La diócesis de Valencia se suma este domingo a la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
Igualmente, se celebra la Jornada de Vocaciones Nativas
Con oraciones y donativos en parroquias y becas de formación
La diócesis de Valencia se sumará este domingo a la celebración de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas, que se celebra el 21 de abril, bajo el lema este año ‘Hágase tu voluntad. Todos discípulos, todos misioneros’, coincidiendo con la fiesta litúrgica del Buen Pastor.
Rezar por las vocaciones del mundo, en especial por las nacidas en los territorios de misión, acompañar, así como despertar la inquietud vocacional entre los jóvenes invitándoles a interrogarse sobre su vocación, son algunas de las intenciones de esta celebración, a la que el Arzobispo de Valencia, mons. Enrique Benavent dedica también su carta de esta semana.
Por ello, parroquias y comunidades de la diócesis elevarán oraciones y dedicarán también donativos porque la colaboración económica es esencial para que ninguna vocación se pierda por falta de recursos.
Según expresa el delegado de Misiones del Arzobispado de Valencia, Arturo Javier García, las vocaciones nativas son el presente de las Iglesias locales, llevan el Evangelio a su gente, y representan el futuro de la Iglesia porque su formación asegura solidez a la Iglesia católica y universal.
Y es que, muy a menudo, las vocaciones nativas tienen serias dificultades para seguir adelante en su formación por problemas económicos. La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol –una de las cuatro Obras Misionales Pontificias (OMP)– nació, precisamente, para que ninguna vocación se perdiera por falta de medios. El Papa asumió esta iniciativa como propia hace 100 años, y es el cauce oficial de la Santa Sede para sostener a las vocaciones nativas de todo el mundo.
España ocupa el primer puesto en el ranking de solidaridad con la Obra de San Pedro Apóstol. La diócesis de Valencia aporta también becas de formación que se ofrecen en mayo a la Virgen de los Desamparados, en el tradicional acto de las guirnaldas en la Basílica. También se pueden realizar donativos puntuales, incluso de forma anónima, para colaborar con la labor misionera; hacerse socio; a través de herencias y legados; o bien financiando becas de ayuda a la formación espiritual, académica y pastoral de las vocaciones nativas para sostener las necesidades de los seminarios y noviciados de los territorios de misión.
Además de las aportaciones económicas personales y en la colecta en las parroquias en la Jornada, hay un sistema de becas para financiar de manera concreta un periodo de formación de una de estas vocaciones. Hay tres modalidades: de beca completa, 2.000 euros, para seis años de formación; de media beca, 1.000 euros, para tres años de formación; y un curso académico de 350 euros.
Desde España, el pasado año se apoyó a 10.000 seminaristas y cerca de 300 formadores de 17 países
Con las aportaciones de todos los países se crea un Fondo Universal de Solidaridad, que en 2023 reunió 16.247.679,16€. Este dinero se distribuye equitativamente entre todos, para poder ofrecer una formación de calidad a los futuros sacerdotes y religiosos en las misiones. En 2023 esta Obra apoyó a 83.673 seminaristas y 2.132 formadores de 725 seminarios diocesanos.
Desde Obras Misionales Pontificias de España el año pasado se recogieron cerca de 2.500.000 euros, que pudieron beneficiar a 10.000 seminaristas y cerca de 300 formadores en 65 diócesis de 17 países.