València plantea la protección, como bien cultural inmaterial, del Cant de la Carxofa, que se representa en distintos barrios y pedanías

El Ayuntamiento de València ha planteado la protección del Cant de la Carxofa, una manifestación artística, religiosa y musical de tradición arraigada en varias localidades de la comarca de L´Horta, y en diferentes barrios y pedanías de la ciudad. Dado que el consistorio no tiene competencias ni puede instar su protección, la Junta ha optado, a instancias de la Concejalía de Cultura, a materializar su apoyo a cualquier iniciativa dirigida a promover su máximo reconocimiento.

Tal como ha explicado el concejal Juan Carlos Caballero, portavoz del gobierno municipal, la Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes una moción de impulso para el reconocimiento y protección del Cant de la Carxofa, como respuesta a la iniciativa planteada desde la asociación Amics de la Carxofa Castellar-l'Oliveral.

La Junta de Gobierno Local ha aprobado “reconocer el valor cultural del Cant de la Carxofa, que se representa en varios barrios de la ciudad de València y municipios de la comarca de l'Horta”. Así como “apoyar cuantas iniciativas se produzcan en aras a obtener de la Generalitat la máxima protección posible para el Cant de la Carxofa”. De hecho, el acuerdo de la Junta plantea incluso que la protección podría ser “la declaración de Bien de Interés Cultural, BIC, en la categoría de Bien Inmaterial, al ser una expresión de las tradiciones del pueblo valenciano en su manifestación musical y artística”.

El Cant de la Carxofa es un celebración tradicional litúrgica de carácter religioso y festivo. Consiste en el canto de unos versos dedicados al Santísimo Cristo o a la Virgen María, que interpreta un niño desde el interior de un artefacto con forma de alcachofa. La tradición se lleva a cabo en fechas distintas según las diferentes localidades de la huerta valenciana en las que se conserva. En València se representa todavía en barrios como el Carmen, el Canyamelar o Castellar-l’Oliveral.

Orígenes

Los orígenes de esta tradición artística y musical no están claros. Según algunos investigadores, podría provenir de las representaciones italianas y francesas del teatro asumpcionista del siglo XIII, que podría haberse representado en los municipios de la comarca de l’Horta, como una variante del Misteri d’Elx, con el que guarda muchas similitudes, desde el siglo XV.

Respeto a los antecedentes más cercanos, se sabe que a mediados del siglo XIX, Rigoberto Cortina Gallego compuso el “motete”, que es el nombre que recibe el canto que va acompañado de música y coro. Desde que se conoce esta tradición como tal, las diferentes variantes coinciden también en que se celebra tras las procesiones, en la calle, y siempre incorpora el artefacto que se asemeja a una alcachofa invertida, que abre sus hojas para dejar ver al niño que entona el canto, que en la actualidad tiene diferente letra en función del lugar donde se produce esta representación tradicional.

A principios de siglo XX, la Carxofa se cantaba en multitud de barrios de la ciudad de València, como el Pilar, Russafa, Benimàmet o Marxalenes, aunque su representación se ha ido abandonando. Por eso, y ante el peligro de la desaparición de esta tradición y el interés renovado en varios pueblos de l´Horta, varias asociaciones culturales están incentivando su recuperación y protección.