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Los veterinarios valencianos defienden actuar en los bous al carrer por "salud pública"

Los veterinarios valencianos defienden actuar en los bous al carrer por "salud pública"
  • Desmienten que se esté imponiendo la contratación de un veterinario y advierte que los funcionarios y habilitados sólo están haciendo cumplir la legislación ganadera y de seguridad alimentaria

El Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV) lamenta la escalada y el grado de “confusión y desinformación” generado por las múltiples manifestaciones vertidas en los últimos días sobre la actuación veterinaria en los festejos de bous al carrer. Ante las acusaciones realizadas, el órgano colegial autonómico quiere defender la “profesionalidad y el buen hacer” de los veterinarios oficiales tanto de la Conselleria de Agricultura, que trabajan en las OCA’s (Oficinas Comarcales Agrarias) como de los de Sanitat, que lo hacen en los mataderos así como los habilitados por la Administración. Así se manifiesta la vicepresidenta del CVCV, Natalia Gil, quien matiza a este respecto que “su actuación ha sido clave para preservar la sanidad animal y la salud pública, o lo que es lo mismo, para hacer cumplir la legislación en materia ganadera y, en el caso de los toros cerriles, la referida a la seguridad alimentaria”.

Los veterinarios oficiales y habilitados realizan una labor preventiva clave. Su intervención es determinante de cara a evitar posibles contagios de enfermedades entre los animales y entre éstos y las personas (zoonosis). Un ejemplo evidente de ello sería la tuberculosis, que afecta al ganado bovino pero que también sigue presente en humanos: en España se confirmaron 2.539 casos en 2022 en personas (según el Informe de zoonosis ‘Una sola salud’ de 2022 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación). Los planes de erradicación de esta enfermedad zoonótica han supuesto, de hecho, un gran esfuerzo para los ganaderos valencianos. En ocasiones -tras confirmarse algún foco- se han visto obligados a sacrificar sus animales. Sin esa vigilancia permanente de los veterinarios, ni esa actitud comprometida por parte de los productores de bovino hubiera sido imposible llegar a los bajos niveles actuales de esta enfermedad en la cabaña valenciana. Sin esa labor conjunta resultaría también imposible, por otra parte, asegurar que los alimentos lleguen a los consumidores de forma sana y segura. Para lograrlo -insiste Gil- “es fundamental controlar cada movimiento de los animales -su correcta identificación, número de reses desplazadas, granja de procedencia, tratamientos aplicados…- en definitiva, es ineludible asegurar el principio de trazabilidad porque contribuye a evitar el contagio de enfermedades a humanos por los alimentos o provocar toxiinfecciones por residuos peligrosos, como podrían ser los medicamentosos”.

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