La Universitat de València aportará la base científica para la protección de cetáceos en el Mediterráneo
Los resultados de estudios anteriores de este equipo del Institut Cavanilles contribuyeron al establecimiento de diferentes áreas marinas protegidas
Un proyecto de la Unidad de Zoología Marina del Institut Cavanilles de la Universitat de València constituirá la base para la estrategia de gestión del Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo. Respaldado por la Fundación Biodiversidad (MITECO), el estudio analizará la distribución y abundancia de poblaciones en el sur del área protegida y evaluará sus principales amenazas.
En el Mediterráneo hay catalogadas 22 especies de cetáceos, ocho de las cuales mantienen poblaciones regulares: el rorcual común, el cachalote, el calderón común, el calderón gris, el zifio de Cuvier, la orca, el delfín mular, el delfín común y el delfín listado. Son especies presentes habitualmente en las aguas comprendidas por el Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo, incluido en la lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM), dentro del Marco del Convenio de Barcelona de 2019.
Con el fin de aportar evidencias científicas para los planes de gestión de dicha ZEPIM, la Universitat de València, desde la Unidad de Zoología Marina del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva (ICBiBe) y en colaboración con la University of Exeter (Reino Unido), ha puesto en marcha el proyecto ‘Evaluación y principales amenazas de las poblaciones de cetáceos en el sur del Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo’. Además de investigar la distribución y la abundancia de dichas poblaciones, el estudio evaluará las amenazas antropogénicas y antrópicas, como son el tráfico marítimo o la interacción con pesquerías; revisará las estadísticas, obtendrá datos propios y publicará sus resultados tanto a la comunidad científica como a los organismos autonómicos, estatales e internacionales encargados de la conservación del medio marino.
En la Unitat de Zoología Marina, el estudio de las especies de cetáceos en aguas españolas del Mediterráneo data de finales de los años ochenta, y se inicia con el desarrollo del proyecto de Identificación de las Áreas de Especial Interés para la Conservación de los Cetáceos en el Mediterráneo Español, en una colaboración entre la Universitat de València, la Universitat de Barcelona y la Universidad Autónoma de Madrid para el Ministerio de Medio Ambiente. Los resultados permitieron analizar las distintas figuras de protección para proponer una serie de áreas marinas protegidas.
Gracias a dicho estudio, el equipo del Cavanilles ha ido obteniendo datos sobre patrones de distribución y estimaciones de abundancia de dos de las especies protegidas por la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres: la tortuga boba y el delfín mular, así como de otras especies de cetáceos. El análisis combinado sobre abundancia, distribución, y amenazas que concernían a todas estas especies protegidas, culminó con diversas propuestas de conservación. Entre ellas se incluyó la propuesta de creación del "Corredor de migración de cetáceos del Mediterráneo", que en 2019 obtuvo la categoría de ZEPIM. Esto conlleva la responsabilidad de elaborar Planes de Gestión durante los tres años siguientes a su inclusión en la Lista, con lo que en 2021 el proyecto estará concluido para la elaboración de dicho plan por parte del Ministerio.
La declaración del “Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo” como nueva Área Marina Protegida ha tenido una gran repercusión social, ya que ha supuesto un hito para España en cuanto a protección marina se refiere. Con esta declaración, España ha superado el objetivo de alcanzar el 10% de aguas marinas protegidas fijado por el Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica para 2020, y se acerca ya al 13%. El corredor de cetáceos es una franja continua de aguas marítimas, de 46.385 km2 de superficie y 85 km de anchura media, que discurre entre la costa catalana y valenciana y el archipiélago balear, un espacio marino de vital importancia para la supervivencia de los cetáceos en el Mediterráneo Occidental.
El proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Fundación Biodiversidad.