El V Congreso de Educación Católica de la UCV anima a “enseñar desde la propia experiencia”
Siguiendo el ejemplo de San Agustín
Los expertos participantes en el V Congreso de Educación Católica para el siglo XXI, organizado por la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” (UCV) la pasada semana, han animado a los educadores a “seguir el ejemplo de San Agustín, mostrando los hechos concretos de la propia existencia” ya que “la fuente de su pedagogía fue su propia experiencia”.
Así, entre otras conclusiones que el congreso ha hecho públicas, los participantes han elogiado “la elocuencia de la vida” ya que “es superior a la de los discursos” y porque “el maestro educa con su “forma vitae”. De hecho, San Agustín “se refiere despectivamente a su época de retórico como aquel tiempo '… cuando vendía palabras'”.
Igualmente, el congreso, dedicado al pensamiento pedagógico de San Agustín, y que tuvo lugar del 2 al 4 de mayo en el Centro Cultural Bancaja, ha concluido que la “caridad”, o el “amor adecuadamente ordenado”, es la “más grande de todas las ciencias” y que alcanzarla es el “objetivo último de la educación cristiana” con la “superación del egocentrismo”.
Los expertos han citado también la “amistad” como otro de los valores que “vale mucho para el bien” porque “es un amor de alma a alma” e indicaron que el pedagogo cristiano “puede ayudar al educando a elegir sus amistades”.
Según han expresado, “sólo quien ha conocido la Verdad puede ser un verdadero amigo, que querrá el bien del otro más que su afecto”. Por eso, han añadido que para San Agustín “la amistad tiene como contenido a Dios”.
Igualmente, han asegurado que “Dios está siempre con el hombre aunque el hombre no esté con él” y que la “historia personal es una historia del amor de Dios”. Por eso, “introducir en el amor al educando es introducirlo en la historia”. En este sentido, explicaron que “importa enseñar que la vida no es un videojuego que se puede borrar: cada acontecimiento escribe un trazo de nuestra biografía”.
De igual forma, los participantes han animado a aceptar la “reciprocidad asimétrica de la relación educativa” para no convertir al padre en mero “amigo”, o al maestro en “colega”- ya que, de lo contrario, “ésta quedaría cuestionada de raíz”. El amor es justamente “capacidad de inclusión asimétrica”, han añadido.
