El canto medieval de la Sibila vuelve a la Catedral de Valencia con la Capella de Ministrers y el Cor de la Generalitat
La Catedral de Valencia ha acogido este viernes por quinto año consecutivo la representación del Canto medieval de la Sibila valenciana, un drama paralitúrgico que hasta el siglo XVI se escenificaba la noche de Navidad en diferentes catedrales de España.
El Canto de la Sibila, que ha contado con la asistencia del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha sido interpretado por el grupo valenciano Capella de Ministrers con las réplicas de los instrumentos que aparecen en los frescos de los ángeles músicos sobre el altar mayor de la Catedral, del año 1472.
También ha cantado el Cor de la Generalitat Valenciana y han actuado como solistas la mezzosoprano Pilar Esteban y representando a la Sibila, por segundo año consecutivo el niño de la Escolanía de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia Alejandro Estellés, según han informado los organizadores del concierto.
Igualmente, ha participado el grupo de teatro "Assaig" y la Associació d´Amics del Corpus. Previamente al Canto, los Campaners de la Catedral de Valencia han realizado el llamado "Toc a Maitines", toques manuales de Maitines de la Consueta de 1527 del archivo catedralicio.
Asimismo, la representación ha incluido también, por segundo año consecutivo la música del órgano de la Catedral con el organista Pablo Márquez que ha interpretado piezas de Joan Baptista Cabanilles. Además, como novedad este año, un total de 10 niños de la Escolanía de la Virgen de los Desamparados han participado en la escenificación.
Según el presidente de las comisiones diocesanas de Liturgia y Patrimonio Histórico y Artístico, Jaime Sancho, "este año la Catedral también ha habilitado pantallas de televisión desde las que se ha podido ver toda la representación y, además, como novedad este año también en todo el mundo se ha podido ver en tiempo real el canto de la Sibila por la retransmisión en directo y en streaming a través del canal Youtube de la Catedral de Valencia".
Esta representación del nacimiento de Jesucristo fue implantada por el rey Jaime I en el siglo XIII tras la conquista de Valencia, pero desapareció tras el Concilio de Trento y sólo se conserva en las ciudades de Mallorca, cuya representación fue declarada en 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO, y en Alguer (Cerdeña), que perteneció a la corona aragonesa.