Jóvenes con problemas de adicciones o psicológicos, rehabilitados en las Comunidades del Cenáculo, representan la parábola del Hijo Pródigo en Valencia
Del 1 al 3 de noviembre, visitarán colegios de la diócesis
Jóvenes con problemas de adicciones, entre ellos de drogodependencias, familiares o de falta de sentido a sus vidas, y que actualmente se encuentran en proceso de rehabilitación dentro de las comunidades del Cenáculo en España, han representado la parábola del “Hijo Pródigo” en diferentes colegios de Valencia.
La primera representación tuvo lugar ayer, viernes, en el colegio Santiago Apóstol de Valencia, y continuarán hoy sábado día 2, en el colegio Pureza de María de la avenida del Cid y, por último, el domingo 3, en el colegio San Antonio Abad. Las tres representaciones dan comienzo a las 20 horas.
La escenificación, cuyas entradas se pueden adquirir de forma gratuita a través de la web www.eventbrite.es, representa “una parábola hecha carne en los propios chicos que actúan, que se ven reflejados en sus personajes o en la propia parábola a través de sus propias experiencias”, según fuentes de la Comunidad.
Antes de la representaciones tiene lugar a la proyección de un vídeo en el que se relata la historia de Sor Elvira Petrozzi, fundadora de la ‘Comunidad del Cenáculo’ en Italia en julio de 1983, para ayudar a jóvenes con problemas de drogas o, simplemente, desilusionados por las falsas promesas de felicidad que genera el mundo.
Por otro lado, desde el jueves y hasta el domingo, en la parroquia de Santiago Apóstol ha dado comienzo el rezo del rosario por la tarde “un momento de recogimiento pero también en el que las personas que así lo deseen puedan acercarse a estos jóvenes y conocer de primera mano sus testimonios”, han añadido.
Modo de curación, “Ora et labora"
El “modo de curación” de la Comunidad del Cenáculo se basa en el denominado “Ora et labora” (oración y trabajo), a través de la Adoración Eucarística y la oración, la vida en fraternidad, el acompañamiento de voluntarios y familias, y la ayuda de otras las personas que han pasado por el mismo proceso de rehabilitación, según las mismas fuentes.
La Casa Madre de la Comunidad del Cenáculo se encuentra sobre la colina de Saluzzo, una ciudad en la provincia de Cúneo (Piamonte), en el noroeste de Italia y actualmente, está presente en 18 países.
Igualmente, a la Comunidad pertenecen también sacerdotes, hermanos y hermanas consagradas, familias misioneras, matrimonios, e integra varios grupos como el de padres, que también se implican en el proceso de rehabilitación social de sus hijos y en la metodología de trabajo, y los colaboradores llamados “Amigos del Cenáculo”.