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El Hospital General toma medidas en la lucha contra las resistencias bacterianas

El Hospital General toma medidas en la lucha contra las resistencias bacterianas
  • El uso del antibiótico adecuado evita las resistencias y disminuye las complicaciones y la estancia hospitalaria

El uso incorrecto de los antibióticos favorece la aparición de bacterias resistentes a estos medicamentos. La utilización incontrolada de dichos fármacos ha hecho que la conocida como “era antibiótica” –que empezó con el descubrimiento de la penicilina por Fleming en 1929– se esté viendo amenazada hasta el punto de no poder luchar contra las bacterias resistentes y derivar en la falta de antibióticos eficaces frente a las infecciones.

Los datos más recientes confirman que el número de pacientes infectados por bacterias resistentes está aumentando en la Unión Europea y que la resistencia a los antibióticos representa una importante amenaza para la salud pública. Además, la actual situación de crisis global que padecemos también ha afectado al desarrollo de nuevos medicamentos, lo que se traduce en una desventaja en la lucha contra las infecciones por bacterias resistentes.

Así pues, el uso prudente de los antibióticos es una condición indispensable para detener el desarrollo de bacterias resistentes y además es necesario para que los que se están utilizando conserven su eficacia en el tiempo frente a las infecciones.

Para conseguir este uso prudente de los antibióticos la Organización Mundial de la Salud proporciona guías y directrices de actuación para ser lideradas por profesionales sanitarios y así poder ser implantadas en los centros sanitarios. Un ejemplo de la puesta en práctica de estos programas se está llevando a cabo en el Hospital General Universitario de Valencia.

Medidas tomadas por el Hospital General Universitario de Valencia
Alicia de Miguel, directora del Centro Diagnóstico Biomédico, señala que “los datos que disponemos en relación con las multirresistencias antibióticas nos obliga a tomar las medidas necesarias para evitar estas situaciones al máximo posible y garantizar el uso racional de antibióticos en beneficio de nuestros pacientes”.

De este modo, un equipo multidisciplinar del Hospital General –constituido por el Servicio de Microbiología (Centro de Diagnóstico Biomédico), el Servicio de Farmacia, el Servicio de Cuidados Críticos y la Unidad de Enfermedades Infecciosas, apoyado por la Comisión de Infección y Política Antibiótica– está desarrollando el Programa de Optimización del Uso de Antimicrobianos (PROA).

Dicho programa empieza con la comprobación diaria y la asistencia continuada por parte del Servicio de Microbiología. Esto permite informar de los resultados rápidamente y de forma directa en los casos de gravedad, y anualmente se concreta en un dossier que indica la incidencia de las principales bacterias que producen infecciones.

El programa sigue con la realización de controles periódicos de la incidencia de microorganismos potencialmente peligrosos (Acinetobacter, Pseudomonas, S.aureus, Legionella…) que puedan aprovechar la debilidad de los pacientes hospitalizados para invadir su organismo y producir infecciones graves. “El conocimiento del entorno hospitalario es fundamental para dirigir las medidas de prevención y disminuir las tasas de infecciones intrahospitalarias”, señala Concepción Gimeno, jefa del Servicio de Microbiología.

Asimismo, se realiza un doble seguimiento, ya que desde el Servicio de Medicina Preventiva también hay un control diario de los pacientes con infecciones por bacterias multirresistentes para asegurar el tratamiento adecuado y la toma de medidas de control de la infección.

Una de las medidas más importantes del Programa de Optimización del Uso de Antimicrobianos es asegurar la administración del antibiótico adecuado. Para ello, se utilizan protocolos consensuados de tratamiento que unifican los criterios médicos y evitan el uso de antibióticos de reserva, que son os de nueva aparición y que presentan menos resistencias, que únicamente serán utilizados en pacientes graves.

Un programa tan multidisciplinar requiere estrategias que permitan la comunicación directa entre los servicios implicados. Esta comunicación tiene que ser directa, por lo que se está trabajando en el desarrollo de un programa informático que permite el seguimiento informatizado y facilita la información al grupo de control de expertos en infecciones (formado por especialistas en Enfermedades Infecciosas, Microbiología Clínica, Farmacia, Medicina Preventiva y Cuidados Críticos).

La puesta en marcha del Programa de Optimización del Uso de Antimicrobiano está directamente relacionada con la incorporación de nuevos programas de cribado de pacientes portadores de microorganismos patógenos potencialmente peligrosos. Cabe destacar, por ejemplo, la detección de pacientes portadores de la bacteria SAMR (Staphylococcus aureus, resistente a meticilina) en las unidades de Cuidados Críticos, que ha permitido reducir de forma sustancial las personas infectadas por esta bacteria.

Ahorro económico
El programa de Optimización del Uso de Antimicrobianos repercute directamente en el ahorro económico del sistema sanitario:

-De forma directa: al reducir el consumo de antibióticos de alto coste (ahorro estimado en 250.000 € anuales).

-De forma indirecta: en la reducción de estancia hospitalaria. Como ejemplo, los resultados del programa de portadores de SAMR* dan un ahorro medio estancia hospitalaria en UCI de 12 días (aproximadamente 1.300 €/día) y un ahorro medio de estancia hospitalaria en sala no intensiva de 13 días (aproximadamente 400 € día).

* El SARM es un microorganismo que ha desarrollado una tasa muy alta de resistencia a la gran mayoría de antibióticos, así como un enorme potencial de patogenicidad. La infección por SARM presenta una tasa de mortalidad superior al 50% en el caso de pacientes críticos y el mayor factor de riesgo para desarrollar este tipo de infecciones es que el paciente sea portador de esta bacteria antes de su ingreso en el hospital.

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