Los vecinos de la Malvarrosa piden su deseo de Año Nuevo: un barrio digno en el que vivir

Los vecinos de la Malvarrosa salieron este jueves a la calle en la que es la sexta movilización consecutiva para exigir una mejora integral del barrio. Pero en esta ocasión la concentración era diferente: El Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana ha emitido una resolución sobre el barrio de la Malvarrosa en el que señala que tanto el ayuntamiento como la Conselleria de Políticas inclusivas "han incurrido en incumplimientos notorios" ante la situación del barrio.

Un toque de atención muy importante hacia las administraciones responsables y que dan más legitimidad si cabe a las movilizaciones de los vecinos: “Tenemos un problema grave de fondo que viene asociado al mercado de la droga que se ha visto agravado el último año”, cuenta a elperiodic.com Pau Díaz, portavoz de la asociación de vecinos de la Malvarrosa.

El barrio cree que es importante seguir manifestándose y hacer ruido periódicamente para que las instituciones que han de tomar cartas en el asunto, no la hagan ya de una vez: “Los problemas son de fondo y tardarán tiempo. El problema es estructural y creemos que no se solventa solo con policía porque al tiempo volvería a aparecer”.

Ser insistentes es lo que tienen claro porque ya les funcionó hace treinta años, cuando las movilizaciones de los años 90 lograron rebajar la tensión y conseguir una mejora sustancial: “Recuerdo que yo era muy pequeño entonces y la situación era mucho más crítica que ahora. Entonces hubo una explosión vecinal porque las Casitas Rosas se había convertido en uno de los puntos de venta de droga más grandes de España. Tras un año entero de manifestaciones diarias, la situación se rebajó”.

Es por eso que desde la asociación vecinal no van a dejar de manifestarse hasta conseguir que se cumplan sus reivindicaciones: una mejora sustancial del barrio, servicios públicos, que se elimine la casa de apuestas de delante de las casitas rosas y que, en definitiva, la Malvarrosa sea un barrio digno.

“En las Casitas Rosas está el foco del problema y por eso una de nuestras demandas es un plan integral para intervenir a nivel urbanístico”, relata Pau Díaz a elperiodic.com, quien concluye que el objetivo es solucionar el problema para vivir en un barrio digno: “Estamos orgullosos de vivir en la Malvarrosa, queremos al barrio y queremos vivir en él”.

Importante resolución del Síndic de Greuges

La manifestación de este jueves coincide con la reciente resolución del Síndic de Greuges con el título “Acción Social en el barrio de la Malvarrosa de Valencia”. El Síndic considera que la actuación descrita de la Administración “podría no ser suficientemente respetuosa con los derechos de las personas afectadas”.

Por eso le recuerda a las administraciones la obligación de aprobar el Plan Estratégico de Servicios Sociales, y recomienda tanto a la Conselleria de Políticas Inclusivas como al ayuntamiento la aprobación, financiación y “aplicación urgente del Plan Especial de la Malvarrosa, de forma que se asegure la actuación integral sobre la zona”.

“La resolución del Síndic de Greuges es un llamamiento de atención muy serio a las administraciones para que tomen decisiones concretas y urgentes para acometer la problemática que vivimos en la Malvarrosa”, explican desde la asociación: “Sería una irresponsabilidad no hacer caso a estas indicaciones y tendría consecuencias en forma de movilizaciones vecinales”.

El Sindic de Greuges insiste precisamente en una de las demandas que ha mantenido la asociación durante este tiempo en el diálogo con las consellerias, concejalías y con la alcaldía: la necesaria coordinación entre administraciones para resolver un problema desde una perspectiva social e integral. En palabras del Síndic, le sugerimos al ayuntamiento que “suscriba el oportuno convenio de colaboración que asegure la actuación integral, desarrollada bajo el principio de coordinación, colaboración y cooperación entre las administraciones públicas competentes”.

La carta de la Malvarrosa al alcalde por Navidad

La concentración de este jueves aprovechó que las Navidades están a la vuelta de la esquina para manifestarse al ritmo de panderetas, matracas, tambores o zambombas y además, escribir una carta de año nuevo muy especial. Los vecinos pudieron depositar sus cartas en un buzón de deseos para 2022 dirigido al alcalde de Valencia, Joan Ribó.

La manifestación volvió a concentrar a decenas de vecinos y su intención, detalla Pau Díaz, es mantener la presión y movilizaciones en el tiempo hasta que se empiecen a ver soluciones: “No vamos a parar”.