Los franciscanos impulsan la canonización de un fraile valenciano que bautizó a 40.000 indígenas en las selvas de Centroamérica
Fray Antonio Margil de Jesús recorrió a pie descalzo miles de kilómetros y fundó hace ahora 300 años una misión en Texas donde le consideran su patrón
La orden religiosa de los franciscanos impulsa en la actualidad la causa de canonización del misionero valenciano fray Antonio Margil de Jesús (Valencia, 1657 – México, 1726) que fundó hace ahora 300 años, en 1720, la misión de San José y San Miguel de Aguayo, en San Antonio, Texas.
Fray Margil de Jesús, cuyos restos reposan en la Catedral de México, bautizó a más de 40.000 indígenas en países de Centroamérica, que recorrió a pie descalzo varias veces, desde Panamá hasta los actuales Estados Unidos, y de hecho, “pasó meses enteros en los bosques, alimentándose de frutas silvestres, rodeado de indígenas”, según ha indicado el historiador franciscano Benjamín Agulló.
El fraile valenciano es tenido en esos países por “uno de los más grandes misioneros de todos los tiempos y es venerado incluso por muchos como patrón de Texas”, ha precisado.
Acompañado por un crucifijo y un breviario, fray Margil “evangelizó incansablemente durante años a tribus indígenas, algunas de ellas de antropófagos, y en varias ocasiones él mismo llegó a ser apresado y torturado”.
El proceso de canonización de fray Antonio Margil de Jesús es impulsado en la actualidad por la Postulación General de la Orden Franciscana.
Nacido en Valencia
Nacido en Valencia en 1657, Antonio Margil ingresó a los 17 años en la orden franciscana. Una década más tarde, viajó a México y colaboró en la fundación del colegio Misionero Franciscano de Santa Cruz en Querétaro, en el que más tarde serviría como su Guardián o Presidente.
Pero la verdadera vocación de Margil, sin embargo, “fue el trabajo apostólico con los indígenas” y, así, se desplazó al sur para empezar a evangelizar a las tribus de Costa Rica, Nicaragua, México y Guatemala. Regresó temporalmente a México para fundar el Colegio Apostólico de Nuestra Señora de Guadalupe en Zacatecas en 1706.
A partir de ahí, se dispuso a establecer misiones hacia el norte, en el llamado entonces virreinato de Nueva España y en lo que ahora es Texas. El fraile valenciano fundó varias misiones en el este de Texas y finalmente en San Antonio, donde estableció la Misión de San José y San Miguel de Aguayo, hace ahora 300 años.
Al final de su vida, fray Antonio Margil de Jesús regresó a Zacatecas y Querétaro. Murió en 1726 en la actual ciudad de México, y recibió sepultura en la Catedral Nacional. Las causas de beatificación y canonización de Margil comenzaron a fines del XVIII.