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COMISIÓN DE RECONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD

El coronavirus no ha afectado a todos los barrios de Valencia por igual

El coronavirus no ha afectado a todos los barrios de Valencia por igual
  • Expertos sanitarios y urbanísticos han expuesto su diagnóstico de la situación de la ciudad ante la pandemia

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El Hemiciclo Municipal ha acogido esta mañana la primera sesión de trabajo de la Comisión municipal no permanente para la Reconstrucción de la ciudad tras la pandemia de Covid-19. Durante la jornada  matinal, personas expertas en el ámbito de la salud han intervenido ante la comisión, con un diagnóstico sobre los retos inmediatos, y han respondido a las preguntas de las y los concejales.

El alcalde, Joan Ribó, ha presidido esta primera sesión, en la que se ha contado con las intervenciones de las personas expertas acordadas por los cinco grupos políticos municipales que integran la comisión: Joan Paredes, experto en salud pública y en ciudades saludables; Josep Vicent Gregori, jefe del equipo de revisión pormenorizada del PGOU; José María Bravo, profesor de la UPV; Eva Álvarez, arquitecta y profesora de la UPV;  y los arquitectos José María Lozano y Carles Dolç. La directora general de Salud Pública, Ofelia Gimeno, ha excusado su asistencia a esta sesión.

Tal como ha recordado el alcalde antes de comenzar el encuentro, «la comisión ha sido creada con el apoyo de 31 de los 33 concejales de la Corporación para estudiar cuáles son las consecuencias de la pandemia y qué medidas hemos de adoptar para reconstruir y encontrar una nueva normalidad en la ciudad de València». La jornada de hoy ha estado dedicada al ámbito de la salud; el próximo martes, día 26, se reunirá para abordar específicamente las cuestiones de carácter económico; y el jueves 4 de junio se hablará de derechos sociales y bienestar social. El alcalde ha destacado que esta comisión «es una de las primeras en el ámbito municipal que se crean en todo el Estado español, con el objetivo de salir de esta pandemia entre todos y todas, codo con codo, sin dejar a nadie atrás». También ha subrayado el «buen talante de todos los grupos municipales que, en una inmensa mayoría, hemos decidido trabajar para hacer entre todos una nueva ciudad de València más saludable, con una situación económica que supere la actual crisis y pensando en todas las personas».

JOAN PAREDES

El primer experto en tomar la palabra en la sesión ha sido Joan Paredes, experto en salud pública y ciudades saludables, quien ha señalado la necesidad de «dirigir la mirada a la salud y no a la enfermedad, como primer paso a la hora de abordar la promoción de la salud». Paredes ha explicado que la salud de las personas no viene determinada únicamente por cuestiones médicas o genéticas, sino en gran proporción por el efecto del entorno. Por eso ha defendido que, a la hora de abordar la estrategia ante la pandemia de Covid-19 en la ciudad «hay que pensar en términos de recursos y de capacidades, de manera que se puedan coordinar y potenciar, lo cual –ha asegurado- es barato y productivo».

El experto ha apuntado varias propuestas concretas, como el desarrollo de  políticas públicas saludables de carácter transversal, que permitan generar espacios públicos adecuados, rediseñar viviendas y zonas verdes urbanas, y fomentar la movilidad sostenible y la actividad física. Tal como ha afirmado Joan Paredes, «la infección no ha afectado por igual en todos los barrios de la ciudad», por lo que ha instado a «actuar sobre las desigualdades en toda la ciudad, no sólo por justicia social, sino porque es fundamental para el control de la pandemia».

JOSEP VICENT GREGORI

La siguiente intervención ha corrido a cargo del coordinador del equipo de revisión pormenorizada del PGOU, Josep Vicent Gregori, quien ha detallado el trabajo de dicho equipo «desde una perspectiva de regeneración urbana y de transversalidad, que es fundamental para la implantación de los ODS (Objetivos para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas)», ha explicado. Tal como ha subrayado Gregori, «la regeneración urbana se basa en la intervención de lugares habitados. Y eso es delicado porque ha de incluir los criterios de la gente que habita en esos lugares».

