Katherine Johnson y Jane Jacobs, protagonistas de los “Murales interactivos Mujeres de Ciencia” de la UPV y Las Naves
El mural de Katherine Johnson está situado en colegio Juan Manuel Montoya, en el barrio de Nazaret. Es obra de la artista colombiana Gleo
El proyecto Murales interactivos Mujeres de Ciencia, impulsado conjuntamente por la Universitat Politècnica de València y el centro de innovación Las Naves del Ayuntamiento de València, en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) - Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, suma dos nuevas homenajeadas. Se trata de la matemática Katherine Johnson –la “calculadora humana” que ayudó al Apollo 11 a llegar a la Luna; y la urbanista Jane Jacobs, cuyo legado propició una nueva forma de pensar las ciudades con perspectiva de género y participación ciudadana.
El mural de Katherine Johnson da la bienvenida ya a todo el alumnado y profesorado del CEIP Juan Manuel Montoya, situado en el barrio valenciano de Nazaret (carretera de la Punta al Mar, 75). Ubicado en lo alto del edificio principal del colegio, el mural es obra de la artista colombiana Nathalia Gallego, conocida como Gleo.
En él, homenajea a Johnson representando todo aquello por lo que ella brilló, su forma de observar y plasmar los números en el espacio y la naturaleza. “Quise abstraer las formas de su retrato para poder representar ese lenguaje matemático que existe en todos lados y que ella dominó. El mural es un juego de superposición de formas, planos y colores; incluyo parábolas, conos, esferas, círculos, cuadrados, planos… la base y el principio de todo lo que nos rodea y del conocimiento de Katherine Johnson”, destaca Gleo.
El mural, de 7x10 metros, sobresale ya en este barrio valenciano y en un colegio, el Juan Manuel Montoya, especialmente volcado con la visibilización de la mujer en todos los campos y la integración social.
“Para mí este mural ha sido un reto, más teniendo en cuenta el espacio en el que está, que es una escuela de niños. Y ha supuesto también un reconocimiento para alguien que brilló todavía más en una época marcada por la segregación”, añade Gleo.
Para la artista colombiana, este proyecto es muy importante “al mostrar una cara que muchos no hemos visto, de cómo las mujeres han sido partícipes en las ciencias, en las artes y en otros campos, pero no se les ha dado el protagonismo”. En su opinión, este tipo de iniciativas permiten hacer ver cómo lo que importa es el conocimiento y las ideas, y no el género, condición o época, en este caso con el arte mural como medio de expresión”, destaca Gleo.
De Nazaret al barrio de El Carmen
El segundo de los dos nuevos murales del proyecto de la UPV, Las Naves y FECYT está en pleno centro histórico de València, en el barrio de El Carmen; en concreto, luce en la calle Marqués de Caro. Es allí donde la artista Tamara Djurovic –conocida como Hyuro- ha rendido su particular tributo a Jane Jacobs.
En su obra, Hyuro plasma a través de un lenguaje y estilo únicos la figura de una mujer que sostiene en sus manos una bola de cristal en cuyo interior asoman diferentes edificios y espacios. Se trata de una alegoría sobre el ideal de ciudad promovido por la urbanista estadounidense, en el que el principal protagonista es el ciudadano.
Interactivos y próximos murales
Los dos murales se completarán con diferentes contenidos interactivos a los que se podrá acceder desde la app Mujeres de Ciencia, desarrollada por el grupo UNIT Experimental de la UPV y que puede ser descargada tanto en AppStore como en Google Play. Estos contenidos permitirán conocer un poco más acerca de la figura de Johnson y Jacobs y su aportación en sus respectivos campos y en la lucha por la igualdad de género.
En las próximas semanas, verán la luz en diversos puntos de la ciudad de Valencia otros cuatro murales, que rendirán tributo a la valenciana Anna Lluch, una de las oncólogas más reconocidas en el ámbito internacional y referencia en la investigación sobre el cáncer de mama; la oceanógrafa catalana Josefina Castellví; la ingeniera precursora de la comunicación inalámbrica, Hedy Lamarr; y la primera mujer que voló al espacio y doctora honoris causa por la UPV en el año 1991, Valentina Tereshkova;
Sobre Katherine Johnson y Jane Jacbos
Nacida en 1918, Katherine Johnson fue la primera mujer afroamericana en ingresar en la Universidad de Virginia Occidental –su ciudad de origen. En 1953, empezó a trabajar para la NACA (National Advisory Committee for Aeronautics), predecesora de la NASA (National Aeronautics and Space Administration), como experta en matemáticas y geometría. Y ya entre 1961 y 1963, fue la encargada de llevar a cabo los cálculos del Proyecto Mercury.
Calculó la trayectoria parabólica del vuelo espacial Freedom 7 de Alan Shepard en 1961, primer vuelo espacial humano de Estados Unidos y fue la primera mujer en publicar un informe de investigación en el que explicaba las ecuaciones que describen un vuelo espacial orbital en el que se especifica la posición de aterrizaje de la nave espacial. Y aunque en 1962 la NASA empezó a utilizar computadoras electrónicas para realizar los cálculos, el astronauta John Glenn pidió que fuera ella quien verificara las cuentas de la computadora que le llevarían en vuelo orbital alrededor de la Tierra en la nave Friendship 7. “Si ella dice que son buenos, entonces estoy listo para partir” dijo Glenn. Y lo fueron, y este vuelo marcó un punto de inflexión en la competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética en el Espacio. En 1969 con la llegada del Apollo 11 a la Luna, fue ella quien se ocupó de sincronizar el módulo lunar con el orbital para el regreso a la Tierra.
En el año 2015, el presidente Barack Obama le otorgó la Medalla de la Libertad Presidencial, el más alto honor civil de los Estados Unidos. Y en agosto del año pasado, celebró sus 100 años mientras Estados Unidos celebraba el día la mujer.
Por otro lado, Jane Jacobs nació en mayo de 1916 en EEUU, en un pequeño pueblo de Pennsylvania, aunque posteriormente se marchó a Nueva York. Allí se casó con un arquitecto, formó su familia en un sencillo apartamento de Greenwich Village, comenzó a interesarse por las cuestiones urbanas y consolidó su vocación por el periodismo. Nunca llegó a tener ningún título universitario, pero acabó trabajando primero para la Office of War Information y luego como reportera para Amerika, una publicación del Departamento de Estado de EEUU. Finalmente acabaría siendo editora de la revista Architectural Forum. Desde sus artículos polemizó duramente con las tendencias urbanísticas dominantes en la década de los 50, aquellas que propiciaban el crecimiento de los suburbios y el culto al automóvil particular y las autopistas, junto con la desvalorización de los centros urbanos tradicionales, las demoliciones sistemáticas de los antiguos edificios y sus barrios en nombre del progreso y la modernización, y la construcción de enormes torres de viviendas.
En el año 1961 publicó el libro Muerte y vida de las grandes ciudades, en el que postuló que antes de cambiar una ciudad o intervenir en ella hay que conocerla a fondo, y eso implica entender dónde está su vitalidad, cómo la usa el vecindario, qué aprecian de ella, qué actividades realizan en sus calles, cómo juegan las niñas y niños y dónde… en definitiva, entender las ciudades y aprender a vivirlas.