La Filmoteca y Cinema Jove homenajean al cineasta sueco Bo Widerberg

 Desde el sábado 20 de junio, la sala Luis G. Berlanga del edificio Rialto acogerá la retrospectiva completa de Bo Widerberg, una muestra que la Filmoteca valenciana y Cinema Jove organizan en esta vigésimo cuarta edición del festival como homenaje al cineasta sueco.

Influido por los aire renovadores provenientes de la Nouvelle Vague, y vinculado inicialmente al Nuevo Cine Sueco, Widerberg pronto escogió una senda absolutamente personal y libre, partiendo de un cierto realismo social no reñido con el uso del cine de género ni con el aliento lírico y trágico bien presente en algunas de sus películas.

Hasta el sábado 27, el ciclo se integra en la programación del festival, por lo que las proyecciones de la muestra se reparten indistintamente entre las cinco sesiones que a partir de las 12 horas se ofrecerán diariamente en la sala de proyecciones de La Filmoteca.

Ya concluida la semana de Cinema Jove, la Filmoteca ofrecerá desde el 30 de junio hasta el 14 de julio un segundo pase de algunos títulos como Barnvagnen (1963) y Kärlek 65 (1965), centradas en las relaciones afectivas, o Joe Hill (1971) y Ådalen 31 (1969), que abordan uno de los temas recurrentes en el cine de Widerberg, la lucha social de la clase proletaria.

El ciclo comprende los trece largometrajes realizados por Widerberg a lo largo de su carrera, desde sus primeras obras de los años sesenta hasta su último título, La belleza de las cosas (Lust och Fägring stor, 1995). Como complemento, además se han incluido en la muestra Den vita Sporten (El deporte blanco, 1968), film colectivo en el que Widerberg participó junto a otros doce directores, y Liv Hill Varje Pris (La vida a cualquier precio, 1998), documental de Stefan Jarl en torno a la vida y la obra del director homenajeado.

Aunque en nuestras pantallas sólo se han estrenado cuatro de sus títulos, el nombre de Widerberg era conocido en los años setenta entre la cinefilia española. Con este ciclo, se reivindica al cineasta que ha firmado títulos tan destacados como Elvira Madigan (1967), sin duda su mayor éxito internacional, pero cuyo eco hoy parece haberse apagado.