Gregori ha planteado una «visión polinuclear de la ciudad de València», en la que se debe garantizar que cada ciudadano y ciudadana tenga cubiertas sus necesidades dentro de su entorno. Por eso, frente al urbanismo tradicional, que manejaba estándares cuantitativos globales, se introduce la variable de la cobertura: que cada área urbana sea autónoma en su cobertura de servicios básicos para la gente que vive allí. Además, el trabajo del equipo que coordina este experto añade otros dos grandes ejes: la calidad del espacio urbano, y la garantía de acceso a la vivienda. «La transformación urbana no puede concebirse como actuaciones puntuales, sino que éstas han de estar incluidas en un proceso, en el que se van alcanzando objetivos y se van introduciendo nuevos en una acción dinámica contínua».

Gregori ha concluido con una serie de propuestas concretas para la mejora de la calidad urbana, que redunde en una mejor situación para la ciudadanía, especialmente en situaciones como la actual: «básicamente, el desarrollo y ocupación de vacíos urbanos, la recuperación de los patios de manzana, la regulación del uso público de espacios privados, la jerarquización del tráfico, la recuperar de espacio para las personas, o la optimización el uso sostenible de todos los equipamientos calificados y no edificados, como medida de emergencia: el uso del suelo escolar no utilizado como aparcamiento provisional, lo que permitiría liberar 80.000 metros de suelo de coches de la ciudad.

JOSÉ MARÍA BRAVO

Tras esta intervención, ha tomado la palabra el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia y experto en Contaminación Acústica José María Bravo, quien ha centrado su ponencia en las aportaciones que puede realizar la innovación a la adaptación a una alternativa vital diferente a la que hasta ahora ha habido en la sociedad. Bravo ha partido de la premisa de que la situación post-Covid «puede alargarse más de lo que pensamos por su enorme capacidad de contagio; y por ello habrá que definir un nuevo modelo de relación». «El confinamiento es seguro pero mina la economía, la salud y las bases del desarrollo social. Y el gran reto es salir y poner en marcha la sociedad y la economía, conviviendo con la enfermedad».

Ante esta situación, el profesor Bravo ha apuntado a la necesidad de «trabajar en un plan que integre la transición ecológica y la transformación digital, en el que –ha asegurado- se pueden crear miles de empleos». Y para ello, el experto ha señalado la necesidad de «utilizar el marco europeo para impulsa esta recuperación, puesto que la UE aportará ayuda económica el llamado Mecanismo de transición justa, para respaldar el paso a la Economía Verde en el periodo 2021-2027). Con el apoyo de Europa y si plantamos semillas adecuadas, este golpe puede hacernos más fuertes. La reconstrucción puede ser una oportunidad para hacerlo mejor». José María Bravo ha alentado a abundar en la colaboración entre las instituciones, especialmente con la universidad, y ha defendido que esta crisis «puede llegar a servirnos de lección porque revela nuestras vulnerabilidades, nos dice que no demos por sentado nuestro actual modo de vida».

«Las universidades son herramientas muy valiosas que pueden ayudar a implementar nuevos sistemas de movilidad, inteligencia artificial, optimización del transporte público... Pero también cambios en los modelos energéticos, en la descarbonización».

EVA ÁLVAREZ

La arquitecta experta en perspectiva de género Eva Álvarez ha intervenido por videoconferencia ante la Comisión de Reconstrucción. Álvarez ha explicado la necesidad de incorporar la perspectiva de género en la arquitectura y en el urbanismo, y ha señalado que esta pandemia ha puesto de manifiesto las carencias y las desigualdades que la actual estructura urbana potencian en el ámbito de la igualdad de género: las mujeres son mayoría en el sector sanitario y en el de los cuidados, y a ello se suma el impacto de la violencia género durante el confinamiento.

«Es una evidencia que la salud depende del estilo de vida», ha expuesto Eva Álvarez, pero hay que tener en cuenta, ha continuado «que la salud es un bien colectivo. La perspectiva de género es importante porque las situaciones colectivas se gestionan a través de la política, y las acciones políticas deben introducir e incorporar criterios para priorizar acciones». En el caso del Covid-19, Álvarez ha instado a continuar en la línea que ya ha iniciado el Ayuntamiento, por ejemplo de fomento de la calidad medioambiental, «que influye decisivamente en la salud de las personas, favorecer los recorridos peatonales, pensar una ciudad para niños/as y jóvenes (sobre todo, si próximas olas o pandemias pueden afectar a la forma de escolarizar)», ha señalado. 

Finalmente, la experta ha propuesto pensar en «diseñar viviendas con espacios intermedios como extensión de ellas mismas, con espacios verdes, que ayudan además a regular la temperatura, por lo que económicamente son rentables, y permiten desahogo en situaciones de confinamiento».

