Comer con horario limitado: la clave para controlar el azúcar en sangre, según un estudio del Doctor Peset a través de Fisabio e INCLIVA
Los hallazgos resaltan que un régimen de alimentación con restricción horaria de entre 6 y 10 horas al día durante al menos 5 semanas mejora el control glucémico
Un estudio reciente llevado a cabo por personal investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) en el Hospital Universitario Doctor Peset y del Instituto de Investigación Sanitaria, ha destacado los beneficios significativos de la alimentación con restricción horaria (en inglés “time-restricted eating o TRE”) sobre el control glucémico y los niveles de insulina en personas con sobrepeso u obesidad.
Se trata de una revisión sistemática, publicada en Reviews in Endocrine and Metabolic Disorders, en la que se han analizado 18 estudios científicos en los que se observan y detallan los efectos de la alimentación con restricción horaria sobre la glucosa y otros marcadores de diabetes, en un total de 1.169 pacientes.
Los resultados de este estudio revelan que un régimen de alimentación con restricción horaria de entre 6 y 10 horas al día durante al menos 5 semanas mejora el control glucémico, disminuyendo los niveles de hemoglobina glicosilada e insulina en sangre. Además, los hallazgos resaltan que, en el contexto de alimentación con restricción horaria, comer temprano en el día confiere mayores beneficios en los niveles circulantes de glucosa, que retrasar la hora de las comidas.
Susana Rovira Llopis, investigadora de la Universitat de València y de Fisabio en el Hospital Universitario Doctor Peset y autora principal del artículo, ha afirmado que “aunque se necesita más investigación en sujetos con prediabetes y diabetes tipo 2 para demostrar si se pueden lograr mayores beneficios, nuestra revisión apunta a favor de este tipo de regímenes”.
Estos resultados están en línea con otros estudios en los que se evidencia que personas con cronotipos nocturnos (predisposición natural a estar activos de noche) poseen un peor perfil cardiometabólico y un mayor riesgo de diabetes.
Por tanto, teniendo en cuenta que la alimentación con restricción horaria no implica necesariamente una reducción de la ingesta de calorías, en el estudio se propone que limitar toda la ingesta calórica a un período de tiempo definido de unas pocas horas tiene beneficios para la salud, especialmente si ese período es temprano en el día.
Según este estudio, la TRE representa un enfoque prometedor para mejorar la salud metabólica sin necesidad de restricciones calóricas extremas. Esto puede ser más sostenible y menos invasivo para los y las pacientes. Además, los resultados son especialmente relevantes en un contexto donde la prevalencia de la obesidad y la diabetes tipo 2 continúa en aumento, y las estrategias actuales para el manejo de estas condiciones están constantemente en revisión.
“Ajustar los horarios de las comidas, en lugar de centrarse únicamente en el contenido calórico, puede ofrecer un método eficaz y accesible para combatir las complicaciones metabólicas en poblaciones de alto riesgo”, ha explicado Víctor M. Víctor, investigador del grupo ‘Mecanismos moleculares subyacentes a la diabesidad’ de Fisabio en el Hospital Universitario Doctor Peset, del Grupo de Investigación de la función vascular de INCLIVA y del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD).
El trabajo destaca el papel crucial de la alimentación controlada por tiempos como un posible cambio paradigmático en el tratamiento de la obesidad y el manejo de la diabetes, alineando la ingesta de alimentos con los ritmos biológicos naturales del cuerpo para optimizar la salud metabólica.
Este estudio cuenta con el apoyo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER); la Conselleria de Innovación, Ciencia, Universidades y Sociedad Digital (ayudas PROMETEO CIPROM/2022/32 y CIGE/2022/122) y el Ministerio de Ciencia e Innovación (becas CIBERehd CB06/04/0071, PI22/00424 y PI21/01160). Además, colabora también la Sociedad Española de Diabetes, el Ministerio de Universidades (ZA21-049) y el Instituto de Salud Carlos III (CP19/00077).