Los vecinos del centro de Valencia denuncian la proliferación de los apartamentos ilegales
Han contabilizado más de 2700 viviendas turísticas ilegales en Ciutat Vella y denuncian que en el barrio de Russafa este tipo de viviendas se ha triplicado en a penas dos años
Los vecinos del centro de Valencia apuntan a un nuevo fenómeno que está cogiendo fuerza en la zona de Ciutat Vella: la proliferación de apartamentos ilegales y que generan grandes molestias ya no solo en el centro sino también en Russafa e incluso en la zona del Cabañal y Camins al Grao. Aunque oficialmente según datos de la Agència Valenciana de Turisme (AVT) hay 700 apartamentos registrados, los vecinos de Ciutat Vella han contabilizado hasta 2700.
Los vecinos denuncian que se está extendiendo un “turismo de borrachera que no conviene a la ciudad”, explica el portavoz de la Coordinadora de Entidades Ciudadanas de Ciutat Vella, Juan Bayona, a elperiodic.com. Esta nueva modalidad llega a ser muy molesta para los vecinos de algunos bloques ya que la rotación es continua: “Son turistas que llegan para quedarse cuatro o cinco días por lo que vemos hasta ocho cambios de inquilinos en un mes”.
Para visibilizar esta situación han decidido colgar carteles en los balcones de apartamentos ilegales “para denunciar el deterioro de la situación en el centro de la ciudad”, argumenta Bayona. Y es que, según denuncian desde la asociación, hace cinco años no veían este tipo de turismo, que tiene su punto álgido entre junio y septiembre. De hecho, explican que esta modalidad se está extendiendo también a otras zonas de Valencia como Russafa: “Este martes nos reunimos con la asociación de vecinos de Russafa que indican que estos apartamentos se han triplicado en dos años”.
Esta campaña, explica el portavoz de la asociación, comenzó con la experiencia personal de un vecino que tenía tres apartamentos y al que “le montaron una fiesta de la espuma pero cuando quiso denunciar, los turistas ya habían vuelto a sus países de origen”. El problema es que, en la mayoría de las ocasiones, al inquilino le sale más rentable alquilarlo por días y a muchos grupos que a las familias que vienen a pasar una temporada. “Con ello llegan a convivir dos modelos de turismo, las familias y vecinos de toda la vida con los turistas que vienen solo de fiesta”.
Pero más allá de las molestias, lo que preocupa y mucho a los vecinos son las consecuencias que este aumento del “turismo de borrachera”, como ellos lo llaman, tenga en los barrios y en sus habitantes: “Esta modalidad ahuyenta al comercio y al vecino tradicional”. De hecho, Bayona destaca que en el centro histórico tienen el segundo índice mayor de locales vacíos y esto puede ir a peor: “No queremos vernos obligados a marcharnos”.
Otra de las consecuencias que quieren denunciar es el ruido en los bares y locales de ocio. “Afortunadamente en Ciutat Vella ganamos la batalla al ruido hace quince años ya que el Ayuntamiento se impuso y comenzó a controlar las horas de cierre de locales pero con estos turistas que vienen a emborracharse a los locales les sale rentable abrir hasta más tarde y pagar la multa”, lamenta el portavoz de la asociación.
“Uno de los problemas que plantea este tipo de apartamentos de borrachera es que genera un gran número de llamadas a la Policía Local, que tiene que dejar de cumplir con sus cometidos habituales para atender estos incidentes”, lamenta Bayona y apunta a que esto ha tenido una consecuencia clara: ”la Policía Local ha dejado de atender este tipo de llamadas, lo que ha generado mayor " envalentonamiento " por parte de los ocupantes de los apartamentos borrachera y mayor indefensión para los vecinos”.
Insisten desde la asociación que el problema no es el turismo tradicional sino este nuevo turismo de borrachera: “Los valencianos estamos encantados con el turismo y orgullosos de nuestro barrio y por eso precisamente queremos conservarlo tal y como está”, explica Bayona.
Mayor control
Por estos motivos, los vecinos afectados piden al ayuntamiento que actúe: “Queremos que persigan a los inquilinos que no tienen licencia y que informen a los turistas de que se tratan de apartamentos ilegales”. Desde la asociación insisten, además, en un cambio de legislatura al respecto y ponen como ejemplo la ciudad de Barcelona, donde hay edificios dedicados exclusivamente a este tipo de apartamentos.