En enero, estreno absoluto de Doña Rosita la soltera con algún verso de la Carrá, una producción de La Màquina
Del 9 de enero al 2 de febrero la compañía, escuela y sala de teatro valenciana presenta su nueva creación en colaboración con el prestigioso dramaturgo catalán Marc Rosich
Rafa Cruz dirige a Gretel Stuyck, que se mete en la piel de Doña Rosita, esa joven que languidece esperando al novio emigrado para conseguir una posición económica
Un singular trío representa sobre el escenario la voz de la juventud y la libertad a través de canciones tan populares como Lucas, Rumores o Fiesta. Son Las Manolas, integradas por las cantantes y músicas Candela Mora, Nuria Soler y Ana Zomeño
El teatro, escuela y compañía valenciana La Màquina ultima los preparativos para estrenar el 9 de enero una pieza que reúne a dos auténticas fuerzas de la naturaleza que encontraron en la lucha por la libertad su signo de identidad. Tan distantes están en el tono como en el tiempo Raffaella Carrá y Federico García Lorca. Pero ambos apostaron por un concepto del amor, las relaciones y la mujer fuera de las rigideces de su época.
De ahí la apuesta de Rafa Cruz y Gretel Stuyck de unirlos en un espectáculo que rompe las fronteras entre la cultura popular y la intelectualidad para sumar los sugerentes versos del poeta granadino en uno de sus dramas más potentes, Doña Rosita la soltera, con algunas de las canciones más chispeantes de la artista italiana, capaz de congraciar con la constreñida España tardo franquista y de los primeros años de la democracia, a pesar de hablar del sexo sin tapujos, la homosexualidad o la liberación femenina.
Doña Rosita la soltera con algunos versos de La Carrá es un soplo de frescura en la cartelera valenciana de enero, una nueva colaboración de La Màquina con el prestigioso dramaturgo catalán Marc Rosich, con quién ya trabajaron en Vittoria y Les nits de Salustiana. Fueron las dos primeras piezas de una original trilogía mediterránea, que ahora completa este espectáculo donde ofrecen un nuevo acercamiento a la conexión entre la idiosincrasia de dos países hermanos: Italia y España, bañados por el mismo mar, además de por un sentido de la vida, del humor, del realismo y surrealismo que han corrido en paralelo en muchas etapas.
UNA ACTRIZ PARA ENCARNAR A CINCO PERSONAJES LORQUIANOS Y TRES MÚSICAS PARA DAR NUEVOS AIRES A UN MITO DE LA CANCIÓN POPULAR
La nueva producción de La Màquina podrá verse en la sala que la compañía y escuela de teatro tiene en la calle Pare Jofre nº7 de Valencia del 9 de enero a 2 de febrero. El espectáculo tiene como intérprete a Gretel Stuyck, capaz de transformase en la protagonista, Doña Rosita, y en el resto de los personajes creados por Lorca: los tíos con los que se cría la joven, el Ama y el novio que le promete matrimonio a su vuelta de hacer las Américas, donde ansía conseguir una posición económica.
Pero los años van pasando, mientras Rosa pasa de tener los pétalos frescos y tersos a ir perdiendo color, marchitándose, conforme rebasa la década de los 40. Aunque de ultramar siguen llegando cartas de su prometido, este jamás encuentra el momento de retornar. Así que ella espera, espera, convirtiéndose en blanco de la censura social por permanecer soltera en su madurez, incumpliendo con los cánones sociales de la época. Algo que sufren actualmente muchas féminas que cuya vida no sigue los parámetros de mujer, pareja, madre y profesional perfecta.
En este montaje, se une a Stuyck una peculiar versión de Las Ayoras. La adaptación de Rosich del clásico de Lorca transforma a las amigas de Rosita en Las Manolas, voces de la juventud, pero también de otros personajes del drama, como Las Solteronas y Las Ayioras. Les dan vida tres jóvenes talentos de la música y la interpretación: Candela Mora, Nuria Soler y Ana Zomeño. Un singular trío que llevan al escenario con piano, percusión y guitarra grandes éxitos como Lucas, Para hacer bien el amor hay que venir al sur, Rumores, Mamá dame 100 pesetas, Fiesta o 535356.
El resultado es una puesta en escena atemporal, donde el drama lorquiano encuentra su contrapunto en el divertido descaro de los éxitos de La Carrá. Un montaje innovador que pretende hacer al público reflexionar sobre el verdadero peso de las normas sociales no escritas, valorar la posibilidad de romper moldes y de disfrutar de un amor que debería ser el más importante: la pasión por la vida.