La UCV presenta la Cátedra de la Mujer, espacio sobre la “identidad, dignidad y significado de la feminidad” en el mundo actual
Pilar Ferrer (directora de la Cátedra):“El desafío profesional para lasmujeres de hoy es que tener libertad y autonomía, sin sentidos de culpa y sin obligarlas a ser y a sentirse heroicas. Ni víctimas ni heroínas”
José Manuel Pagán (rector): “Frente a la cultura que enfrenta a hombre y mujer, es importante afirmar que ambos tienen la misma dignidad y una recíproca complementariedad”
La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha presentado en un acto celebrado en la sede de Santa Úrsula la Cátedra de la Mujer, un nuevo espacio “en torno a la identidad de la mujer, el significado de su feminidad y la consideración sobre su dignidad y misión en el mundo actual”. La directora de la Cátedra, Pilar Ferrer, doctora en Teología y licenciada en Filosofía, además de profesora de la UCV, ha afirmado durante la presentación de la Cátedra que “el desafío de la labor profesional para las mujeres hoy es que tengan libertad y autonomía, sin sentidos de culpa y sin obligarlas a ser y a sentirse heroicas. Ni víctimas ni heroínas”.
“Cada mujer debe poder realizarse en libertad tanto en el frente de la vida familiar como en el socio-profesional, con la flexibilidad necesaria; realizarse en la familia y en el trabajo. El objetivo para la mujer en la actualidad es crear una nueva atmósfera en la cual exprese la propia libertad, luchando, tratando de comprender cuáles son sus prioridades, para poder vivirlas libremente. En resumen, integrar familia y mundo profesional”, ha señalado Ferrer.
En ese sentido, la creación de la nueva cátedra de la UCV en el momento presente, “cuando la mujer está presente en todas las profesiones, pero a veces falta y es necesario que aporte su especificidad y su identidad como mujer” es “muy importante”, ha destacado Ferrer: “Las mujeres difieren unas de otras, cada una tiene su personalidad y su biografía, que es única e irrepetible, y es necesario hacer de la diversidad su carácter distintivo. Cada una debe buscar su propio modo de actuar”.
“Hoy el modelo masculino del trabajo es muchas veces el de la competitividad. La mujer está en condiciones de criticar ese modelo y proponer uno más colaborativo. Por lo general, las mujeres tienden a tener un estilo mayormente participativo y ello les permite estar a la vez orientadas a las tareas y a las relaciones con los demás. Una mujer actúa de forma orientada a la relación y tiende a preocuparse sobre todo por las personas, tratando de reducir los conflictos emocionales y de involucrar a todos. Una mujer sabe que en ninguna profesión se puede prescindir de la dinámica de la interdependencia y la colaboración”, ha subrayado.
Así, lo “más contundente” que tiene una mujer es su “capacidad de integrar aspectos que se mantienen separados”, para Ferrer: “La forma de trabajar de una mujer es más cohesionada que competitiva y tiende más a crear puentes que divisiones, a resolver conflictos con su empatía. Esto puede ser su aportación más específica en el mundo de hoy”.
José Manuel Pagán: “Frente a la cultura que enfrenta a hombre y mujer, es importante afirmar que hombre y mujer tienen la misma dignidad y una recíproca complementariedad”
En su intervención en el acto, el rector de la UCV, José Manuel Pagán, ha asegurado que, “frente a una cultura dominante que enfrenta a la mujer con el hombre, que presenta a éste como enemigo de aquélla, es importante defender, proponer una antropología personalista que lleva a afirmar que hombre y mujer tienen la misma dignidad, al tiempo que una recíproca complementariedad”.
“Hoy parece que la mejor ayuda que se puede ofrecer a la mujer es reconocer el aborto como un derecho frente a la amenaza o el freno que parece supone la maternidad. Ante esta visión debemos rebelarnos y reconocer la maternidad como una oportunidad que permite a la madre, también al padre, desarrollar la vocación de servicio y la generosidad; la maternidad es también un regalo para la sociedad porque garantiza su supervivencia, al tiempo que para la empresa es una oportunidad de aportar al bien común facilitando la integración de familia y trabajo, en aras al bienestar familiar”, ha aseverado Pagán.
En ese sentido, el rector de la UCV ha remarcado la importancia de que el “genio femenino” esté presente, en todos sus niveles, “en el mundo laboral y profesional y, lo que es más importante, esta promoción no debe exigir para la mujer su renuncia a la maternidad. Para conseguir esto, hacen falta medidas que integren familia y trabajo, ahí está la clave”.
“También es importante que se reconozca jurídica, social y económicamente la labor de quienes deciden responsablemente y en uso de su libertad dedicarse a tiempo completo a la educación de los hijos, en aras a que puedan desarrollarse como personas responsables, maduras y equilibradas, de lo que todos como sociedad nos vamos a beneficiar”, ha añadido.
Cátedra de la Mujer: identidad, dignidad y misión
La Cátedra de la Mujer de la UCV hace suya “la visión de la persona y de la identidad sexuada que se fundamenta en la antropología cristiana”. La concepción de la persona humana y el significado de su identidad, constituye “el marco antropológico más adecuado en el que encuadrar y desarrollar las diferentes líneas de estudio, investigación y acción planteadas”, según han señalado desde la propia Cátedra.