JOSÉ MARÍA LOZANO

El siguiente experto en intervenir ha sido el arquitecto José María Lozano, quien ha comenzado su intervención lamentando el nombre de la Comisión de Reconstrucción, al considerar que «no se ha demolido nada», y que «lo que hay que hacer es subsanar y acometer, no abandonar y hacer lo que no se ha hecho los últimos años». El experto, además, ha rechazado el concepto de «sostenibilidad», que ha calificado de «marca».

Para Lozano, una ciudad segura se asienta sobre tres registros: seguridad física, seguridad personal y seguridad jurídica, y ha defendido  que los conceptos que tradicionalmente han hecho evolucionar a las ciudades han sido higiene más construcción.

Lozano ha centrado su intervención en la propuesta de que València organice una exposición internacional de la vivienda post-Covid, «una Idea ambiciosa y realista«, ha explicado, en la que «hablaríamos de viviendas tuteladas, de viviendas multigeneracionales, de autoconstrucción...». La propuesta se podría financiar, ha asegurado, «con la mitad de lo que el Ayuntamiento ha dejado de invertir cada año,  además se podrían construir más de 2.600 viviendas sociales», ha afirmado

Además de estas cuestiones, Lozano ha manifestado su posición personal sobre otras cuestiones urbanísticas, como la ampliación del Puerto, que ha calificado de «absolutamente necesaria» la «protección de la huerta, que debe ser activa y productiva», o el Plan del Cabanyal, que ha definido como «urbanismo naïf»

CARLES DOLÇ

La sesión ha concluido con la aportación del también arquitecto Carles Dolç, que ha centrado su ponencia en 4 aspectos: la ciudad compacta, la movilidad, la  Integración de la naturaleza en la ciudad, y la vivienda.

Dolç ha definido las ventajas de las tradicionales urbes europeas, ‘ciudades compactas ‘en su mayoría, que se caracterizan por su densidad y la mezcla de usos. Ello implica que las de cierto tamaño tienen multicentralidad, como València (19 distritos y 88 barrios), y aporta ventajas como el menor consumo de energía y una movilidad con trayectos más cortos  Asimismo, Dolç ha destacado el elemento de la movilidad, que constituye «un poderosísimo factor contaminante y generan el problema de la ocupación del espacio público», por lo que ha señalado la necesidad de «mitigar el tráfico y disuadir del uso del automóvil dentro de la ciudad, priorizando los sistemas sanos mediante un cambio en el diseño de las calles»

«La densidad poblacional, como contrapartida, lleva a la incomodidad de las aceras que, en estos momentos, pueden favorecer los contagios», ha continuado el experto, que ha instado a la Corporación a reflexionar sobre esta cuestión, así como sobre la necesidad, por cuestiones de salud, de integrar a la naturaleza en nuestras ciudades. «Hasta ahora se contemplaban las zonas verdes de una ciudad por su aparición sobre el plano, pero hay que considerar también los aspectos de la cobertura vegetal en su conjunto (incluyendo terrazas, manzanas interiores…) y por otro lado, la conexión entre ellas. «Un estándar sería que todo habitante tuviera un jardín a unos 300 metros de su vivienda», ha señalado.

Dolç ha concluido su reflexión refiriéndose a la vivienda. «La pandemia ha puesto en evidencia muchas cosas, ha hecho que la ciudadanía haya descubierto el valor de los balcones, pero también que mucha gente tenía viviendas insuficientes, y en el caso de las residencias para mayores, «hay que plantear qué desean y qué necesitan las personas mayores». El arquitecto ha definido una ciudad saludable como «una ciudad cómoda, donde se priorice el bienestar ciudadano. No sabemos cómo será la ciudad de aquí a unos años. Nos hemos criado con la idea, por ejemplo, de la presencia obligada de los vehículos a motor, pero no sabemos ni siquiera si en el futuro habrá coches dentro de nuestras ciudades, por lo que habrá que actuar con gran flexibilidad».

La jornada de trabajo continuará esta tarde con el turno de intervención de las entidades sociales invitadas: FISABIO, Colegio de Médicos, Consell Social de València, Federación de  Asociaciones de Vecinos i Vecinas, COCEMFE, Unión Profesional, Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos; y la Asociación de Promotores de València.

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