Los podólogos alertan: esta Maratón de Valencia pueden aumentar las lesiones a consecuencia de la DANA
Creen que muchos corredores quizá no puedan ni terminar la carrera
El próximo domingo 1 de diciembre se celebra el Maratón de Valencia y el Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha advertido que, como consecuencia de la DANA, es muy probable que se detecte una bajada en el número de personas que logren terminar la carrera y, además, habrá un aumento de las lesiones post-maratón.
“Han sido muchas las personas afectadas y voluntarios que durante el mes previo al maratón no han podido entrenar, evidentemente, a raíz de lo sucedido el pasado 29 de octubre. Una prueba tan exigente como es el maratón requiere una plan de entrenamiento específico, pautado y son esenciales las últimas semanas antes”, ha explicado Jorge Escoto, podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV.
“Además, también ha habido corredores que entre sus pérdidas materiales, han perdido sus zapatillas de running y, todo esto, los lleva a una posición de cierto riesgo si deciden hacer esta carrera porque es esencial correr con unas zapatillas que no sean nuevas y a las que el pie esté acostumbrado para evitar rozaduras, laceraciones y otro tipo de molestias”, ha enfatizado.
Desde el ICOPCV se ha resaltado que es muy importante días previos al maratón es importante realizar una visita al podólogo para minimizar el riesgo de posibles lesiones. En concreto, en esta visita será esencial que el podólogo:
Realice un corte de uñas correcto que evite que moleste a la hora de correr y no genere los dolorosos uñeros, algo muy habitual en esta disciplina deportiva debido al impacto que correr genera en las uñas.
Retire hiperqueratosis y callosidades para evitar que durante la carrera se produzca un hematoma en la zona de la callosidad por contusiones repetitivas.
Realice una exploración adecuada y valore si ha aparecido alguna infección fúngica como el ‘pie de atleta’, algo muy común en todas las personas que han estado quitando barro durante días utilizando un calzado de plástico no transpirable, como son las botas de agua.
“La aparición de enfermedades micóticas en este contexto es muy habitual y el problema en el caso de los runners es que, debido al sudor, en el transcurso de la carrera provoca un dolor y escozor intenso en la región interdigital y esto hace que se modifique la pisada. La consecuencia puede ser una lesión posterior que puede ir desde talalgias a fascitis, entre otras”, ha afirmado el podólogo Jorge Escoto.
Desde el ICOPCV se ha añadido que también es fundamental hidratar correctamente los pies en los días previos para que la piel esté flexible y que, tras la carrera, se realicen baños de contraste para favorecer el retorno venoso y relajar los pies. En caso de que se detectase algún hematoma subungueal o cualquier alteración en los pies, será necesario acudir de nuevo al podólogo para aplicar el tratamiento adecuado lo antes posible y evitar el empeoramiento de cualquier posible dolencia.
“Hay que tener en cuenta que muchas veces el cuerpo nos avisa con señales de alarma como puede ser dolor, sensación de que algo no va bien y máxime si no se ha realizado un entrenamiento correcto. Hay que escuchar al cuerpo y, si nos alerta, hacerle caso y desgraciadamente parar. Esto evitará posibles males mayores como pueden ser las fracturas de estrés o las roturas fibrilares”, ha comentado el podólogo.
Por otro lado, el ICOPCV ha destacado que el uso de calcetines adecuados también contribuye a minimizar la posibilidad de laceraciones o ampollas. Se aconseja que sean sin costuras, que combinen tanto materiales naturales como sintéticos para favorecer la absorción de sudor y la traspiración del pie, que esté reforzado en la puntera y en los talones para proteger las zonas de más impacto.
Desde el ICOPCV se ha recordado que, para garantizar que estamos en manos de un profesional de la Podología, disciplina sanitaria que todavía NO forma parte de la cartera de servicios del Sistema Público de Salud de Generalitat Valenciana, y evitar ser víctimas del intrusismo, es decir, ser tratados por supuestos profesionales que carecen de la formación universitaria que se exige para el desarrollo de esta rama sanitaria, hay que asegurarse que la clínica donde vamos a ser tratados dispone de número de registro sanitario y el podólogo está colegiado.