Valencia trabaja para fomentar los festivales privados en la ciudad: más financiación y agilidad
Las primeras conclusiones del ‘Encontre Festivals a Escena’ apuntan medidas que van desde el aumento de la financiación a la mejora de las relaciones administrativas
El intercambio de experiencias y visiones entre la administración y los gestores culturales privados ofrece sus primeros frutos.
El ‘Encontre Festivals a Escena’, impulsado por Acció Cultural con la colaboración de la Universitat de València, ha reunido durante dos jornadas a festivales privados de artes escénicas de la ciudad - como Cabanyal Íntim, Circuito Bucles, Russafa Escénica o 10 Sentidos – con representantes del servicio técnico de esta concejalía y de otras administraciones como el Institut Valencià de Cultura, Turisme València, la Agència Valenciana de Turisme o gestores venidos de Cataluña, País Vasco, Madrid y Extremadura.
También han estado presentes iniciativas como Mostra Viva, Contorsions, Sala Off, Volumens, La Cabina, Vociferio o Trueno Rayo, entre otras, enriqueciendo las perspectivas de un diálogo que, en intensas sesiones, ha debatido desde la cuantía hasta el modelo de adjudicación de ayudas públicas. También se han tratado temas como la singularidad del mapa cultural de la ciudad o las trabas administrativas. El objetivo era generar una reflexión común, que identificara tanto las necesidades del ámbito privado y público como sus posibles soluciones.
Desde la organización de los festivales privados de artes escénicas se ha pedido un mayor compromiso del ayuntamiento que se traduzca en financiación, agilidad en los trámites y acompañamiento en la captación de otras colaboraciones y patrocinios. Un clamor común ha sido la urgencia de dignificar unas iniciativas que nacieron y se han desarrollado en la última década marcadas por la precariedad.
Por su parte, la administración ha reconocido el valor de estos festivales que surgieron entre 2000 y 2010 como reacción al abandono de la cultura dentro de las políticas del gobierno del momento y que se han constituido como un fenómeno único en el panorama escénico nacional. Así mismo, ha manifestado la necesidad de tener una visión global, que vaya más allá de lo económico a fin de valorar otras formas de colaboración y de esfuerzos por parte de la administración para favorecer a estas iniciativas privadas, que han convivir con el resto de la oferta cultural de la ciudad.
PRIMERAS CONCLUSIONES DEL ‘ENCONTRE FESTIVALS A ESCENA’
Maite Ibáñez, concejala de Acció Cultural, y Antonio Ariño, Vicerrector de Cultura y Deporte de la Universitat de València, han presentado un decálogo con las primeras conclusiones del ‘Encontre Festivals a Escena’.
Incluye la colaboración entre ambas instituciones para realizar un estudio sobre el impacto cultural, social y económico de estos festivales privados de artes escénicas que han proliferado en la ciudad, cuyos resultados marquen el abordaje de las futuras directrices políticas.
Y empieza por el reconocimiento de los recursos limitados con que se ha apoyado hasta ahora a estos festivales privados de artes escénicas desde la concejalía, así como su compromiso para el incremento de la cuantía destinada a esta convocatoria de ayudas.
También se ha anunciado que, en consenso con el sector mediante mesas de trabajo, Acció Cultural va a revisar los criterios y baremos que se aplican en su concesión. Otro aspecto que se pretende modificar es el periodo, en favor de una plurienalidad en las ayudas que permita a las organizaciones trabajar a medio plazo.
La concejalía aspira a tener una visión más amplia del fomento de la cultura, extendiendo las mejoras en la relación con los festivales privados de artes escénicas a la parte administrativa. Se abre un periodo de consulta con los técnicos del servicio para ver la viabilidad de fórmulas como la ventanilla única (donde se puedan gestionar todo tipo de trámites y permisos, aunque no dependan directamente de este servicio) o la creación de una oficina de festivales, con recursos humanos destinados únicamente a la gestión de estas iniciativas, a pesar de que uno de los problemas claramente identificados por la concejalía ha sido la falta de personal administrativo.
Uno de los compromisos que se pide a los festivales es la búsqueda de fórmulas para garantizar una coordinación interna que evite duplicidades programáticas y solapamiento en el calendario, además de promover sinergias y facilitar la interlocución con la administración estableciendo portavocías.
Y se recoge la demanda a la hora de visibilizar a estas iniciativas. AC va a analizar fórmulas para difundir la programación de los festivales mediante canales como apps o publicaciones, tanto digitales como impresas.
Por último, el Encontre Festivals a Escena sirve para constatar la necesidad de una implementación efectiva de la Ley de Mecenazgo, que permita ofrecer vías de financiación alternativa a estas iniciativas culturales privadas. También incluye en sus primeras conclusiones la conveniencia de una mayor transversalidad a la hora de buscar soluciones, dada la variedad de administraciones que se ven relacionadas y beneficiadas por la actividad cultural. Por lo que AC cultural ha tendido puentes para colaborar con otras instituciones como Agència Valenciana de Turisme o Turisme València.
“Esto es solo un trabajo preliminar. En unos días presentaremos un documento con las conclusiones finales de este encuentro, que servirán para marcar la remodelación de la relación con los festivales privados de artes escénicas de la ciudad que, tanto desde los gestores privados como los públicos, somos conscientes de que hay que abordar”, señala Ibáñez, adelantando que es consciente de que habrá críticas porque “siempre a todos nos gustaría llegar a más, poder incentivar al máximo un bien tan importante como es la cultura”. Pero la concejala remarca el cambio de actitud que supone reunirse con el sector privado para compartir inquietudes e involucrarlo en la toma de decisiones que van a afectarle directamente, como es la orden de ayudas. “Creemos que, si trabajamos unidos, podremos comprender mejor los condicionantes de cada uno y ser más empáticos a la hora de proponer soluciones que inciden directamente en los profesionales de la cultura, pero también en los ciudadanos que disfrutan de ella”, concluye Ibáñez.