todos los alimentos que se recogieron alrededor del estadio.
Con el pitido inicial daba pena ver las gradas medio vacías en un choque tan importante. Pero como dije ayer, no importa cuantos seamos sino el ruido que hagamos los que allí nos encontremos. Siempre pongo de ejemplo un partido ante el Almería que hacía una temperatura más propia del Ártico, éramos cuatro gatos y se animó como nunca.
Ayer la grada estuvo de diez, animando en todo momento y sobretodo en los que el equipo más los necesitaba. Pero como muchos dicen, los que juegan están en el césped y el aliento de los aficionados no fue suficiente para lograr la victoria.
En la primera parte se vio a dos equipos igualados que incluso si uno tenía una ocasión clara al palo, el otro en la misma jugada como respuesta le hacía lo mismo. Si bien es cierto que nos costó un cuarto de hora entrar en el encuentro y salir de nuestro campo, la segunda parte fue nuestra desde el inicio.
Como pasó el día de la Real Sociedad, tuvimos ocasiones para matar el partido pero no hubo manera de que entraran. Borja Valero se echó el equipo a las espaldas, cogió la batuta pero pese a tener las suyas, sobretodo un mano a mano claro ante el portero, perdonó lo imperdonable.
Como digo, no fue el único y es la tónica general de los últimos partidos. Hernán siguió siendo el más incisivo y peligroso arriba pero por momentos volvió a ser ese jugador individualista que hizo privarle de jugar más minutos hasta ahora.
El tiempo pasaba y el aluvión de ocasiones empezaba a transformarse en un goteo, además predecible al intentar siempre la misma jugada y confiando en que el rival perdiera la pelota en sitio de peligro, dado que así fue como llegaron nuestras ocasiones más claras.
Raúl García avisó en el min.61 y nos mandó el mensaje popular y por desgracia tan presente en nosotros de que si perdonábamos, la íbamos a pagar. Tirando de dichos populares, dicen que el que avisa no es traidor y tras la citada ocasión, diez minutos más tardes, se sacó un chutazo que significó el empate final.
Será por la tónica, será porque por esta zona somos más pesimistas de lo habitual, pero todos pensamos que estaba más fácil que nos remontaran que el acabar ganando pese a que solo habían tenido dos ocasiones en toda la segunda parte. Aún así como he dicho al principio, no se paró de animar.
Y nosotros a menos de diez minutos para el final tuvimos la nuestra, el tren de la tranquilidad retrasó su salida una vez más pero lo volvimos a desperdiciar. Hernán prefirió ir solo hacia portería cuando en un sencillo pase tenía a Borja solo para dejarlo de nuevo frente al portero.
Al final un empate que no nos sirve por la victoria del Sporting ayer y a falta de ver que hace hoy el Zaragoza. Quizá ultimamente estemos usando mucho el término de "jugar una final" pero es que cada partido en nuestra situación lo es y el encuentro del martes en el Molinón vuelve a ser de nuevo el más importante de nuestra historia.
Ojalá en poco más de 48 horas cambiemos todos la cara con la que nos fuimos ayer para casa y que ejemplificaba un hundido Fernando Roig en las tomas televisivas.
Ya en Rueda de Prensa, Mendilíbar se mostró contento por el punto logrado y por el trabajo de sus jugadores. Que los vio con más tranquilidad con el balón aunque las mejores jugadas del Villarreal llegaron por pérdidas del esférico.
Reconoció que las ocasiones claras las tuvo el conjunto amarillo, que incluso podría haberse puesto con 2-0 y hubiera sido muy difícil remontar, pero que ellos desde el inicio tenían claro a lo que jugar y lo que querían.
Vio al Villarreal nervioso en algunos tramos del encuentro, fruto de la situación y quizá lamenta no haberlo aprovechado más.
Lotina se acordó al inicio de su intervención del partido ante la Real. De nuevo tuvimos ocasiones para hacer el segundo e incluso tercer gol y que el rival de dos veces que te llega, en una te hace gol.Que el no saber rematar el encuentro tiene estas cosas.
Comentó que al equipo le costó entrar en el partido al inicio del mismo pero que en la segunda parte estuvo mucho mejor y que tuvo ocasiones claras y muchas llegadas pero no las hemos aprovechado y lo hemos vuelto a pagar.
Profundizó en ese tema reflexionando sobre que lo importante en el fútbol para marcar es tener ocasiones y llegadas y que pese a tenerlas, a todos los equipos cuando están en esta situación les pasa, que cuesta hacer gol y sin embargo el rival te lo hace muy fácil.
Dijo que en los últimos partidos con lo mismo que hemos hecho podríamos tener 6 puntos más pero no lo hemos hecho y se nos ha complicado la situación. Que quedan 3 partidos clave y hay que ir con la misma intensidad, las mismas ganas que fuimos a San Sebastian.
El Sporting es un partido muy importante, ya lo era pero ahora más porque encima han ganado y se nos acerca. Definió el partido como un reto difícil pero bonito.
1 Villarreal: Diego López; Mario, Zapata, Musacchio, Jaume Costa; Cani (Wakaso, 69’), Bruno, Marcos Senna, Hernán Pérez (Nilmar, 82'), Borja Valero; y Marco Ruben.
1 Osasuna: Ándres Fernández; Marc Bertrán, Roversio, Lolo, Damià; Ibrahima (Leka, 66’), Puñal (Timor, 66’), Nekounam, Lamah (Cejudo 79’), Raúl García; y Nino.
Goles: 1-0, min. 43: Bruno. 1-1, min. 71: Raúl García.
Árbitro: Javier Turienzo Álvarez. Amonestó a Wakaso (79’) por parte del Villarreal y a Ibrahima (65’) y Nekounam (76’) en el caso de Osasuna.