VALENCIA | SOCIEDAD

Los vecinos de Extramurs, desesperados ante la falta de acción policial

MARIOLA ROSELLÓ - 13/10/2020

Desde que finalizó el estado de alarma el barrio se ha convertido en punto de encuentro de grupos de jóvenes que beben, fuman y provocan peleas a altas horas de la noche

Desesperación. Esta sería la palabra que definiría el estado anímico en el que se encuentran los vecinos del barrio de Extramurs en la ciudad de Valencia. Desde que finalizará el estado de alarma hace ya algo más de cuatro meses han visto como el barrio se ha convertido en punto de encuentro de grupos de jóvenes que beben, fuman y provocan peleas a altas horas de la noche.

Da igual el día de la semana que sea, estos sucesos se repiten diariamente desde que anochece y de prolongan en el tiempo hasta pasadas las dos y media de la madrugada, reuniendo a un mayor número de personas durante el fin de semana. Los vecinos han dicho basta pero lamentan la falta de acción policial para atajar este tipo de situaciones.

“Prácticamente todos los días llamamos a la Policía Local de Valencia denunciando lo que ocurre, pero no hacen nada. Por aquí no aparece nadie” cuenta a elperiodic.com María, una de las vecinas afectadas residente en la calle Palleter. Pese a esta inacción no desiste: “Llamaremos todas las veces que haga falta”.

Esta vecina nos cuenta el calvario que viven cada noche: gritos, música, peleas, porros… Una larga lista de acciones que hacen imposible el descanso. “Y además, ninguno lleva mascarilla ni respeta la distancia, que al final ahora es lo más peligroso”.

Intento de diálogo

Son ya muchos meses viendo la misma imagen desde los balcones: grupos de jóvenes de entre 17 y 20 años sentados en los coches, sin mascarilla y bebiendo. Los vecinos lo han intentado todo, y ante la falta de acción policial han intentado dialogar con ellos.

En varias ocasiones se han acercado a ellos pidiéndoles un poco de respeto. Unas peticiones que los jóvenes reciben, según el día, pidiendo disculpas que pronto se les olvidan o con insultos hacia quienes les increpa por sus comportamientos.

Los afectados siguen insistiendo con llamadas a las autoridades quienes pese a prometer que pasaran para controlar lo que ocurre, nunca llegan. Ahora se plantean incluso personarse en el Ayuntamiento para exigir soluciones. Una última baza que esperan no tener que utilizar.