El PP informa que reparar la "chapuza" de Ribó de los “torreones fake” del Chalé de Aben al Abbar le cuesta 40.000 euros al Ayuntamiento
El Ayuntamiento ha tenido que pagar un importante sobrecoste al tener que rectificar y volver a reconstruir los torreones para que sean reflejo fiel de los que tenía el edificio cuando se construyó
Los populares esperan que el coste de este despropósito no lo asuman los vecinos de la ciudad y se reclame a los responsables de la chapuza
El Gobierno de Ribó y PSOE sigue de chapuza en chapuza. La reconstrucción del chalé de Aben al Abbar, tras la primera reforma chapuza de Ribó, va a costar del bolsillo de los ciudadanos 40.000 euros El Ayuntamiento ha tenido que hacer frente a un importante sobrecoste al tener que rectificar y volver a reconstruir los torreones para que sean reflejo fiel de los que tenía el edificio cuando se construyó.
El PP denunció cuando estaba finalizando la restauración la chapuza de reconstrucción de los torreones originales y tuvo que rectificar el Gobierno de Ribó y PSOE. “Ahora hemos sabido el coste de esta rectificación y asciendo a más de 40.000 euros, que no deberían pagar los ciudadanos sino los responsables de este error”.
La concejala del PP, Julia Climent, ha recordado que los 'torreones fake' “no ha sido la única actuación polémica también, tuvieron que rectificar con el nuevo muro de este chalé, en el que cualquier parecido con el original era, lo mismo que con las torretas, pura casualidad y que el Ayuntamiento se vio igualmente obligado a derribar”.
Climent asegura que es un ejemplo más de la falta de interés por el patrimonio del Gobierno de Ribó y PSOE que también sigue retrasando obras tan importantes como la recuperación de la muralla árabe de la ciudad o el abandono del Casino Americano o la Ceramo de Benicalap.
La concejala popular ha recordado que el Chalé de Aben al Abbar, donde algunos historiadores atribuyen que se reunió por última vez el Gobierno de la Segunda República antes de partir al exilio, “pasó a ser de propiedad municipal en diciembre de 2009, cuando fue adquirido, vía expropiación forzosa, por la anterior Corporación Municipal, encabezada por la entonces alcaldesa Rita Barberá, por un importe económico superior a los 1.350.000 euros”.
