Orriols en Lucha celebra los avances anunciados sin quitar el foco de la seguridad y la convivencia

Representantes de Orriols en lucha han participado, junto a otras entidades vecinales, en la mesa interconcejalías que cada mes organiza el Ayuntamiento para atender las necesidades del barrio. El balance general de este encuentro ha sido positivo, en tanto en cuanto se ha dado información sobre los avances logrados respecto a las reivindicaciones vecinales en diversas materias.

Aunque el ayuntamiento defiende que el aumento de las actuaciones policiales en la barriada empieza a tener efectos positivos, lo cierto es que «la realidad nos devuelve constantemente al punto de partida. Ante la inminencia del verano, tenemos cierta preocupación por repetir las escenas que vivimos el año pasado», explican desde la entidad vecinal.

En febrero se acordó un amplio catálogo de acciones de seguridad, sociales y urbanísticas; entre ellas, presencia policial durante las veinticuatro horas del día en las calles que presentan más problemas de convivencia. Ciertamente ha aumentado la presión policial, pero los delincuentes modifican sus conductas y se adaptan a la nueva situación, por lo cual los problemas de convivencia siguen sin solucionarse, matizan.

Por eso, «hemos solicitado la instalación de cámaras de seguridad en la calle y carteles que las anuncien como disuasión, como las hay en Paterna», explica Mari Carmen Tarín, portavoz de la plataforma vecinal. «El ayuntamiento nos ha trasladado que la instalación de cámaras de seguridad disuasorias no es de su competencia, pero necesitamos medidas de prevención», exige.

Viviendas ocupadas

Aunque la intervención policial es necesaria, lo más urgente es poner en marcha una fuerte intervención social en el barrio, así como atajar la problemática de las viviendas ocupadas. En este sentido, las diferentes intervenciones del ayuntamiento no parecen dar frutos, ya que ni los bancos ni las personas particulares que tienen en propiedad esas viviendas, según ha explicado el consistorio, responden a sus requerimientos. El movimiento asociativo se muestra decepcionado por el fracaso de estas negociaciones.

Remodelación urbanística

La plataforma vecinal considera que los últimos compromisos institucionales para mejorar la apariencia del barrio como el PAI de Agustín Lara o la supermanzana son «satisfactorios», aunque instan a que se cumplan los plazos y los proyectos no sigan dilatándose en el tiempo.

La plantación de 130 especies de árboles en tres de las principales calles de la barriada también ha tenido una buena acogida entre las entidades que forman parte de la plataforma ciudadana. Todo paso para hacer el barrio más habitable y sostenible se considera «importante», aunque el tejido asociativo muestra su preocupación por la reducción de zonas de estacionamiento para vehículos.

Orriols en Lucha exige que el plan se ejecute con la condición de que el ayuntamiento dé solución a la falta de aparcamiento. Además, es importante que la plantación de árboles no reste iluminación a unas calles ya de por sí mal iluminadas que se habían comprometido a mejorar.

Sobre el jardín de la plaza Esteban Dolz del Castellar que ya había anunciado el alcalde, se ha acordado una reunión con la parte técnica del ayuntamiento dentro de tres semanas para realizar el diseño de forma participada con las aportaciones de las asociaciones. Los huertos urbanos, sin embargo, seguirán parados hasta el año que viene por cuestiones burocráticas.

La creación de espacios más habitables es una necesidad para la recuperación del espacio público en una zona que durante mucho tiempo no ha recibido inversiones urbanísticas y sociales. Como consecuencia, las vecinas y vecinos de Orriols no pueden disfrutar de los mismos derechos de los que disfrutan las personas que viven en otras partes de la ciudad. «Desde la plataforma vecinal vamos a seguir de cerca el cumplimiento de los anuncios institucionales y no cejaremos en exigir las soluciones que el barrio necesita», concluye la portavoz.

Orriols en Lucha es una plataforma que nació en junio de 2021 con el fin de garantizar que Orriols tenga un futuro, y que las personas que viven allí puedan disfrutar de sus derechos sin miedo, desarrollando sus vidas en paz y con dignidad.