La beata valenciana Juana Mª Condesa, propuesta como “patrona de la seda” por la protección que dio a las obreras del sector más desamparadas
Tras la designación de Valencia “Ciudad de la Seda 2016” y ante el centenario de su fallecimiento
La beata Juana María Condesa Lluch (Valencia, 1862 – 1916), de cuyo fallecimiento se cumplió el pasado 16 de enero el primer centenario, ha sido propuesta por la congregación que fundó, las Esclavas de María Inmaculada, para ser reconocida como “santa patrona de la seda”, en referencia al sector laboral a cuyas trabajadoras más desamparadas protegió y ayudó́.
La propuesta de este patronazgo ha partido de la superiora general de las Esclavas de María Inmaculada, a través de su superiora general, María Mato, después de que el Consejo de Ministros acordara el pasado mes de diciembre designar a Valencia “Ciudad de la Seda 2016”, según pública en su último número el periódico de la diócesis PARAULA.
Precisamente, la congregación celebró el pasado día 16 de enero, la festividad litúrgica de su fundadora con una misa presidida por el cardenal arzobispo de Valencia Antonio Cañizares, en su Casa General, en la calle Balmes, 27, de la capital valenciana.
Acogida de obreras
Juana María Condesa Lluch nació en Valencia en 1862 y desde que, con 18 años, vio a mujeres obreras sin recursos saliendo de industrias en condiciones inhumanas, la mayoría trabajadoras de la seda, entendió que “su misión era acoger en un hogar lo que otros dejaban en la calle”. Tras superar numerosas dificultades abrió una casa de acogida para mujeres obreras “en la que ofrecer condiciones dignas para poder vivir, así como formación humana y cristiana y una escuela para los hijos de las obreras”.
Con este carisma fundó en 1884 la congregación de las Esclavas de María Inmaculada e Hijas de Santa Teresa, conocidas entonces como “protectoras de las obreras”. Juana María Condesa falleció el 16 de enero de 1916 y sus restos mortales reposan en la Casa Generalicia en Valencia. Fue beatificada por san Juan Pablo II en 2003.
La congregación, en Valencia y en el mundo
Las religiosas rigen en Valencia la residencia “Juana María” desde la fundación de la congregación, cuando fue “creada para la atención humana, espiritual y formativa de mujeres obreras sin recursos bajo el carisma de la fundadora”. Actualmente, acoge a 45 mujeres que reciben formación básica y apoyo de trabajadoras sociales.
También cuentan en Valencia con un grupo de voluntarios que ofrece clases de español y sobre costumbres españolas y valencianas a inmigrantes, en gran parte de países del Este y subsaharianos, y talleres de inserción socio laboral con asesoramiento para buscar empleo.
Por otro lado, las religiosas rigen en Valencia el colegio Esclavas de María Inmaculada, que cuenta con cerca de 1.200 alumnos que cursan desde Infantil hasta Bachillerato.
En la actualidad, la congregación está presente en ocho ciudades en España y en otros cinco países: Italia, Chile, Panamá, Perú y Colombia.