Ventajas de vivir en una residencia universitaria en Valencia
El acceso a la universidad no significa únicamente el adentrarse en una formación educativa de cara a una preparación profesional para desembarcar en el ámbito laboral, más allá de los estudios y profesión. El acceso a un centro aniversario también significa la subida de un escalón en el grado de madurez de toda persona, abandonando esa etapa caracterizada por la adolescencia. En muchos universitarios, el acudir a la universidad, significa abandonar la casa de sus padres e independizarse, bien en un piso alquilado y compartido con otros compañeros de fatigas o viviendo en una residencia universitaria como micampus Valencia.
La universidad es una especie de examen hacia una nueva vida, tanto personal como profesional. El estudio de una carrera (ahora grado y otrora licenciatura) significa un proceso incontestable de maduración de toda persona. Más allá de los estudios, de los nuevos compañeros, de los exigentes profesores o de las primeras prácticas que se convierten en posibles puestos de trabajo, el estudiante abandona su zona de confort y más en lo relativo a su lugar de residencia. Adiós al hogar paterno y bienvenido a un piso de alquiler o una residencia de estudiantes.
Si obviamos el ámbito presupuestario, surge la eterna duda: ¿vivir en un piso o alojarse en una residencia de estudiantes? El debate contiene tantos elementos positivos como contrarios a alguna de las partes en debate. Si se encuentra en esta disyuntiva, quizá le ayude conocer alguna de las bondades que encontrarán al alojarse en una residencia de estudiantes en Valencia; ayudando, por otra parte, a desmontar las diversas historias negativas construidas alrededor de las mismas.
Beneficios de estudiar en un colegio mayor
El instalarse en una residencia universitaria aporta, en términos generales, un plus en ese desarrollo personal, educativo y profesional que se experimenta en estas edades. Asimismo, los jóvenes se ven involucrados en un proceso de aprendizaje de nuevos estilos de vida e intercambio de culturas. Aparte de estos beneficios genéricos, apunten los siguientes en relación con estos centros universitarios y quizá acaben resolviendo su debate y reflexión con vistas al nuevo curso académico.
Apoyo constante: los rectores y demás miembros de los integrantes de los equipos que conforman las residencias de estudiantes son conscientes del significado evolutivo que esta etapa tiene en todos los jóvenes; por este motivo, todos ellos se involucran en dar un apoyo continuado a todos los estudiantes que se alojan en ese determinado centro. Los equipos son conscientes que estas personas, especialmente aquellos que son más noveles, pueden sentirse huérfanos de sus seres queridos y les brinda ayuda en todos aquellos aspectos que puedan surgir durante la estancia.
Cercanía a las facultades: los desplazamientos en las grandes ciudades requieren de una inversión de tiempo, algo que se reduce a la mínima esencia si un estudiante se aloja en un centro universitario, puesto que estos centros están ubicados en las proximidades de las facultades.
Servicios básicos completos: los estudiantes se despreocupan de los habituales quehaceres que se encontrarán en un piso de alquiler, tales como la realización de la compra, de la comida e incluso de la limpieza. Asimismo, algunas residencias universitarias cuentan con servicios de lavandería o de acceso libre a internet, algo tan necesario como común en estos días a la hora de realizar cualquier estudio o seguimiento de una determinada clase.
Eventos y actividades: acceder a la universidad no es sinónimo de estudio y clases de manera permanente; en estos centros universitarios, el residente también dispondrá de la opción de apuntarse a diferentes actividades de ocio (deportivas y culturales) en las que despejarse mentalmente, siempre y cuando estos eventos se realicen con mesura.
Nuevos amigos: los amigos de siempre son aquellos que se hacen en edad escolar, pero también en la universidad y más aún en las residencias de estudiantes, aunque ello no implica el compartir espacios públicos privados como en un piso de alquiler. Los lazos que se establecen en esta etapa de crecimiento personal son muy estrechos. Además, a todos los residentes les une el estar lejos de sus familias.
Nuevas costumbres: una colegio mayor es un sitio de intercambio de todo tipo de pensamientos y culturas, algo que enriquecerá a todas aquellas personas que viven en el centro. El ambiente, obviamente, es muy juvenil, así como un avispero de intercambio de conocimientos, al reunirse estudiantes de muy diversas disciplinas educativas.
Completo equipamiento: las residencias universitarias también están pensadas para el estudio. Aunque sea una obviedad, en el centro hay lugares destinados al estudio con todo tipo de comodidades, con el propósito de que el estudiante se sienta como en casa a la hora de aprender el temario o desarrollar los trabajos.
En definitiva, si el presupuesto encaja o las becas acompañan, no debería ser una alternativa a no considerar para un futuro estudiante de universidad que vaya a estudiar en Valencia (donde, además, el buen tiempo suele acompañar), o en cualquier otro punto educativo de la geografía española.