Un estudio del Hospital la Fe demuestra que menores con alergia a un fruto seco pueden comer otras variedades de forma segura
Se trata de un estudio del Servicio de Neumología Pediátrica de la Fe junto con otras entidades internacionales
En Valencia las alergias más frecuentes (en orden descendente) son a la nuez, nuez pecana, avellana y cacahuete
El servicio de Neumología Pediátrica del Hospital La Fe de Valencia, en colaboración con la Fundación NHS de Guy's and St Thomas Hospital de Londres y el Hospital Universitario de Ginebra ha publicado en la revista 'Journal of Allergy and Clinical Immunology' el estudio 'Pronuts', que demuestra que menores con alergia a un fruto seco pueden comer de manera segura, de promedio, otros nueve frutos secos, cacahuete o sésamo, de los once probados.
El responsable de la Unidad de Neumo-Alergia Infantil de La Fe y director de este estudio, Antonio Nieto, ha señalado que "hasta hoy, cuando un niño era alérgico a un fruto seco, se recomendaba con frecuencia que eliminaran todos los otros frutos secos, así como los cacahuetes y las semillas de sésamo de su dieta".
Tal y como ha afirmado, "estas restricciones dietéticas reducen la calidad de vida de estos niños y, a menudo, son una fuente de ansiedad para las familias, ya que implican tener que excluir muchos alimentos de la dieta y controlar de cerca la composición de las comidas que se comen fuera del hogar".
En este sentido, el estudio 'Pronuts' ha demostrado, en primer lugar, que los niños y las niñas con alergia a un fruto seco pueden comer, en promedio, otros nueve tipos de fruto secos.
También ha mostrado que el 60% de menores con alergia a un fruto seco tiene o tendrá alergia a más de uno y que la coexistencia de alergia a ciertos frutos secos difiere de una región geográfica a otra. Así, en València las alergias más frecuentes (en orden descendente) fueron a nuez, nuez pecana, avellana y cacahuete.
En Londres, a cacahuete, nuez, avellana y anacardo y, en Ginebra a anacardo, cacahuete, pistacho y avellana. La frecuencia de consumo y la edad de introducción de los frutos secos, así como los pólenes presentes en el medio ambiente (por reacciones cruzadas) podrían explicar estas diferencias.
Así, ha concluido Nieto, "este estudio muestra que, con un programa de introducción cuidadoso, bajo supervisión médica, es posible descubrir con precisión a qué tipo de fruto seco, cacahuete o sésamo tienen alergia esos menores. Esto les permite no tener que evitarlos todos y reducir considerablemente las restricciones alimentarias".
Método del estudio
Las alergias al cacahuete, frutos secos y sésamo afectan al 1,4% de menores en todo el mundo y su frecuencia va en aumento.
El estudio 'Pronuts' se inició en el año 2012 y se incluyeron, inicialmente, 159 menores de 0 a 16 años, con alergia confirmada al menos a uno de los siguientes: almendra, anacardo, avellana, cacahuete, coquito de Brasil, nuez, nuez de Macadamia, nuez pecana, piñón, pistacho, sésamo.
Se investigó si en un niño alérgico a un fruto seco podrían introducirse otros frutos secos, el cacahuete o el sésamo en su alimentación. Para ello, se realizaron pruebas de provocación oral, que consisten en darle a comer esos alimentos uno por uno, bajo supervisión médica, en función de pruebas en la piel y análisis de sangre.
Las pruebas se llevaron a cabo primero en el hospital bajo supervisión médica, y luego se les pidió a los padres que introdujeran regularmente en la dieta de sus hijos los frutos secos que toleraban en la consulta.
Precaución
Durante este estudio las pruebas y la provocación con los alimentos se llevaron a cabo bajo estrecha supervisión médica. De hecho, pueden causar reacciones alérgicas graves. Los padres de menores alérgicos no deben en ningún caso intentar reproducir este programa sin supervisión médica especializada.