Las fiestas del Cristo del Salvador conmemoran su llegada a Valencia arrastrado por las aguas en el año 1250
La Real Iglesia del Salvador de Valencia celebra desde hoy, domingo, las fiestas del Santísimo Cristo del Salvador, que conmemoran la llegada de su imagen titular, un Cristo románico de madera de tres metros de altura, arrastrada por las aguas el 9 de noviembre de 1250.
El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, ha presidido esta tarde la misa solemne en honor al Cristo del Salvador, en el templo, según ha indicado a la agencia AVAN el rector de la Real Iglesia del Salvador, José Máximo Lledó.
Después de la homilía, el purpurado ha entregado las medallas a los siete nuevos miembros de la Real Archicofradía y Hermandad del Santísimo Cristo del Salvador, entidad fundada en 1616 que se encarga de organizar las fiestas, ha añadido.
Igualmente, una vez finalizada la misa los devotos han podido venerar la imagen del Cristo del Salvador en su propio camarín, según el rector.
Además, tras la eucaristía ha dado comienzo el novenario, que concluirá el 17 de noviembre con una procesión del Santísimo por las inmediaciones del templo y que contará con las predicaciones de los tres diáconos del Colegio-Seminario de la Presentación y Santo Tomás de Villanueva de Valencia, Luis Ochoa, Marc Forner y Jesús Rodrigo.
La imagen del Cristo del Salvador, que fue restaurada en 2007 por la conselleria de Cultura, a través del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, y la Diputación de Valencia “es una de las imágenes más antiguas de la archidiócesis” y fue encontrada el 9 de noviembre de 1250 en el cauce del río Turia a su paso por la capital.
Según la tradición, las aguas bajaban crecidas por una riada y, durante una contracorriente del mar que se introdujo en el cauce del río, la imagen del Cristo del Salvador apareció flotando. La gran talla de madera encalló en la orilla derecha del río, en el tramo que va de las Alameditas al puente de la Trinidad y fue llevada a la ermita de San Jorge, que al poco tiempo pasó a llamarse iglesia del Salvador, en honor a la imagen del Cristo hallada.
La devoción hacia la imagen fue extendiéndose por Valencia, “hasta el punto de que el Consell de la ciudad decretó en 1692 que el 9 de noviembre, día del hallazgo, fuera festivo”, según Lledó. La del Salvador era, además, “la imagen que la ciudad sacaba en las procesiones para pedir el fin de una epidemia, una guerra o una catástrofe natural”. Durante la persecución religiosa de 1936, fue incendiada, quedando destruida la Cruz, mientras que la imagen del Cristo se salvó milagrosamente.