Enrique Benavent asegura que “la presencia de la Iglesia en el mundo” debe ser “dialogante”
La UCV entrega su Medalla de Oro a la Institución Teresiana, en el año de su centenario, por su contribución a la promoción humana y la transformación social a través de la educación y la cultura
La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha concedido su Medalla de Oro a la Institución Teresiana, fundada por san Pedro Poveda, en el año de su centenario por su contribución a la promoción humana y la transformación social, a través de la educación y la cultura. En el acto de entrega del galardón, Enrique Benavent, gran canciller de la UCV y arzobispo de Valencia, ha asegurado que “la presencia de la Iglesia en el mundo debe ser una presencia dialogante”.
“Ésa fue una de las intuiciones de Poveda, que todos en la Iglesia podemos compartir. Su manera cristiana de entrar en diálogo con el mundo de la cultura anticipó, de algún modo, el Concilio Vaticano II. Es una idea que une a la Universidad Católica de Valencia y a la Institución Teresiana”, ha expuesto Benavent en el encuentro, celebrado en el Centro Cultural La Beneficencia.
El gran canciller ha destacado también otra intuición del santo jienense: “La Iglesia no puede recluirse dentro de sus instituciones en un ámbito separado del mundo. La Iglesia debía estar presente en medio de éste. Por eso, el carácter laical de la obra que fundó hace presente a la Iglesia en el mundo y, por esa misma razón esta universidad quiere estar presente en medio de la sociedad”.
“Servirse de la cultura como un medio para la evangelización y la transformación de la sociedad es otra de las grandes intuiciones de san Pedro Poveda. Su vocación nació en los barrios más pobres y entendió que sólo la educación podía sacar a esas gentes de las condiciones de vida que tenían. La UCV tiene también una función social. No quiere ser una universidad elitista, sino una institución al servicio de las familias que confían en que puede ayudarlas en la educación y formación de sus hijos”, ha remarcado.
Benavent ha indicado, asimismo, que “a veces se tiene la imagen deformada de que la educación cristiana siempre sigue métodos viejos. Ejemplo de lo contrario es otra de las intuiciones de este santo, la apertura a las novedades pedagógicas. Buscó nuevos caminos en la enseñanza para hacerla más eficaz”.
“UCV e la Institución Teresiana somos miembros de una misma Iglesia y compartimos una misma misión, aprendiendo los unos de los otros. Si esta universidad es católica lo es porque intenta transmitir unos valores, una manera de ver la vida, una visión cristiana de las realidades humanas, una vocación de servicio. Si los estudiantes han aprendido esto al terminar su carrera, e intentan ponerlo en práctica a lo largo de su vida profesional, ésa será nuestra mayor alegría”, ha aseverado el arzobispo valentino.
José Manuel Pagán: “Necesitamos una educación que abra y confronte al joven con la realidad”
Por su parte, el rector, José Manuel Pagán, ha asegurado que la UCV y la Institución Teresiana comparten “una visión de la educación desde el amor y la misericordia”, algo importante “siempre” en la educación, pero “vital” ante “la cultura de la virtualidad” actual: “Necesitamos una educación que abra y confronte al joven con la realidad, que le permita acceder a su yo, a su interioridad, posibilitándole así aspirar a una vida plena, al servicio de los demás”, ha subrayado.
En opinión de Pagán, “sólo la educación, así entendida, es capaz de orientar a la persona a conocerse, a comprender el mundo en el que vive y a comprometerse con la defensa y el desarrollo de la dignidad humana”.
Pagán ha recordado también en su intervención que “muchas profesoras” vinculadas a la Institución Teresiana colaboraron desde sus inicios con la Escuela de Magisterio Edetania, “pertrechadas con las armas de la cultura y la ciencia”, se dispusieron a aportar a los estudiantes, futuros maestros, “nuevos modelos pedagógicos de éxito e innovadores”. Así, el rector ha expresado la “profunda admiración y respeto” de la UCV hacia estas mujeres, así su “agradecimiento” por tanta dedicación: “En nuestra pequeña universidad pervive el gran recuerdo de muchas teresianas que hicieron brillar su vocación”.
Los estudiantes recipiendarios de los premios de Grado y Doctorado han sido también protagonistas en el discurso del rector. Pagán les ha exhortado a “amar a los demás” a través de su trabajo: “Esto implica aportar cada día nuestro mejor esfuerzo, buscar la excelencia en todo lo que hacemos, sin tomar atajos. Las coordenadas que os ayudarán a que vuestra labor sea una oportunidad para alcanzar la plenitud a la que estáis llamados son el amor en vuestro corazón y la voluntad de ser excelentes; una excelencia no entendida como ser mejor que otros, sino como ser mejor que uno mismo, alcanzar la cota de grandeza a que cada uno está destinado”.
En el acto se han entregado también las distinciones a los miembros de la comunidad universitaria -docentes y profesionales de administración y servicios- que han cumplido 15 y 25 años de desempeño laboral en la UCV, y se ha llevado a cabo un homenaje a quienes han accedieron a su jubilación en 2023. En nombre de todos ellos ha pronunciado unas palabras el profesor Vicente Gomar.
María Rita Martín: “La UCV garantiza una presencia cristiana en el mundo universitario antes los grandes desafíos sociales y culturales”
A la visión sobre la educación mencionada por el rector de la UCV, la vicedirectora general de la Institución Teresiana, María Rita Martín, ha añadido la “misión evangelizadora” como punto en común entre ambas instituciones: “Nuestra identidad y visión están estrechamente vinculadas a la razón de ser de una universidad como ésta, que garantiza de forma institucional una presencia cristiana en el mundo universitario ante los grandes desafíos de la sociedad y de la cultura actuales”.
“Común es también la apuesta por un humanismo cristiano comprometido con el diálogo de la fe y la ciencia en la búsqueda de la verdad y en el pleno desarrollo de la dignidad de toda persona, de todas las personas. Compartimos el compromiso de la irradiación del saber para el bien de la humanidad, como bellamente se recoge en el documento de ser y misión de la UCV”, ha explicado.
Tras referirse al “significativo número de personas vinculadas a la institución teresiana” que han estado ligadas a la antigua escuela de magisterio Edetania, actual Facultad de Magisterio y Ciencias de la Educación, ha hecho hincapié en que la Medalla de Oro de la UCV, supone un “estímulo” que empuja a la Institución Teresiana “a alentar audaz y humildemente nuestra misión en los años venideros”.
Reconocimiento a la labor social y humanitaria
La Universidad Católica de Valencia otorga su Medalla de Oro desde 2021 con el objetivo de dejar constancia del reconocimiento a quienes “han realizado una labor de gran valor desde el punto de vista social o humanitario”.
En la primera edición los galardonados fueron los colegios oficiales de Médicos y de Enfermería, la Comisión Diocesana de Pastoral de la Salud, las Fuerzas Armadas, Cáritas y la Confederación Empresarial Valencia (CEV) por la labor desempeñada durante la pandemia provocada por la Covid-19.
Al año siguiente, se concedió la Medalla de Oro al pueblo ucraniano, y en 2023, al cardenal Antonio Cañizares y a la Cofradía de la Virgen de los Desamparados.