El Museo Taurino presenta “Mujeres a la sombra”
La exposición es obra de la artista Cristina de Salazar que ha estudiado la presencia del sombrero en la indumentaria femenina, incluido en el mundo taurino
El Museo Taurino de Valencia expone desde ayer miércoles hasta el día 3 de junio la muestra “Mujeres a la sombra” , de Cristina de Salazar, que estudia el origen del sombrero y su uso y forma a lo largo del tiempo.
El sombrero surge como una necesidad para protegerse. En la antigüedad clásica eran usados por trabajadores expuestos a la intemperie, y también por personas distinguidas para abrigarse y resguardarse del sol en los espectáculos públicos.
El origen de la cofia en las mujeres se remonta a la Edad Media, utilizándose como símbolo de pureza y servicio a la humanidad. En el Renacimiento, prosperó como una necesidad por revelar un status social, en Francia el lujo llegó a tal punto que los moralistas tuvieron que censurar el excesivo gasto.
En el siglo XVII, el interés por tapar la cabeza de las mujeres se debió a una decisión de la Iglesia que decía que por recato y compostura las mujeres no podían mostrar sus cabellos. La creación de las máquinas de coser a mediados del siglo XIX, transformaron la industria y lo convirtió en un accesorio más masivo. A principios del siglo XX la etiqueta exigía que una dama no saliera a la calle sin sombrero.
A partir de 1960, la Alta Costura fue marginada por el prêt-à-porter, y las prendas se empezaron a fabricar a gran escala, la moda se democratizó y desapareció el uso del sombrero.
Actualmente las mujeres no se cubren, a excepción del mundo islámico, en el que el burka es de uso obligado, convirtiéndose en debate controvertido por considerarse "símbolo de opresión para la mujer".
Los sombreros del taurino
La exposición se compone de 3 componentes, el primero es, mediante el trabajo manual, la realización de una colección de sombreros, explotando su tridimensionalidad, elaborándolos con diversos materiales, mezclando con joyería, e interpretando.
El segundo, mediante una labor más técnica, capta la “expresión” del objeto, a través de imágenes fotográficas y manipulándolas después a través de programas informáticos.
Y el tercero, tiene un elemento teórico social de denuncia.
La artista Crsitinade Salazar ha dicho que con esta muestra rinde “ un homenaje a todas aquellas mujeres, de gran talento, que vivieron a la sombra”.