“Este enfoque propio, no solo constituye la orientación formal desde el que se abordarán las distintas líneas de trabajo, sino que orientará también su labor de diálogo conjunto con otras ciencias, que igualmente abordan el mismo tema de estudio. La perspectiva académica e interdisciplinar conforma, por tanto, el perfil teórico e intelectual de la Cátedra”, han apuntado en la presentación.
Así, este nuevo espacio universitario se propone profundizar “en los fundamentos antropológicos necesarios para iluminar el significado de la feminidad de la mujer, su dignidad y la misión que está llamada a desempeñar en los diferentes espacios de la actual vida social, y cultural”.
“Hoy se necesita una renovada investigación antropológica que incorpore los nuevos progresos de la ciencia y las actuales sensibilidades culturales, contribuyendo de este modo a profundizar no sólo en la identidad femenina, sino también en la masculina, que con frecuencia es objeto de reflexiones parciales e ideológicas”, han expuesto desde la Cátedra.
La presencia y visibilidad de la mujer es esencial, pero sin desprecio de la masculinidad
Según han subrayado desde la Cátedra, en los últimos años la sociedad ha ido perdiendo sus “dimensiones universales” y sus “fundamentos antropológicos”, como dice la presidenta en España de EASSE-European Asociation Single Sex Education, María Calvo: “Las mujeres han logrado una igualdad al menos formal al precio de perder su feminidad y los hombres se avergüenzan de una masculinidad que hoy es despreciada por una sociedad que prefiere los modelos femeninos de conducta y comportamiento”.
“Sin embargo, en la actualidad, la presencia y visibilidad de la mujer es esencial, puesto que aporta una influencia vital en el plano familiar y social, en su rol de madre, en su pertenencia al mundo laboral, en su autonomía personal. Si el siglo XXI funciona, será porque la mujer tendrá una participación cada vez mayor en la organización de la sociedad porque la mujer es el núcleo de la familia, y esta, la base de la sociedad”, han aducido las expertas de este nuevo espacio universitario, recordando las palabras del ex director general del IESE, Juan Antonio Pérez López.
De igual manera, desde la Cátedra han hecho referencia a una carta apostólica del papa san Juan Pablo II sobre la necesidad de la presencia de la mujer en todos los órdenes sociales: “Sin la contribución de las mujeres, la sociedad es menos viva, la cultura menos rica y la paz más insegura. […] Es preciso esforzarse con empeño para lograr que a las mujeres se les abra el mayor espacio posible en todos los ámbitos de la cultura, de la economía, de la política y de la vida eclesial, a fin de que la entera convivencia humana se enriquezca cada vez más con los dones de la masculinidad y la femineidad”.
La universidad, espacio adecuado para la necesaria renovación antropológica
Las expertas de este nuevo ente universitario, han remarcado que la universidad es el “lugar adecuado” para la renovación antropológica mencionada, haciendo alusión a las palabras del papa emérito Benedicto XVI: “La universidad ha sido, y está llamada a ser siempre, la casa donde se busca la verdad propia de la persona humana… La universidad encarna, pues, un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor”.
Con la meta de lograr esa renovación, la Cátedra abarcará las tres dimensiones académicas fundamentales: investigación, formación y difusión de trabajos e iniciativas “en los que se plasme un determinado pensamiento de inspiración cristiana”.
La generación de conocimiento se realizará mediante la realización de “estudios de investigación rigurosos” cuyos resultados se recogerán en documentos de trabajo y seminarios de pensamiento; a lo largo del curso tendrá lugar un ciclo de conferencias, un curso de educación de formadores y un curso de verano para la formación e información de expertos, académicos, medios de comunicación, políticos, agentes de desarrollo y de la sociedad civil en general, que participen en el debate público y social, tanto nacional como internacional.
La difusión y comunicación del conocimiento generado por la Cátedra se realizará a través de medios adecuados, una serie de vídeos sobre ‘mujer y actualidad’, o el día de la “mujer científica”, de tal manera que se haga visible el pensamiento a través del video, dada la cultura audiovisual de la sociedad actual.
Una cátedra abierta, de todos y para todos
“La cátedra tiene una misión abierta, de todos y para todos. Esto se plasma en los perfiles del comité asesor y en la participación de las actividades de personas de varios países, desde Inglaterra hasta el Líbano, y desde Argentina hasta Roma; hombres y mujeres; profesionales e investigadores; jóvenes y mayores; de la UCV y de fuera de la universidad”, han explicado.
La intención de la Cátedra es, por tanto, “llegar a toda la universidad y así, a través de sus expertos, crear “una red de personas formadas en una antropología adecuada, accesible a todos, que puedan contagiar lo que hace esta Cátedra y llegar a los demás con sus clases y contactos; una red que tendrá un fuerte impacto, no tanto por los medios de los que dispone, siempre insuficientes, sino por el poder transformador que tienen las personas cuando trabajan con profesionalidad y compromiso”.
El equipo de la Cátedra de la Mujer de la UCV está formado, junto a Ferrer, por la vicerrectora de Planificación Estratégica, Elena Floristán; la profesora de la UCV María José Salar; y la profesora de la UDIMA Carmen Álvarez.