El Banco Mundial selecciona a BiofreshTech para desarrollar su tecnología de climatización sostenible en México y Colombia

La empresa tecnológica BiofreshTech ha sido seleccionada por el Banco Mundial para llevar a cabo sus iniciativas de climatización sostenible en Latinoamérica. A través del Programa ‘TechEmerge Cooling LAC’, liderado por su filial International Finance Corporation, el organismo ha escogido la tecnología de climatización autónoma ideada y patentada por BiofreshTech. La compañía, con sedes en Barcelona y Valencia, que ya ha registrado dos patentes en la Oficina Europea de Patentes (OEP) en materia de climatización autónoma con control estricto de temperatura, llevará a cabo proyectos de sostenibilidad en México y Colombia.

El programa TechEmerge Sustainable Cooling – Latin American Cities, que se puede consultar en la web (www.techemerge.org/country/sustainable-cooling), tiene la misión de proveer de tecnologías eficientes a ciudades de México y Colombia en materia de climatización y cadena de frío. En él, se incorporan a firmas innovadoras de todo el mundo, seleccionados por los técnicos evaluadores del International Finance Corporation y los fabricantes e instituciones locales de México y Colombia para conseguir llevar las tecnologías eficientes a esos mercados y reducir las emisiones y la huella de carbono, especialmente en las ciudades más pobladas de ambos países.

En su selección, el Banco Mundial explica que para escoger a la empresa desarrolladora del Programa de Climatización Sostenible ‘TechEmerge’ ha analizado 112 solicitudes de compañías tecnológicas de 20 países. La decisión la ha tomado tras efectuar un largo proceso de evaluación competitivo.

Las patentes de BiofreshTech

Las patentes de BiofreshTech permiten la climatización de un ambiente (nevera, cámara frigorífica, vehículo de transporte y distribución o edificio) de manera autónoma, de forma que se climatiza a la temperatura deseada sin conexión eléctrica durante más de 5 días.

En 2018, BiofreshTech finalizó un periodo de desarrollo, que le permitió la grabación de las dos patentes internacionales. El CTO y cofundador de la compañía, Javier Guillén, comenta que la tecnología diseñada por BiofreshTech "cambia el paradigma del mantenimiento térmico y facilita rangos de temperatura y autonomía sin conexión eléctrica de entre -20 y 55 grados".

Por su parte, el CEO y cofundador de BiofreshTech, Rafael Matamoros, resalta que la tecnología patentada “ofrece un triple valor: ahorro económico, eficiencia medioambiental y un alto nivel de estabilidad térmica que garantiza la cadena del frío”.

Aplicaciones estáticas y portátiles para el sector alimentario, médico, transporte aéreo y terrestre

Las patentes ofrecen soluciones portátiles en el sector alimentario, en los segmentos del ‘home delivery’ (entrega a domicilio de alimentos congelados y refrigerados), distribución de alimentos a tiendas y en el sector médico- farmacéutico, con el transporte de medicamentos, vacunas u órganos.

En cuanto a las soluciones estáticas, BiofreshTech ha adaptado su tecnología en muebles frigoríficos para supermercados y el sector Horeca con altos niveles de eficiencia energética y se encuentra desarrollando soluciones para cámaras frigoríficas y en el sector de la edificación. Además, también se puede adaptar la tecnología a los ámbitos como el sector aéreo, el agrícola, y el aeroportuario.

El modelo de negocio disruptivo de BiofreshTech se basa en la complementación de dos innovaciones; la acumulación frigorífica por parte de un producto químico patentado, que es inocuo para la salud y no contaminante, y un eficaz sistema de transferencia de calor.

Con la ayuda de la tecnología, se consiguen autonomías térmicas de más de 5 días sin necesidad de disponer de conexión eléctrica. Los nuevos productos favorecen un ahorro en el consumo eléctrico, tienen efectos positivos en el medio ambiente, una mayor calidad térmica y la garantía auditable de trazabilidad durante todo el proceso de climatización.

El sistema de climatización pasiva empleado por la compañía aporta también mejoras ambientales, reduce costes de mantenimiento, potencia la versatilidad de los vehículos de transporte de alimentos y mantiene la cadena del frío ante las interrupciones del suministro eléctrico.