La Beneficència muestra cómo vivían los valencianos hace 4.000 años junto al Turia
La diputada de Cultura de la Diputación de Valencia, María Jesús Puchalt, ha presentado hoy, en rueda de prensa, la nueva producción expositiva del Museo de Prehistoria de Valencia, “Vivir junto al Turia hace 4.000 años”, una gran muestra interactiva que incorpora, por primera vez en un museo de la Diputación, un servicio de audioguía multimedia para todos los visitantes.
Al encuentro con medios de comunicación, también ha asistido la directora del museo, Helena Bonet, y las arqueólogas y comisarias de la exposición María Jesús de Pedro, Eva Ripollés y Laura Fortea.
En su intervención, Puchalt ha felicitado al Museo de Prehistoria por la propuesta, “un magnífico trabajo con el que se culmina el proyecto arqueológico desarrollado en el yacimiento La Lloma de Betxí de Paterna, desde hace más de 30 años, a lo largo de 27 campañas de excavación, que han convertido a este poblado en un referente en los estudios sobre la Edad del Bronce, tanto por la información aportada como por su excepcional estado de conservación”.
Helena Bonet, directora del museo, ha señalado la calidad del montaje expositivo para mostrar “un yacimiento único, excavado por el Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación, que ha proporcionado información muy valiosa y cuyo material inédito supera las 200 piezas y se exhibe al público por primera vez en un formato que prima la difusión y la divulgación de los trabajos de investigación”.
Todas las piezas expuestas, de cerámica, hueso, marfil y metal, proceden del yacimiento. Entre todas, destacan especialmente los dos enterramientos humanos, el conjunto metálico, los botones de marfil y la cerámica con algunos recipientes profusamente decorados.
Bonet ha avanzado que el museo ha preparado un amplio programa de actividades complementarias a la muestra que se desarrollarán entre los meses de marzo y junio. Habrá charlas, visitas al yacimiento y talleres para niños.
“Wifimuseum” gratuita para el visitante
“Durante la Edad del Bronce, etapa de la Prehistoria en que se consolida la actividad metalúrgica, las tierras que rodean el Turia están ocupadas por numerosos asentamientos situados en las laderas y cimas de las montañas. Los grupos humanos que los habitan son comunidades campesinas y ganaderas unidas por lazos de carácter familiar, si bien algunos personajes detentan el poder”. Así comienza la narración que el visitante escucha, a través del novedoso sistema multimedia, al adentrarse en la exposición “Vivir junto al Turia hace 4.000 años”, una narración en la que “cualquier parecido con la realidad es pura evidencia”, destacan las comisarias de la muestra.
El servicio de audioguía multimedia “wifimuseum”, operativo en otros museos españoles como el Sefardí de Toledo o el Monasterio de San Juan de los Reyes, es un sistema inalámbrico, patentado por una empresa española, que permite a los visitantes acceder a contenidos multimedia.
Al entrar a la sala, el visitante sólo debe conectar su terminal (teléfono o tableta) a la red wifi abierta expresamente en la exposición mediante un sistema local y ofrece la explicación museográfica en cuatro idiomas: valenciano, castellano, inglés y francés.
Primeras arquitecturas valencianas en piedra
La primera parte de la exposición es una narración en primera persona que adentra al público en La Lloma de Betxí junto a sus habitantes, el entorno natural, el poblado y las actividades cotidianas así como los materiales que emplearon en la construcción del poblado y cómo desapareció este asentamiento tras un incendio.
Para llegar a la interpretación de la vida cotidiana son importantes todos los restos documentados en las excavaciones arqueológicas, pero destacan especialmente aquellos carbonizados que quedaron en el suelo y que no se documentan habitualmente. “Estos restos ayudan a conocer aspectos concretos como la alimentación, el medio o las actividades artesanales que se realizaron”, ha explicado De Pedro.
Según la comisaria y arqueóloga, “la destrucción del poblado dejó sellado un suelo de ocupación con todo el equipamiento doméstico que se hallaba allí, lo que facilita en gran medida el conocimiento exhaustivo de este lugar de habitación”.
“La excelente conservación de las estructuras constructivas de La Lloma de Betxí traducen la importancia de esta primera arquitectura en piedra de nuestras tierras”, explica María Jesús de Pedro, quien ha trabajado a pie de yacimiento y también dedicó su tesis doctoral al poblado.
Evidencias que explican el discurso expositivo
En la segunda parte de la exposición encontramos las evidencias que explican y justifican la narración inicial. Este espacio final está dividido en nueve bloques de información acompañados siempre de módulos interactivos que invitan tanto a la reflexión -¿Cómo se destruyó el poblado? ¿Cuántas personas se enterraron? ¿Qué relación tenían las mujeres con la comida?-, como a la manipulación de diferentes objetos y materias. Es una manera de entender cómo se trabaja y cómo se interpretan los restos arqueológicos.
En esta parte los materiales son originales a excepción de los módulos interactivos que muestran réplicas. Tal como han señalado las comisarias del proyecto, “destaca la pieza que aparece en el cartel de la exposición, sobre la cual se han planteado diferentes propuestas de interpretación porque el objetivo es que el público participe involucrándose en todo el recorrido expositivo”.