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Peregrinos veneran en la Catedral de Valencia reliquias atribuidas a la Pasión de Cristo, entre ellas uno de los fragmentos más grandes de su cruz y una espina de la corona

Peregrinos veneran en la Catedral de Valencia reliquias atribuidas a la Pasión de Cristo, entre ellas uno de los fragmentos más grandes de su cruz y una espina de la corona
  • Junto con el Santo Cáliz de la Última Cena

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Peregrinos veneran en la Catedral de Valencia reliquias atribuidas a la Pasión de Cristo, entre ellas uno de los fragmentos más grandes de su cruz y una espina de la corona - (foto 2)
Peregrinos veneran en la Catedral de Valencia reliquias atribuidas a la Pasión de Cristo, entre ellas uno de los fragmentos más grandes de su cruz y una espina de la corona - (foto 3)

La Catedral de Valencia custodia la Vera Cruz y la Santa Espina, que, junto con el Santo Cáliz de la Última Cena, son reliquias de la Pasión de Cristo y que, en el caso de las dos primeras, se exponen, para su veneración, en la capilla de San Pedro durante el Año Jubilar Eucarístico del Cáliz de la Pasión.

El relicario del Lignum Crucis, conocido como la Vera Cruz, guarda uno de los trozos más grandes de la Cruz de Cristo que se conservan. Fue regalado por el papa Benedicto XIII, conocido como el Papa Luna, al Rey Martín el Humano, y llegó a la Catedral de Valencia en 1437, con otras reliquias, gracias al rey Alfonso el Magnánimo.

La Catedral también custodia otros fragmentos de la Cruz, pero la Vera Cruz destaca por su tamaño. El relicario de Martín Humano es una pieza de orfebrería, realizada con cristal y plata sobredorada, con un formato de cruz doble patriarcal.

Por su parte, los peregrinos del Año Jubilar también pueden venerar la considerada como primera reliquia de la Catedral: la Santa Espina donada por el rey Luis IX de Francia, que la envió en 1256 a su pariente Jaime I el Conquistador precisamente para dar prestigio a la nueva Catedral que estaba en proyecto en Valencia.

Para mantenerla con seguridad se construyó el “Reconditorio”, una capilla a cinco metros de altura en el muro oeste de la Sacristía adornada con pinturas murales.

Igualmente, la Seo custodia otros relicarios con espinas, como el del caballero Jaume Castellà, que guarda dicha reliquia en su parte superior, dentro de una “almendra” de oro y vidrio, y otro relicario que simula un trozo de la Corona, entre otros.

Por otra parte, la Catedral también expone una muestra con 14 dioramas, o escenas con paisajes y figuras hechas a mano, en torno a la Pasión de Cristo, otra de las iniciativas organizadas dentro del Año Jubilar Eucarístico. La exposición ha sido cedida por la Hermandad del Santísimo Cristo de la Providencia de Alboraia y puede verse en la nave lateral izquierda, junto al acceso al Micalet.

El lema de este segundo Año Jubilar Eucarístico, “Cáliz de la Pasión”, fue elegido por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, para poner de relieve la íntima relación entre la Pasión de Cristo y la Eucaristía, pues en cada Misa se hace memorial de la Pasión del Señor, que se hace presente en medio de la Iglesia y el mundo.

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