La restauración de la imagen de la Virgen de los Desamparados permitirá ver bajo el manto la talla original del siglo XV
Los análisis demuestran que está hecha de papel, gasa y tela encolados
Los especialistas aseguran que la imagen “se conserva en perfecto estado”, y fotografían por primera vez el retablo tardogótico utilizado para su espalda
La primera radiografía que se le ha realizado a la imagen original muestra que no fue alcanzada por disparos en 1936
La restauración de la imagen de la patrona de Valencia, la Virgen de los Desamparados, permitirá volver a ver bajo el manto la talla original de principios del siglo XV, según informa hoy el periódico diocesano PARAULA, que publica los primeros datos de los análisis realizados en la imagen de la patrona por el equipo de CulturArts IVC+R (Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales) de la Generalitat Valenciana, dirigido por Carmen Pérez.
Hacía más de 350 años que la talla original de la Virgen no quedaba a la vista de los fieles de forma habitual al estar cubierta desde entonces por delantales o escapularios barrocos, que ahora serán retirados con lo que se podrá apreciar la “sencilla belleza” de la imagen histórica, según expresa en una entrevista en el periódico Carmen Pérez.
Está previsto que la restauración de la imagen, promovida por la archicofradía de la Virgen en colaboración con la fundación Hortensia Herrero, concluya a finales del próximo mes de febrero, para que pueda ser repuesta a comienzos de marzo en el camarín, que también está siendo restaurado al mismo tiempo.
En la entrevista, Carmen Pérez asegura que la imagen “se conserva en perfecto estado”. De hecho, en esta restauración, se le ha realizado por los técnicos de CulturArts, la primera radiografía a la imagen original y demuestra que “no fue alcanzada por disparos” durante el asalto a la Basílica de la Virgen en la persecución religiosa de 1936.
De igual modo, los análisis realizados han confirmado que “no hay presencia de xilófagos, no ha sufrido nada, está igual que se realizó en su momento en perfectas condiciones”.
Además, los restauradores han determinado que la espalda de la imagen de la Virgen fue realizada con “el fragmento de un retablo tardogótico” que ha sido ahora fotografiado por primera vez.
Además, los materiales empleados para la imagen eran “extremadamente ligeros”, como papel, tela y gasas encoladas, para que “pudiera ser colocada sobre los cadáveres de los ejecutados más pobres, al ir envueltos éstos en sacos cosidos y no en cajas o féretros”.
Las endoscopias realizadas a la imagen por los restauradores, que publica PARAULA, muestran también “grafías medievales en los papeles y telas encolados, por lo que creemos que eran materiales reutilizados”, según Carmen Pérez.
La expresión de la patrona no cambiará en absoluto
Por otra parte, “hemos realizado una analítica en todas y cada una de las partes de la imagen original, hemos tomado micromuestras transversales de la cara y el cuello, y hemos comprobado que lo que podríamos llamar 'la piel´ de la imagen está formada por muchas capas transversales, una base de preparación de yeso, una capa de cola, otra preparación de yeso, luego una zona de carmín, luego el blanco de albayalde, luego otro barniz y otra preparación” .
Acerca del aspecto exterior que quedará de la imagen tras su restauración, Carmen Pérez asegura que “la cara, las manos, el oro, el pelo… todo se ha estudiado al milímetro y al detalle para ser lo más respetuosos posibles” y aclara que “en absoluto cambiará el rostro o la expresión de la patrona. “
La única modificación en la figura original de la Virgen ha sido la retirada de una barrera transversal de madera que fue colocada en el siglo XVIII a la altura de la cintura, y donde se colocaba el escapulario, “lo que impedía contemplar los pliegues originarios y cenefas originales de la escultura, que ahora ya se podrán admirar bajo el manto”.
“Con todo ello, se podrá ver la figura original original de la Virgen en todo su esplendor, cómo se hizo en origen, una imagen muy bella y austera que, creo, gana ahora en elegancia y en autenticidad”, concluye Carmen Pérez.