VALENCIA | SOCIEDAD

La iglesia atiende en Valencia a más de 31.000 enfermos

ELPERIODIC.COM - 11/02/2021

La acción es posible gracias a la ayuda de sacerdotes, religiosas, agentes de pastoral y voluntarios

Hoy, Día Mundial del Enfermo, recogemos el testimonio de una feligresa de Alaquás, impedida por un Parkinson con síndrome de PISA, que vive la enfermedad con “aceptación” y la alegría de saber que Jesucristo “es mi amigo”

La Iglesia en Valencia atiende y acompaña cada año a más de 31.000 personas enfermas con la colaboración de sacerdotes, agentes de pastoral, capellanes de hospital, voluntarios y distintas órdenes y congregaciones religiosas, según explican desde la delegación episcopal de Enfermos y Mayores del Arzobispado con motivo hoy, jueves, del Día Mundial del Enfermo, marcado este año por la difícil situación de crisis sanitaria.

Precisamente, la archidiócesis de Valencia celebra este jueves, 11 de febrero, la Jornada Mundial del Enfermo, coincidiendo con el día de la festividad de Nuestra Señora de Lourdes, bajo el lema “Cuidémonos mutuamente”. 

Igualmente, destaca la labor de los 60 capellanes y “personas idóneas” (laicos o religiosos con formación cualificada), que ofrecen “acompañamiento espiritual cada año a más de 18.000 enfermos y sus familias en los hospitales”.

Asimismo, en residencias de la tercera edad de la diócesis, cada año son atendidos más de 6.700 ancianos dependientes por parte de sacerdotes, órdenes y congregaciones religiosas, atendiendo a su carisma, en colaboración con numerosos voluntarios.


Testimonio de Pilar Úbeda, feligresa de Alaquàs: "el sufrimiento se sostiene con la fe"

Entre los enfermos, mayores solos o personas con discapacidad, que reciben ayuda en la diócesis de Valencia- figura una feligresa de la Parroquia Santísima Cruz de Alaquás, Pilar Úbeda Moraleda, de 70 años, impedida hace varios años por un Parkinson nivel 4 con síndrome de PISA, que vive la enfermedad con “aceptación” y se emociona al hablar de “mi amigo”, como ella misma llama a Jesucristo.

“El sufrimiento se sostiene con la fe”, la fe en Jesucristo, "es todo para mi” y aunque a veces ha podido pensar “que se ha olvidado de mí”, sabe que no le abandona, y le pide tener lucidez para seguir compartiendo momentos con su familia y por la salud de todos.

Conforme explica Pilar, “merece la pena vivir y la fe es uno de los valores más importantes en la vida”. Por ello, “no sabría vivir sin fe, es el motor de mi vida”.

Igualmente, valora y agradece mucho el “gran alivio” que para ella supone la cercanía del sacerdote que le lleva a casa los Sacramentos. En estos momentos, “me daría mucha felicidad poder volver a ir a Misa” a la parroquia de la Santísima Cruz de Alaquàs, en donde es feligresa, aunque su párroco y responsable de la Capellanía del Hospital Clínico de Valencia, Juan José Segarra, le administra la Comunión y también el Sacramento de la Unción de Enfermos en su casa con motivo del Día del Enfermo. Recibir estos sacramentos “me llenan el alma de paz y una tranquilidad muy grande”, afirma.

Pilar Úbeda nació en un pueblo de Ciudad Real, en Argamasilla de Calatrava, está casada, tiene dos hijos y una nieta, a quienes quiere transmitir los valores más importantes de la vida, el primero, la fe. “Si no existiera Dios ni la Virgen, qué vida sería esta”. En estos momentos, “son el motor de mi vida”.

Precisamente, recuerda cómo su madre le transmitió amar la Eucaristía, y a Jesús: de niña con su familia iban a Misa todos los días. Pero siendo pequeña sufrió la pérdida de su padre por accidente laboral, y sus 4 hermanos fueron internados en un colegio de niños huérfanos. Sin embargo, ella pudo viajar a Alemania con su madre para trabajar. Allí conoció a su esposo, y ya regresó con él a Valencia, a Alaquàs, una vez casada.

En la Parroquia la Santísima Cruz de Alaquàs ha colaborado en varias labores de voluntaria, una de ellas, limpiando y barriendo el templo cuando fue creado hace ahora 50 años, y también en Cáritas, con el reparto de alimentos, entre otras tareas.