Jorge Expósito, de la Escuela Taurina de Valencia, triunfador del II Certamen de Escuelas Taurinas de la Comunitat Valenciana
Completaron la terna Raúl Bravo y Vicente Soler de las Escuelas Taurinas de Alicante y Castellón, respectivamente
Se lidiaron el domingo pasado erales de Juan Pedro Domech, bien presentados y nobles, pero de juego desigual. El carácter gratuito de la entrada posibilitó tan buen aforo, quedando así patente que cuando las plazas no se llenan no es por falta de afición sino de dinero.
Jorge Expósito (Escuela Taurina de Valencia): dos orejas y saludos tras petición y aviso.
Raúl Bravo (Escuela Taurina de Alicante): saludos y vuelta al ruedo tras aviso.
Vicente Soler (Escuela Taurina de Castellón): dos orejas y vuelta al ruedo.
En la novillada participó un alumno de cada provincia de la Comunidad Valenciana, pero el triunfador final fue Jorge Expósito, de la Escuela Taurina de Valencia. El de Algemesí firmó los pasajes de mayor calidad de la tarde toreando por el pitón izquierdo al que abría festejo. Fueron naturales largos, mandones, por abajo, sintiéndose mucho el torero. Mató a toma y daca y consiguió las dos orejas.
Se fue a porta gayola en su segundo, un animal de embestida descompuesta y de imposible lucimiento, pues no dejó de "calamochear" y de pegar violentos tornillazos en toda la faena. Antes había llevado a cabo un quite por gaoneras de increíble ajuste y emoción.
También cortó dos orejas Vicente Soler al primero de su lote. El de Castellón se mostró variado y vistoso de capote y expuso mucho en banderillas en sus dos actuaciones. En ambas sacó a relucir su excelente técnica y oficio con firmeza y seguridad a pesar de que ninguno de sus novillos embistió con largura. De valor y recursos anda sobrado, tanto que parece pedir un pronto salto de escalafón.
Raúl Bravo no se quedó atrás en variedad, aunque a su quehacer le faltó alma. El representante alicantino sorteó en primer lugar un eral de escasa transmisión, y puso la mejor voluntad frente al quinto de la tarde, al que dio muchos pases en una faena un tanto deslavazada. Además se demoró con los aceros en las dos ocasiones.