La indumentaria valenciana agoniza y lanza este mensaje a las autoridades: “No nos dejéis morir”
Con una caída de la facturación del 90% y con costes inasumibles, temen que esté en riesgo no solo su oficio sino el arte que ha vestido a las fallas desde hace más de 150 años
La indumentaria valenciana vive el peor momento de su historia, y eso que viste a una fiesta patrimonio de la humanidad desde hace más de 150 años. La pandemia ha golpeado a muchos sectores económicos pero uno de los más dañados es todo el sector que rodea a los festejos populares. Las fallas, tras la suspensión del año pasado y la incertidumbre de este 2021 en el que lo único que está seguro es que no habrá fiesta en la primera mitad del año, deja a los negocios que de ellas dependen “en una situación agónica”.
Así lo han manifestado artesanos, sastres y modistas, maestros sederos, indumentaristas y orfebres que se han unido para poner, por primera vez en la historia, las cifras reales de lo que representa su negocio y lo que ha dejado de ganar por la crisis derivada del covid.
El “Informe sobre la repercusión en los indicadores económicos y laborales del Sector de los Artesanos de la Indumentaria Tradicional Festiva, Industriales Sederos y Orfebres como consecuencia de la COVID-19 en los ejercicios 2019 y 2020” muestra dos cifras crudas y reveladoras: la caída de la facturación y los costes a pesar de no estar ingresando nada.
Pérdidas millonarias y pérdidas de un arte milenario
Si en 2019 el sector facturó casi 40 millones de euros, el cierre de 2020 fue de una facturación de 3,6 millones de euros. Es decir, ni un 10% del año anterior. Sin embargo, los costes fijos que en 2019 fueron de 17 millones, en 2020 fueron casi diez millones de euros: “Es una radiografía fiel que muestra cómo a pesar de ver reducida su actividad a la mínima expresión, han tenido que pagar casi diez millones de euros por el mero hecho de existir. El 2020 les ha asfixiado y se espera que el 2021 también lo haga”.
A esto se suma que hay 500 trabajadores que vivían de este sector en 2019, mientras que en 2020 ha bajado a 315: “Y hablamos de empleos y facturación indirecta pero hay que añadir también todo el movimiento indirecto que genera”, ha explicado José María Chiquillo, Presidente Internacional en la Red Unesco Rutas de la Seda y coordinador del informe.
El informe ha sido elaborado a partir de 120 empresas que representan el 95% de la facturación del sector y que está formado por pymes, micropymes y empresas y comercios familiares y tradicionales. En la presentación han hablado Fran Tochena, Maestro Mayor del Gremio Artesano de Sastres y Modistas, Vicente Genovés, Presidente del Colegio del Arte Mayor de la Seda, Irene Ma Sancho, Presidenta de ASCIVA y José María Chiquillo, en representación de los anteriores y como coordinador del informe.
“Apelamos con la fuerza del informe a las administraciones nacional, regional, provincial y local porque el expediente de la UNESCO que reconoce a las fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad responsabiliza a las administraciones a mantener todos los elementos del patrimonio”.
Elementos como la pirotecnia, la música, los artistas falleros y la indumentaria tradicional festiva: “Ese buen hacer que se manifiesta en la indumentaria, en las joyas, en los accesorios y complementos y cuyos secretos del oficio se transmiten de generación en generación”, ha explicado Chiquillo.
“¿Dejaríamos morir a la Lonja por estar en ruinas?”
El Presidente del Colegio del Arte Mayor de la Seda ha lamentado que el Plan Resiste anunciado por la Generalitat no cubre, ni de lejos, las pérdidas del sector: “Son máximo 4.000 euros por empresa, lo cual para este sector serían unos 480.000 euros. Si hemos cuantificado unos costes fijos de diez millones, esta ayuda no sirve absolutamente para nada, es pan para hoy y hambre para mañana”.
Por eso piden unas ayudas, compromisos fiscales, bonificaciones y planes de relajación económicos que iguales esos 10 millones de costes: “¿Qué pasaría si la Lonja se encontrara en ruinas y estuviera en riesgo de perderse? ¿Lo permitiríamos? Pues nos encontramos en la msima situación”.
“Si queremos salvar al sector hay que poner más números sobre la mesa”, ha lamentado Vicente Genovés, quien pone cifras y cara al drama: “Quedan muy pocos fabricantes sederos vivos y con esta perspectiva nos estamos jugando la continuidad de poder fabricar seda en Valencia como hemos hecho desde hace medio siglo”. Genovés ha finalizado con una reflexión: “A este paso puede que las Falleras Mayores de Valencia no tengan quien les pueda tejer el espolín”.
Durante la presentación del informe se han lanzado varios dardos a Junta Central Fallera, a quien se le ha insistido en defender el sector: “Estos tres entes con siglos de historia -Gremio Artesano de Sastres y Modistas; Colegio del Arte Mayor de la Seda y la Asociación de Comercios de Indumentaria Valenciana- se han unido por primera vez para poner de manifiesto la grave situación. No podemos permitir que el covid acabe con este sentimiento que viste desde hace más de 150 años a las fallas”.